La quinta generación de redes móviles promete facilitar la implantación de Internet de las Cosas (IoT) en las empresas. Esta tecnología potenciará la conexión entre objetos sin que sea necesaria la intervención de las personas a escala masiva. Una revolución de la que se viene hablando desde hace tiempo y a la que se asocia una fecha clave: el año 2020.
Basado en la infraestructura actual de las redes 4G, el despliegue de la tecnología LTE-M supone el primer paso en la llegada de 5G, aportando mayor velocidad, penetración, menor consumo de baterías y soporte de movilidad y voz, además de la estandarización, robustez, escalabilidad y seguridad en IoT. La futura llegada del 5G aportará todavía más mejoras y avances cuya funcionalidad y eficacia también evoluciona.
La nueva red móvil 5G supondrá un salto cualitativo, y cuantitativo, en cuestión de conectividad. Promete multiplicar por cien el número de dispositivos conectados y reducir hasta un 90% el consumo de energía de la red. Será posible gracias a una mejora en la banda ancha, con más capacidad de red, menos latencia y más velocidad, lo cual hará posibles las comunicaciones M2M (máquina a máquina) a mayor escala.
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«El 5G permitirá una mejora en la conexión masiva de wearables, coches, ordenadores… así como contribuirá de manera crucial al desarrollo de las smart cities, siendo el catalizador de la implementación de dispositivos IoT”, concreta José Cano, director de análisis y consultoría de IDC.
La edición de junio de 2018 del Mobility Report, de Ericsson, reveló un informe en el que se analizan las tendencias que impulsarán la industria móvil durante los próximos cinco años, señalando que son inminentes los primeros lanzamientos comerciales de redes 5G y las implementaciones a gran escala de IoT. En dicho estudio se estima que para 2023 habrá alrededor de 3.500 millones de conexiones IoT y 1.000 millones de suscripciones 5G.
2020, el año del 5G
Para que estas previsiones se cumplan es imprescindible asegurar el espectro correcto para 5G en bandas bajas, medias y altas. Con la cuenta atrás ya en marcha, los diferentes organismos implicados en la definición del 5G trabajan para llegar a tiempo para su despliegue.
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La solución 3GPP 5G propuesta está basada en una evolución de la LTE y las primeras especificaciones NR 5G que fueron aprobadas en diciembre. Entre los participantes de los grupos de trabajo está la multinacional Huawei. “Solo un estándar unificado global permitirá enfocarse en la innovación tecnológica, promover el uso comercial, ampliar la capacidad de la industria y fortalecer la cooperación para construir un ecosistema 5G sólido”, señalan fuentes de la compañía.
El Plan de Acción para 5G de la Unión Europea y el Plan Nacional de 5G aprobado por el anterior gobierno, planean disponer de las primeras redes comerciales 5G para 2020. En el caso de España hemos asistido recientemente a la licitación de las bandas de frecuencias para su desarrollo y despliegue. Esta oferta de banda ancha tiene fijado un límite de 120 MHz por operador, y se espera que todos las compañías puedan acceder a una cantidad de espectro suficiente para aprovechar todas las potencialidades de la tecnología 5G.
[hde_summary]»Superbanda ancha, muy baja latencia, fiabilidad y un aumento del número de objetos conectados serán las claves para el desarrollo digital de sectores como el turismo, la salud o la educación»[/hde_summary]
Entretanto, el 3rd Generation Partnership Project (3GPP) ha incluido recientemente LTE-M como estándar para comunicación entre máquinas, confirmando además que la capa de Massive Machine Type Communication de 5G estará basada en esta tecnología y, en consecuencia, tanto la capa de radio NR-5G como el Core la soportarán. Este hecho supone una consolidación del estándar LTE-M en las futuras redes 5G y permite a las empresas empezar sus procesos de transformación digital con LTE-M, una tecnología ya disponible con garantía de continuidad en los próximos años.
