¿Día duro en el trabajo? Descansa 10 minutos, vacía la mente, pasea…

descansar tras un día de trabajo

Pymes

Una intensa jornada laboral puede dejar exhausto a cualquiera. La falta de energía y motivación para hacer cualquier actividad tras un día de trabajo, la imposibilidad de desconectar y los niveles altos de estrés son una realidad para muchos trabajadores.

Tienen un impacto en la vida social y familiar, en la salud y pueden llegar a convertirse en un problema de fatiga crónica y una fuente de ansiedad laboral. Sin embargo, hay un puñado de gestos diarios que ayudan a cambiar la sensación de estrés.

El síndrome de desgaste profesional, conocido en inglés como burnout, convierte algunos trabajos en pesadillas. Antes de llegar a un estado permanente de fatiga, ansiedad e ineficiencia, hay un largo camino en el que el estrés toma, poco a poco, las riendas de nuestra vida. Las intensas jornadas de trabajo son, muchas veces, inevitables. Pero nada impide que pongas a prueba las siguientes pautas para recuperarte, descansar y desconectar.

No hacer nada mejora tu memoria

Puede parecer que es algo reservado para gente perezosa, pero no hacer nada es bueno para el cerebro. En especial, mejora nuestra memoria. ¿Nunca lo has probado? Multitud de estudios han demostrado que no hacer nada justo después de haber desarrollado una tarea intelectual intensa refuerza la capacidad de memorización de nuestro cerebro. Que no hagamos nada conscientemente no significa que nuestras neuronas estén paradas.

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Y descansar 10 minutos, tu concentración

Cuando nuestro cerebro se cansa, tendemos a desconcentrarnos. Todos lo hemos probado. Algunos lo notan tras 20 minutos haciendo una misma tarea. Otros tienen más aguante. Pero todos los cerebros necesitan tomarse un respiro. Parar 10 minutos, apagar las luces o cerrar los ojos e intentar vaciar la mente reponen la energía de nuestra mente. Solo tienes que ponerlo a prueba. Volverás a tu trabajo mucho más concentrado.

¿Vaciar la mente?

Quizá en este punto ya te hayas parado a probarlo. Y te habrás dado cuenta de que dejar la mente en blanco es mucho más difícil de lo que podría parecer. Los pensamientos se agolpan en nuestra cabeza. Hay varios trucos para conseguirlo. Uno de los más populares es el mindfulness. Aunque pueda parecer una moda, esta práctica tiene casi tres milenios de antigüedad. Pequeños intervalos de meditación, de pocos minutos, pueden ayudarnos a vaciar la mente y a reenfocar nuestras capacidades en las tareas que realmente importan.

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Descansar no es distraerse

Ya no consigues concentrarte. Paras y miras el Facebook. O consultas el email o te pones al día con Twitter. Las redes sociales contribuyen a distraernos, a incrementar la multitarea y, aunque parezca que desconectamos, a cansarnos más. Las distracciones son naturales, pero no por ello hay que dejar que se conviertan en hábito. Como explica la experta en negocios y recursos humanos Phyllis Korkki, hacer pequeños descansos de forma regular contribuye a que nos concentremos más. Y cuanto más practiquemos, mejor nos saldrá.

descansar tras un día de trabajo y aburrirte

Aprende a aburrirte

Es una consecuencia directa del punto anterior. Cada vez se escucha más: aburrirse es importante. En la era digital, la mayoría de nosotros estamos hiperestimulados, siempre tenemos algo que hacer. Y, si no es así, lo buscamos en nuestros smartphones. Varios estudios recientes, como los que recoge ‘The Atlantic’, indican que aburrirse refuerza las capacidades creativas de nuestro cerebro.

