La Ruta de la Seda ha sido, y es, uno de los mayores ejes comerciales del mundo. En su momento, además, supuso un corredor cultural sin precedentes. Hoy, el ‘Dragón de Hierro’ es una línea ferroviaria que une Madrid con Yiwu y que pasa por ocho países a lo largo de esta ruta. Una nueva Ruta de la Seda que China compagina con la apertura de nuevas vías marítimas por el sur del globo.
La nueva Ruta de la Seda es una ruta comercial de bienes, lo que implica que hay que transportarlos al menor coste económico y temporal posible. La primera ruta usaba carros de tiro, la siguiente locomotoras y la tercera barcos. Ahora hemos vuelto al tren para Europa, pero no se parece en nada al transiberiano de entonces. Así es la nueva Ruta de la Seda.
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Así ha cambiado la Ruta de la Seda
La primera Ruta de la Seda (abajo, en verde, siglo I d.C.) atravesaba el continente asiático de este a oeste. Los comerciantes judíos se encargaron durante los años 600 y 1000 de ampliar la ruta hasta el por aquel entonces Reino de Toledo. Pero el gran cambio vendría al incorporar embarcaciones durante los últimos siglos.
Los cargueros siguen cruzando del Índico al Mediterráneo por el Canal de Suez, algo de lo que los egipcios han sabido beneficiarse. Sin embargo, buena parte de las mercancías que adquirimos en España made in China vienen ahora en tren. El viaje se reduce de 36 días por vía marítima a 16 en tren, si hablamos de la ruta hasta Europa.
Para llegar a España, este tren apodado ‘el ‘Dragón de Hierro’ pasa por ocho países, cambia de vía tres veces y viaja 13.052 kilómetros. Aun así, tarda solo 21 días para viajar de Yiwu a Madrid con 40 contenedores de carga.
Aunque puedan parecer mucho (el vuelo es de 18h con viento a favor) hay que tener presente la distancia entre estos dos extremos del Antiguo Mundo (arriba). Recordemos que Colón se perdió buscando otra manera de llegar a ese lugar. El tren es un aliado perfecto debido a su bajo consumo por kilogramo y kilómetro, y lo notaremos en nuestro país.
¿Cómo afecta la nueva Ruta de la Seda a las empresas españolas?
China se convirtió durante el siglo pasado en la fábrica del mundo. “Estados Unidos lo inventa, Europa lo legisla y China lo fabrica” es un conocido triángulo internacional. Buena parte de los objetos que vemos a nuestro alrededor, desde el material de oficina a los dispositivos de última generación, vienen de China para ensamblar o directamente montados allí.
Aunque el transporte marítimo forma parte de la estrategia china para “el cinturón”, una red de transporte multidireccional, el tren con Europa y Rusia está en el foco de sus planes. Esto significa que cada vez más nos llegará vía raíl algo que antes era trasladado por el mar, reduciendo considerablemente el coste.
No solo el coste del bien al necesitar menos capital para ser trasladado. Este cambio también está afectando al estocaje. Pasar de algo más de un mes a 21 días de viaje implica que el stock de producto que necesito tener es mucho menor y está más ajustado a la demanda local.
Esto vuelve a repercutir en el coste y, por tanto, da más margen para el beneficio. Sumemos también que el tren no se va en vacío. Un tren de mercancías de Europa a China es una oportunidad perfecta para vender en el país asiático.
Tecnológicas y startups, ¿las más beneficiadas?
Cuando el comercio aumenta su velocidad, todas las partes se benefician. Pasó con la invención del coche, de los camiones, del tren o el avión, y hay quien vaticina el mismo resultado para los tubos de vacío al estilo Hyperloop. Pero hay quien aparece como particularmente beneficiado de la ecuación.
Por lo mencionado arriba, las empresas españolas o que operen en España cuyo producto venga de China se verá considerablemente favorecido. Especialmente si es un producto bajo demanda cuyo proceso de fabricación necesite una orden push desde Europa o si nos dedicamos al dropchipping. A menor distancia temporal menos clientes acuden a alternativas locales o internacionales con stock.
Las startups, las tecnológicas, los laboratorios y los centros de investigación serán entornos que podrán aprovechar estas oportunidades. Este tipo de organización, a menudo dependientes del prototipado de innovaciones, suelen requerir de componentes específicos con baja demanda y cuya fabricación funciona mediante cuentagotas.
El tiempo que se tarda desde la aprobación de un presupuesto hasta el uso del objeto que atraviesa la nueva Ruta de la Seda puede llegar a reducirse a la mitad en el caso de España. 30 días de trabajo en espera por un componente clave es un trauma que se reduce con este pasillo comercial.
La nueva Ruta de la Seda va a despertar nuevas oportunidades de negocio en nuestro país. Tener en cuenta este nuevo corredor y todos los países involucrados es el primer paso para aprovecharlo.
Imágenes | iStock/sofiaworld, Kaidor, iStock/franz12