Un impulso para el IoT
Desde la firma de análisis IDC consideran que cuando se habla de la implantación de esta quinta generación de comunicaciones móviles hay que hablar de dos velocidades. Por un lado, lo que es una infraestructura 5G, que permitirá el despliegue de las redes y que se espera que no esté generalizada hasta el año 2020. Y, por otro, lo tiene que ver con el desarrollo y la fabricación de terminales que puedan utilizar sus capacidades. En este sentido, varios fabricantes ya han anunciado sus primeros móviles 5G para 2019.
Pero que nadie se lleve a engaño. El verdadero potencial de las nuevas frecuencias está más relacionado con el sector productivo que con el usuario final. Súper banda ancha, muy baja latencia, fiabilidad y un aumento del número de objetos conectados serán las claves para el desarrollo digital de sectores como el turismo, la salud o la educación. Y, sin duda alguna, de la industria y de las smart cities.
“Por volumen de dispositivos conectados, el sector de las Ciudades 4.0 va a ser clave para el desarrollo de red IoT masivas”, señala Pilar Puerta Galván, Responsable de Comunicación en Red de Orange. Además, añade que con el 5G “se podrán desplegar una gran cantidad de sensores capaces de proporcionar una gran variedad de servicios”.
Desde Ericsson anuncian que la llegada del 5G multiplicará ampliamente el número de dispositivos que la red puede manejar y disminuye los requerimientos de energía, estimulando el crecimiento generalizado de Internet of Things (IoT). Implementar grandes redes de sensores, como los de los vehículos en carretera, se vuelve más práctico. Se dispondrá de mejoras como mayor capacidad de red y mayor duración de la batería para los dispositivos conectados, facilitando el mantenimiento remoto de los mismos.
Es en la industria de los sensores precisamente donde más se está aplicando el IoT. Sobre todo en productos como el alumbrado o aparcamiento inteligente, cámaras y drones. Además, también está presente en otros ámbitos como la gestión de averías, ajuste automático de la demanda de suministros de forma eficiente y sistemas de control medioambiental para prevenir episodios de contaminación.
Precisamente el caso de los vehículos autónomos –tanto colectivos como particulares– es un claro ejemplo de la aplicación de la tecnología 5G. “Unos exigentes requisitos de movilidad, ultra fiabilidad y muy baja latencia son necesarios para hacer realidad este tipo de servicios de forma eficiente”, apunta Puerta Galván.
Nuevos modelos de negocio en la Industria 4.0
Actualmente es en la industria 4.0 donde más se está aplicando el IoT. Según datos de IDC, España es el quinto país europeo en gasto en este terreno y la firma prevé que crecerá a una tasa del 16% hasta 2021. Entre sus usos está la trazabilidad y seguimiento de activos, mantenimiento predictivo, análisis y comportamiento del consumidor, y mejora de la experiencia y satisfacción del cliente.
Sin embargo, esto no es todo. “La llegada masiva del IoT a la industria permitirá nuevos usos, transformando completamente el sector industrial en toda su extensión”, mantiene José Cano, director de análisis y consultoría de IDC. “Y, lógicamente, para poder lograrlo será necesario el despliegue de la infraestructura 5G. Será la que permita desarrollar nuevos modelos de negocio y casos de uso”.
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Algo en lo que también coinciden en Huawei, una firma en la que consideran que la aplicación del 5G en IoT y las industrias verticales abrirá nuevos mercados y oportunidades de negocio a los operadores, sobre todo aquellos que precisen comunicaciones de alta fiabilidad y/o baja latencia. Eso sí, apuntan que el 5G debe ser algo más. «Debe ser una plataforma para la innovación, la colaboración y la creación de ecosistemas, y el emprendimiento. Tiene un enorme potencial como facilitador de la transformación digital de la sociedad”.
En ese sentido, desde Orange esperan una aceleración progresiva en los próximos años gracias a las nuevas tecnologías Mobile IoT. Este estándar será un gran dinamizador del número de objetos conectados en la evolución futura de los servicios IoT.
