Las pymes de nuestro país están afrontando bien la digitalización. Es una tarea compleja que implica expertos a menudo externos y servicios de terceros. En la punta de lanza de esta tendencia está la robotización de tareas, más allá de la automatización clásica. Si tengo una pyme, ¿invierto en un robot?
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Robots físicos tangibles de cara al público
A la vanguardia de la robótica en el sector servicios están los hoteles robóticos. El 100% de su plantilla de atención al cliente es un robot. Un robot recepcionista, otro como botones, un tercero para llevar las maletas a la habitación. Pero el grueso de las empresas cara al público robotiza de un modo más modesto.
Uno de los dispositivos más usados son los brazos robóticos dispensadores. Cada vez son más frecuentes en farmacias de barrio. A pesar de que su coste es abultado, el retorno es rápido y facilita la labor a los farmacéuticos, que pueden dedicarse a atender a los clientes en lugar de ir y venir del almacén.
En locales algo más grandes, como supermercados, ya existen soluciones de carritos inteligentes como Eli, de la marca coreana E-Mart. Este robot ayuda directamente al cliente. En este caso, a comprar.
Otros robots más frecuentes en nuestro país son aquellos que se encuentran a final de la línea de caja. Haciendo uso de lectores de código, son capaces de liberar al personal de caja para que pueda dedicarse a otras labores. Por ejemplo, reponer inventario o ayudar a los compradores.
https://youtu.be/EeMTZd68fOU
En el límite de la robotización se encuentran espacios como el de arriba. El inventario y los robots se encuentran en el techo, y los clientes reciben su compra en la planta de abajo. Estas soluciones todavía no son muy asequibles, pero tienen un retorno de inversión muy rápido.
Robots ‘invisibles’ que trabajan en servidores a kilómetros
Los robots no tienen por qué ser máquinas físicas. También pueden trabajar, como programas muy avanzados, en máquinas virtuales. Servidores a distancia que nos ayudan, por ejemplo, a gestionar los pedidos online de la tienda incluso cuando no está abierta. Pongamos un ejemplo real.
Woocomerce es un módulo para WordPress (piedra angular de nuestra tienda online) que ayuda a recepcionar pedidos. Básicamente es un robot instalado en el mismo servidor de nuestra página web que funciona como un tendero. El cliente pulsa sobre “comprar” y Woocomerce emite la factura y lanza la orden a tienda para que se prepare el envío. Suponiendo que haya un envío físico.
Si este robot u otros muchos módulos que hacen labores similares son interesantes es porque ni siquiera necesitamos una tienda física para usarlos. Podemos tener una tienda física de fruta fresca que cierre por la noche (obvio), pero que con Woocomerce siga recibiendo pedidos. Una pasarela directa a los agricultores informará por la mañana de adónde han de enviar la fruta.
Esto reduce considerablemente gastos de gestión e impacto en el transporte, aumenta la calidad hacia el usuario final y, si seguimos hablando de comida o productos perecederos, evitan que se estropeen. Con este robot virtual podemos mantener parte de la tienda abierta de noche y atender a los clientes en horario comercial.
Los chatbots son una realidad accesible
Buena parte de estas soluciones robóticas son gratuitas pero requieren mucho tiempo o expertos para su correcta configuración. Mucho más complejos son los chatbots de los que hemos hablado en más de una ocasión. Algunos, como Chatbot Chocolate, con fundadores españoles.
Los chatbots tienen un coste mucho mayor que una pasarela sencilla. A menudo se basan en algoritmos y redes neuronales complejas que hay que entrenar. Pero también ofrecen muchas más soluciones a las pymes, como la resolución de dudas típicas a clientes en horas de cierre de negocio.
Las pymes orientadas al consumidor (B2C) del presente se enfrentan a un dilema parecido al que se encontraban las B2B industriales del siglo pasado. “¿Invierto en un robot que automatice la producción?”, se preguntaban. Ahora las preguntas son: “¿Invierto en un robot que contacte con mis clientes, lleve mis cuentas o lance mis campañas de marketing?”.
La digitalización del negocio es lo primero
Si se busca una empresa de éxito y una larga vida, la respuesta a las preguntas de arriba es “sí”. Pero, como hemos dicho al principio, digitalizar no es una tarea sencilla o rápida. Hemos de buscar las herramientas que aportan valor a nuestro negocio y nos ayuden con el trabajo del día a día.
Con soluciones como Big PYME las pequeñas y medianas empresas contarán con una batería de servicios y herramientas en las que apoyarse en varios frentes: la nube, aplicaciones de comunicaciones avanzadas, fibra simétrica o líneas móviles con voz y datos como para acabar el mes sin problemas.
Imágenes | iStock/YakobchukOlena, E-Mart, Pixnio, iStock/undefined