Llamadas millennials y centennials respectivamente, las generaciones Y y Z están cambiando el mundo laboral. Han superado cierto umbral de edad y sus decisiones empiezan a tener peso en el mercado. Ofrecen algo distinto a las generaciones que les preceden, y también buscan algo diferente.
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Debido a esta búsqueda y cambio de expectativas, las empresas modifican sus políticas de contratación. Las nuevas generaciones saltan antes al siguiente reto, el sueldo pierde peso en sus expectativas, buscan ser autónomos, les gustan los proyectos y muchos apoyan la gig economy como forma de trabajar, entre otras características.
¿Se percibe el cambio generacional?
La consultora Deloitte ha publicado este año el estudio ‘The Deloitte Millennial Survey 2018’. En él se explora la brecha en el mercado laboral a la altura de la generación millennial. Buena parte de esta fisura viene del modo en que estas generaciones ven el mundo laboral actual:
- Las marcas se centran en sus objetivos sin tener presente a la sociedad.
- No se comportan de forma ética.
- Los líderes no se comprometen con la mejora social.
- La única ambición es hacer dinero.
Aunque hay blancos, negros y grises, el grueso de las generaciones que irrumpen en el mercado laboral ven la radiografía de arriba y pretenden cambiarla. También sienten que las marcas no priorizan aquello que les importa (abajo). Esto hace que, con cierta frecuencia, tiendan a emprender por su cuenta o se marchen de las empresas.
En busca de empresas éticas
Los millennials son una generación que ha crecido con el cambio climático de sus bisabuelos, abuelos y padres. Han nacido en regímenes democráticos en los que las leyes se dan por supuestas y esperan seguir ampliando los derechos sociales y la calidad de vida. Por eso buscan empresas éticas y responsables.
Esto significa que las empresas que no se comporten de forma ética a corto plazo tendrán problemas a la hora de captar el talento que, como veremos más abajo, tiende a saltar de una empresa a otra buscando proyectos.
Las marcas no solo tienen que evitar sus impactos sociales negativos tradicionales (contaminación, exclusión social, sexismo…), sino que también deben trabajar por mejorar la sociedad futura. Esto requiere una amplitud de miras que los millennials en adelante relacionan con la diversidad laboral.
La diversidad es un punto muy importante para la generación Z, pero más aún para la Y. Buscan equipos de trabajo mixtos en cuanto a género, edad, etnia, infancia (educational background) y otros factores como la formación. Es decir, que en un equipo de ingeniería tenga cabida un arquitecto o un lingüista, porque aportará una perspectiva que el resto será incapaz de ver a priori.
“No lo estáis haciendo bien”
Tradicionalmente, las organizaciones gubernamentales y eclesiásticas han tenido un gran poder. A mediados del siglo XX algunas marcas empezaron a superar ese techo. Hoy día muchos millennials consideran que el impacto positivo de algunos líderes de la industria es mucho mejor que el impacto de líderes políticos o religiosos, a los que censuran abiertamente su impacto negativo en la sociedad.
Aquellos líderes empresariales, políticos y religiosos –todos a fin de cuentas dentro del mercado laboral– que se demuestren como agentes del cambio positivo demandado, tendrán hueco en las diferentes economías. De hecho, los millennials son optimistas con respecto a la economía y política futuras, y piensan que mejorarán juntas, según Deloitte.
Menos oportunidades laborales para la baja formación, y más cambios
Los baby boomers (56-76 años en la actualidad) obtuvieron una carrera pensando que vivirían de ella el resto de su vida trabajando a tiempo completo. Solo el 46% de ellos sigue pensándolo. De la generación X (35-55 años), el 43% está de acuerdo con ello, y solo el 32% de los millennials cree que algo así podría suceder.
La mayoría de ellos tiene presente que necesitará estudiar a lo largo de toda su vida y reinventarse una y otra vez para tener oportunidades laborales. Se han criado en un mundo digital en constante cambio y entornos en los que la propia enseñanza ha ido variando. Ahora tenemos MOOCs para todo.
Los millennials se mueven bastante más que las generaciones anteriores. El 43% de ellos piensa dejar los trabajos tras dos años en el puesto, cuando haya adquirido experiencia suficiente. Y el 28% de esta generación espera no superar los cinco años en la misma empresa.
En la generación Z estos porcentajes suben todavía más. El 61% de ellos confirma que querría irse de una empresa al hacer dos años en ella. Los motivos, tan variados como los vistos arriba: buscan ética, diversidad e impacto social positivo. Y no lo encuentran en el sistema laboral actual.
Gig economy: la economía del trabajo esporádico
Nuevos negocios como Uber, Deliveroo o Airbnb han abierto un debate en torno a la economía. Y la calidad del trabajo. Quizá por ello se confunde “trabajo esporádico” con “trabajo inestable”. Los millennials y la generación Z persiguen la gig economy, la economía de los trabajos ocasionales porque disponen de las habilidades que demanda el mercado.
No así la inestabilidad. Los más jóvenes son conscientes de que las empresas necesitan talento y freelancers con experiencia, y es por ello que prefieren esperar a que el trabajo llegue a ellos mientras trabajan en sus propios proyectos. Un escritor, un youtuber o un operador de dron son ahora autónomos muy demandados. Son ellos los que eligen sus tarifas y están atomizando el mercado laboral con profesiones que no existían hace 10 años.
Imágenes | iStock/monkeybusinessimages, iStock/Zinkevych, iStock/GaudiLab
Estudio completo (en inglés) | ‘The Deloitte Millennial Survey 2018’