¿Puede el dibujo de un niño llegar a convertirse en un objeto real? Moyupi es capaz de conseguirlo y hacer felices a niños y padres que ven en estos objetos un momento ilusionante y divertido para ambos.
Juan Ángel Medina, fundador y CEO de Moyupi, nos habla sobre este proyecto que transforma la imaginación en tres dimensiones y que ofrece un sinfín de juguetes divertidos que ya recorren las casas de medio mundo.
¿Qué o quién te inspiró para montar tu propia empresa? ¿De dónde viene ese primer impulso?
Fue una mezcla de dos situaciones: por un lado, yo trabajaba por aquél entonces como ingeniero en una empresa alemana en la que aprendí mucho sobre impresión 3D; por otro, vivía con una familia con muchos niños a los que les encantaba dibujar seres imaginarios, mayoritariamente monstruos. Un día pensé que molaría darle vida a aquellos dibujos mediante impresión 3D, y así surgió MOYUPI.
Cuéntanos, ¿qué es lo que tiene de diferente Moyupi para sus clientes?
Yo creo que el principal valor diferencial es que les ofrecemos la posibilidad de capturar la creatividad de sus hijos para siempre, convertir algo que ha salido de su imaginación en un objeto tangible. Los dibujos que se pegan en la nevera se acaban perdiendo, pero un MOYUPI tiene una presencia importante, se convierte en algo muy especial de lo que no te quieres deshacer.
¿Cómo fueron los inicios? ¿Con qué sorpresas te encontraste?
Los inicios fueron difíciles, pero no en los aspectos que suelen preocupar a los emprendedores que están empezando. Económicamente no tuvimos problemas, porque el negocio no requería mucha inversión y pudimos ir tirando de los premios que ganábamos. El mayor problema siempre fue de comunicación: cómo transmitir que lo que hacíamos no era un juguete, que no se podía comparar con un muñeco que compras en una tienda, que es algo único en el mundo y que por tanto lleva muchísimo trabajo detrás (y por tanto un precio que se percibe elevado). Conseguir crear una marca que proyecte todo esto sin dejar de lado el toque infantil y divertido ha sido muy difícil, pero creo que con la nueva web lo hemos conseguido.
¿Tuviste a mucha gente a tu alrededor que pensó que era una locura?
No, más bien todo lo contrario. En general, la gente es muy optimista cuando les cuento la idea, porque parte de una premisa muy simple: transformar los dibujos de los niños en figuras reales. Parece fácil, y la gente espera que triunfe. Pero detrás de cada moyupi hay un trabajo de muchas horas de diseño del personaje, modelado 3D, impresión 3D, postproducción y pintura, y las personas que entienden cómo esto afecta al precio final sí son algo más escépticas sobre su posible éxito.
¿Qué relevancia ha tenido el uso de redes sociales a la hora de dar a conocer Moyupi?
Para nosotros, las redes lo son todo. Al tener una tienda online y, sobre todo, al tratarse de un concepto totalmente nuevo con un nombre que hasta ahora nadie buscaba, hemos tenido que valernos de todas las herramientas que internet nos ofrece para darnos a conocer. Somos bastante activos en Instagram, donde, además de subir fotos del resultado, mostramos el proceso de creación a través de los stories. Pero también estamos en Facebook, Twitter y Youtube.
Si tuvieras que escoger un momento de satisfacción vivido en tu empresa, ¿con cuál te quedas?
Sin duda, lo que mayor satisfacción me produce a día de hoy es exactamente lo mismo que ya me producía satisfacción cuando comencé con MOYUPI hace ya más de tres años: la reacción de los niños cuando ven por primera vez su moyupi. Sobre todo la de los que no se lo esperan. Es maravilloso. Me hace sentir como un mago.
¿Alguna anécdota divertida de tus clientes?
Recibimos muchísimos dibujos infantiles y la mayoría son muy divertidos. Y las historias que acompañan a estos dibujos suelen ser bastante locas, así que cada pedido es una nueva aventura. Por decir una anécdota en concreto, recuerdo una vez que una mujer quería convertir su dibujo en un moyupi y nos habló. Cuando vimos que se trataba de un dibujo hecho por ella y le dijimos que solo trabajábamos con dibujos de niños, cambió su estrategia y empezó a hablar como si fuera una niña que le había cogido el móvil a su madre. Fue muy gracioso.
Una ventaja y una desventaja de ser emprendedor
La ventaja principal es que eres tú quien tiene las riendas, lo cual puede ser a su vez la principal desventaja.
¿Cómo ves Moyupi en unos años?
MOYUPI está continuamente evolucionando. Acabamos de lanzar la nueva web donde se puede encontrar el producto principal que ya se conoce, pero estamos preparando un nuevo producto basado en los personajes principales de la marca que se fabricará en serie y que esperamos que nos permita llegar a mucha más gente gracias a su precio reducido. En unos años, esperamos ser un referente en cuanto a productos salidos directamente de la imaginación de los niños, sin importar si se trata de impresión 3D, escultura o pintura.
¿Qué consejos le darías a alguien que quiere montar su propia empresa?
No sé si soy el más indicado para dar consejos, pero hay algo que me habría gustado escuchar cuando empecé: No hagas caso a los gurús del emprendimiento. No pierdas tu tiempo. La mayoría de “expertos” ganan dinero diciendo frases bonitas pero vacías, que no servirán en tu caso concreto. Trabaja duro y sé constante y aprenderás mucho más.
Dinos una frase que te haya inspirado a ti y que les sirva a aquellos que todavía no se atreven a emprender
Persigue tus sueños a lo Benny Hill: no es tan importante alcanzarlos como divertirte en el camino.