En 1858 un empresario llamado Cyrus Field usó dos buques de guerra de madera, el Agamemnon y el Niagara, junto a miles de kilómetros de cable de cobre, y unió los continentes por primera vez. Era una tarea casi absurda por irrealizable. Hoy usamos finas hebras de cristal a las que llamamos fibra óptica.
Como la historia de las telecomunicaciones —los satélites fueron una vez ciencia ficción— la historia de la fibra óptica es una historia de empresas imposibles. ¿Un haz de luz rebota en el interior de un cilindro de cristal increíblemente fino y alargado? Es casi magia. Hoy, el mundo está cubierto por ellos.
La importancia de la fabricación de cristal, y la física
Las ecuaciones teóricas que dieron lugar a la fibra óptica fueron escritas mucho antes que el viaje de Field, en 1820. Por desgracia, tuvimos que esperar a 1910 para ver el primer “cable de vidrio”. El mérito se lo llevan los físicos Hondros y Debye, que trabajaban en el Laboratorio Bell.
La fibra óptica consiste en un cristal cilíndrico atrapado en una segunda cubierta también de cristal. Dentro del primero, el haz de partículas que viajan por el cable son incapaces de escapar debido al segundo cristal, que actúa como un espejo.
Sin el láser, la fibra óptica no existiría
La fibra óptica que usamos hoy día no tendría sentido sin un dispositivo de emisión de luz estimulada de radiación. Es decir, un láser o un diodo. Hoy cualquiera puede comprar un láser para jugar con su gato, pero en el cercano 1960 el láser no existía.
Aunque el primer experimento con fibra óptica ocurrió en 1952, hasta 1980 la emisión de luz no fue mejorada. 1980 fue el año del compact disk, el disco leíble y editable gracias al láser. Fue en AT&T donde los mejores cristales de sílice pura y los mejores emisores se unieron.
Hilos de cristal atravesando el océano
130 años después de que Field tendiese el primer cable transatlántico, un fino cable de cristal fue tendido entre Tuckerton (EE.UU.) y Penmarch (Francia) pasando por Widemouth Bay (Inglaterra). El sistema costó 335 millones de dólares americanos e hizo falta la inversión de una decena de empresas.
Hablamos del primer cable de fibra óptica transatlántico, el TAT-8, que estuvo en servicio hasta 2002. Fue necesaria la inversión de AT&T, France Télécom (Orange) y British Telecom. Hoy la fibra es tan asequible que todos la usamos en el trabajo. Nuevas formas de fabricación la han convertido en un elemento barato.
Tanto que el precio de la Fibra Oro de Orange supone apenas 3 €/mes. Esta tarifa hace posible seguir conectado en todo momento usando redes 4G, también cuando se está fuera de la oficina. La Fibra Oro es una solución de continuidad de fibra orientada a empresas.
Basado en un dispositivo Mi-Fi 4G, provee red de máxima velocidad incluso cuando se está fuera de la oficina. Este dispositivo, del tamaño de un monedero, incorpora una SIM y es capaz de proyectar a su alrededor una red WiFi estable. Mientras lees este artículo, laboratorios de todo el mundo mejoran la calidad de la fibra óptica del futuro.
Imágenes | iStock/nevodka, Emiliano Vittoriosi (Unsplash)