“Este gran crecimiento de la conectividad basada en tecnologías celulares tradicionales y en las nuevas tecnologías LPWAN (Low-Power Wide-Area Network), se espera que sea el driver que empujará la aparición de casos de uso empresariales y domésticos en los próximos años”, afirma Puerto Galván.
El 5G facilitará el camino para nuevas e innovadoras tecnologías y servicios en industrias tales como cuidado de la salud, donde el diagnóstico remoto y la cirugía podría ampliar radicalmente la entrega de medicamentos, según anuncian desde la multinacional tecnológica Ericsson.
Tecnología 5G en pruebas
Mientras esto ocurre, ya hay varios proyectos en marcha para potenciar el uso de las redes 5G en el sector industrial. Como el que suscribió Orange el pasado mes de febrero con Acciona y Mobile World Capital Barcelona. Centrados en los sectores de la construcción y la logística, ya están haciendo pruebas de vehículos sin conductor en obra civil y en fábrica para mover mercancía. Y tienen previsto realizar cuatro pilotos más en el año 2019.
Además, desde comienzos de 2017, están testando dos soluciones desarrolladas internamente por el Grupo Orange. “Una de ellas es Live Objects como plataforma IoT y pieza clave en el desarrollo de aplicaciones verticales IoT, y la primera solución vertical denominada Smart Tracking para la gestión en movilidad de activos de valor, como contenedores, mercancías, trazabilidad del frío…”.
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Por su parte, y con el objetivo de construir un mundo inteligente y totalmente conectado, en la multinacional china Huawei llevan invirtiendo en 5G desde 2009. “Tan sólo en 2017 hemos destinado 600 millones de dólares en I+D para el desarrollo del 5G. Y esperamos que esta inversión alcance los 800 millones en 2018”.
Pero no sólo los operadores y proveedores de infraestructuras están trabajando en su implantación. La administración también está haciendo su parte. Desde la entidad pública Red.es han lanzado una convocatoria para financiar dos proyectos piloto por valor de 20 millones de euros. De esta forma, quieren incentivar el despliegue de las redes 5G y que se experimente con las posibilidades que permite esta tecnología.
“Desarrollar casos de uso con la implicación de todos los agentes –incluyendo a los usuarios–, permitirá acreditar las tres grandes mejoras aportadas por el 5G: banda ancha móvil de muy alta velocidad y capacidad, comunicaciones ultra fiables y de baja latencia, y comunicaciones masivas máquina a máquina”, describe el analista de IDC.
Desafíos futuros para el IoT
Durante los próximos meses, se plantean desafíos a los que habrá que hacer frente para implementar el IoT de manera efectiva. Desde Huawei señalan cuatro retos a superar. El primero de ellos, recalcan, es la necesidad de que existan requisitos unificados con el fin de contribuir a un desarrollo equilibrado del Internet de las Cosas, como establecer estándares 5G unificados.
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También mencionan el compromiso ineludible de mantener un diálogo más intenso entre las industrias verticales, los operadores y suministradores. “El desarrollo de casos de uso de 5G pasa por entender de primera mano las necesidades específicas en cada una de esas verticales en cada mercado”.
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Un diálogo que, sin duda, llevará a afrontar el tercero de los desafíos que todos los participantes tienen por delante: formular políticas de regulación intersectoriales de manera coordinada. Por último, es imprescindible “acomodar los retos a largo plazo con los objetivos a corto plazo. A lo largo del desarrollo de 5G, todo tipo de cambios en la industria y la demanda seguirán presentando nuevos requisitos”, apuntan desde la tecnológica china.
Ericsson, mientras tanto, explica que la tecnología 5G proporcionará una mejora en aquellas plataformas de innovación que se nutren de tecnologías emergentes como el Internet de las Cosas (IoT) para convertirse en partes integrales de nuestra economía y estilo de vida.
Según la consultora Gartner, se espera que el número de objetos conectados sea de 20.400 millones en 2020. Con la implantación del 5G se dará respuesta a todas la necesidades de conectividad actuales, y de un futuro próximo.