Limita el uso de pantallas

Cada vez más empleos requieren pasarse el día delante de un ordenador. De camino al trabajo y de vuelta a casa, nuestros ojos no se separan del teléfono. Cenando y/o después de cenar, la tele. Una buena práctica para recuperarnos tras una jornada laboral intensa es reducir el uso de pantallas. Olvidarse del móvil pasadas las nueve de la noche y dar un paseo, charlar un rato o leer un libro después de cenar ayudan a que nuestro cerebro consiga todo lo que hemos señalado en los puntos anteriores.

Y evita trabajar en casa

Separar espacios es clave. El trabajo, en la oficina y no en casa, siempre que sea posible. “Si es necesario que te lleves trabajo a casa, trata de ponerte un horario razonable y no le dediques más tiempo extra. No dejes que tus tareas laborales contaminen tu vida personal”, explican desde la consultora de recursos humanos Michael Page.

descansar tras un día de trabajo y haz algo creativo

Intenta algo creativo o cultural

Contar con una afición que mantenga la motivación por hacer algo después del trabajo es importante. Desde ‘Forbes’ aseguran que una actividad creativa después de la jornada laboral ayuda a reducir la fatiga y el desinterés, refuerza la productividad y nos hace más felices. Desde aprender fotografía o a tocar un instrumento hasta visitar una exposición o ir al cine, encontrar estímulos intelectuales mejora la capacidad de recuperación de nuestro cerebro.

O prueba con alguna actividad física

Los beneficios del deporte están al margen de toda discusión. No hace falta que te pases tres horas al día en el gimnasio para notar su efecto. Un simple paseo al final de la jornada mejorará la productividad al día siguiente. Para el analista de ‘Forbes’ Amit Chowdhry, la productividad no debería medirse en el número de horas que trabajamos al día, sino en cuánto trabajo podemos hacer sin poner en riesgo nuestra salud física y mental.

descansar tras un día de trabajo en la naturaleza

Un poco de naturaleza ayuda

La mayoría de la población mundial vive en ciudades. Sin embargo, el Homo sapiens fue moldeado por la evolución en un entorno sin cemento ni máquinas. Para reducir la fatiga y recuperarte después de un día duro, un poco de verde ayuda. No hace falta que te pongas las botas de trekking. Según un estudio de la Universidad de Standford, un simple paseo por una zona arbolada reduce la ansiedad y el estrés y refuerza nuestras capacidades cognitivas.

Crea un ritual de desconexión

Todas estas pautas pueden parecer demasiadas, imposibles de conseguir tras todo un día trabajando. Pero tampoco hace falta que cumplas cada una de ella. Según explican desde la plataforma de gestión del tiempo Rescue Time, lo más importante es tomar el control del día a día. Para ello, se puede establecer un ritual de desconexión con el trabajo. Por ejemplo, escribir una lista de prioridades para el día siguiente, reflexionar sobre lo que hemos hecho en la oficina y apagar todo. Al llegar a casa, dejar el móvil a un lado y tener claro qué se va a hacer para desconectar y descansar.

descansar tras un día de trabajo y la vida social

La importancia de la vida social

Como el midfulness, otro de los conceptos de moda es el de afterwork. Nos guste o no como concepto, terminar el día laboral socializando fuera del entorno de la oficina tiene efectos muy positivos. Si lo haces con tus compañeros de trabajo, se reforzarán las relaciones personales dentro de la empresa y se trabajará más cómodo en equipo. Pero los efectos son igual de positivos, o más, si quedamos con un buen amigo. Un café y una charla a golpe de martes puede cambiar mucho la semana.

Y lo básico: come y duerme bien

Puede parecer obvio, pero la alimentación y el descanso son claves para la recuperación después de un día duro en el trabajo. Comer lo más sano posible, varias veces al día, sin darnos grandes atracones, y dormir siete u ocho horas de forma habitual es más importante de lo que parece. Como, normalmente, nos toca madrugar, es mejor organizar el día para meternos en la cama temprano. Por muy enganchados que estemos a nuestra serie favorita.

Imágenes | Pixabay, Pexels, iStock

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