La ficción está muy presente en nuestra vida. Tanto que nos imaginamos al emprendedor de éxito como un joven de entre 20 y 25 años. Nada más lejos de la realidad, se puede emprender a cualquier edad. De hecho, el grueso de las startups arranca con emprendedores de entre 40 a 45 años de edad.
En España tenemos 757.000 parados de larga duración de 45 años o más, entre otros factores, por su falta de conocimientos digitales o la creencia de que no pueden mantener un aprendizaje continuo. Una ficción, por cierto. ¿Y si se diese a estas personas la oportunidad de emprender? ¿Tendrían más éxito?
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Entre 40 y 45 años, los emprendedores de éxito
Medir el éxito emprendedor es extraordinariamente difícil. ¿Es producto de los ingresos, de la cuota de mercado, de sobrevivir al paso del tiempo? En un modelo económico basado en el crecimiento, quizá sea esta la magnitud que debemos considerar. Si tu empresa crece, lo tiene. Si no, no, o lo aportan otros factores.
Este es parte del punto de partida de varios investigadores asociados a la Oficina Nacional de Investigación Económica estadounidense (NBER). En abril de 2018, publicaron un artículo titulado ‘‘Emprendimiento de alto crecimiento y edad’ en que relacionaban la edad de los emprendedores y el crecimiento de la startup.
El gráfico de arriba, extraído de ese estudio, muestra dos datos interesantes. El primero, en negro, suma el número de startups estadounidenses. Representa el porcentaje de empresas en base a la edad de los fundadores. El segundo, en azul, segrega el 1% de las empresas con mayor crecimiento.
Ambas curvas tienen una forma parecida, pero el éxito está desplazado hacia la vejez. Hacia la experiencia y los años de trabajo.
Todo parece indicar que el éxito, medido como crecimiento de una empresa, ocurre con más frecuencia si quien monta la empresa tiene entre 40 a 45 años. Sin embargo, el grueso de startups tienen a sus fundadores entre los 37 y los 43, de manera aproximada.
No valoramos la experiencia que dan los años
De la gráfica de arriba se desprende algo interesante. El 1% de las empresas de máximo crecimiento se esconde bajo el paraguas de la media hasta los 37 años, y luego queda por encima. Esto significa que a partir de los 37 es más probable tener éxito levantando una startup. Y, por debajo, menos.
En la cultura popular, Mark Zuckerberg es uno de los emprendedores de éxito representativo. Con 19 años levantó Facebook. Pese a su éxito, no es representativo. Según el estudio de la NBER, Zuckerberg es una excepción. Pero Gates, Jobs, Ortega… son nombres que nos suenan a éxito, y a edad:
- 37 Gap
- 38 Hugo Boss
- 39 Garmin
- 40 Ford
- 41 Coca-Cola
- 42 Starbucks
- 43 Roll-Royce
- 44 Walmart
- 45 General Electric…
- …
La lista que vemos arriba continúa hasta los 61 con IBM y está extraída de la infografía ‘¿Es demasiado tarde para emprender?’ de la periodista Anna Vital. El número indica la edad del fundador o fundadores de la marca. Y, como podemos ver, hay ejemplos de emprendedores seniors en todas las épocas.
Entonces, ¿emprendo o no emprendo?
Tanto la gráfica como la infografía pueden llevarnos al error de pensar que hasta los 40 no deberíamos emprender. Lo cierto es que casi todos los emprendedores de éxito antes han sido emprendedores de fracaso. La edad, per se, no es el motivo por el que sus empresas se estabilizan y crecen. La experiencia, sí.
No hay unas características mínimas que deba cumplir un emprendedor, aunque sí hay factores que ayudan a que este tenga éxito. Haberse equivocado previamente parece ser una de ellas. Cuando emprendemos siendo jóvenes es más fácil que cometamos errores clásicos que desconocíamos.
De nuestra entrevista con Luis Pérez-Breva, director del MIT Innovation Teams, aprendimos cómo innovar en serie nos hacía mejores innovadores. La clave estaba en equivocarse pronto más que en equivocarse mucho. Estudiando el Mapa del emprendimiento 2017 nos dimos cuenta de que el 48% de los emprendedores de éxito habían creado al menos una empresa previa a la actual.
Todo lo anterior significa que si tienes 20 años, y quieres emprender, dejarlo para más adelante no es especialmente recomendable. También significa que tendrás más probabilidades de equivocarte, pero que así conseguirás más experiencia para, cuando vuelvas a hacerlo pasados los 37, tengas más éxito.
También implica que si tenemos una edad avanzada, todo lo aprendido previamente juega en nuestro favor. Pero que perdemos “puntos de experiencia” frente a otras startups si no hemos levantado empresas antes. Quizá lo aprendido como trabajadores nos ayude, pero no sea suficiente.
En cualquiera de los casos, la NBER aclara que la edad es un factor relevante para el éxito empresarial. Esos 757.000 parados de larga duración de 45 años o más tienen mucho que aportar a la sociedad. Quizá vía cursos de reciclaje, prácticas de adaptación o ayudas. Pero su experiencia cuenta.
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