‘Blockchain’ aplicado a la educación para evitar el fraude

Pymes

En el último año y medio, la universidad española ha saltado a las portadas.

Pero tristemente no ha sido porque haya mejorado en los famosos rankings mundiales de excelencia, o porque alguno de sus profesores haya conseguido un Premio Nobel, sino por asuntos más turbios.

La investigación periodística y las filtraciones desde la propia universidad nos han puesto al corriente de políticos que han hecho másteres en pocas semanas y con excelentes calificaciones sin pasar por las aulas e incluso sin presentar trabajo final. [hde_related]

El caso más sonado se ha llevado por delante la carrera política de Cristina Cifuentes, la que fuera presidenta de la Comunidad de Madrid. Pero hubo otros, como el que puso contra las cuerdas a Pablo Casado, el actual presidente del PP. También por plagio en su trabajo de fin de máster tuvo que dimitir la ministra de sanidad del PSOE, Carmen Montón, y también se han vertido acusaciones sobre la tesis doctoral de Pedro Sánchez.

En algunos aspectos, el sistema educativo, como el judicial, funciona hoy como lo hacía hace 200 o 300 años. La acreditación de las titulaciones que tiene un alumno está fundamentada en la posesión física de un título oficial en formato papel, un método que a todas luces se revela insuficiente en el siglo XXI por la necesidad de digitalización que hay, pero también para evitar imágenes surrealistas como las de los títulos falseados o los trabajos plagiados que han llenado esas portadas en los medios de comunicación en los últimos tiempos.

Blockchain al rescate

En este sentido, blockchain, la cadena de bloques que distribuye la información entre muchos ordenadores o nodos y que, de esta manera la hace inmutable y segura, puede ayudar a recuperar la confianza en las instituciones académicas. En España, universidades como la Carlos III de Madrid o la Internacional de la Rioja tienen proyectos de este tipo en marcha.

Otra de las que se ha sumado recientemente a esta ola modernizadora es el CEU, que cuenta con centros de educación en Madrid, Valencia y Barcelona. Y lo ha hecho de la mano de la consultora de origen vasco Ibermática. Esta y el CEU han trabajado en un sistema llamado ChainTalent, que permite que los estudiantes añadan, de forma complementaria a su acreditación formativa convencional, un registro distribuido que verifica de forma inmediata el currículum.

“La información que hay en la red es inmutable, es decir, que una vez que la universidad ha emitido la titulación sobre la blockchain, esta información es ‘imposible’ de modificar o eliminar. Estamos trabajando para trazar en la blockchain el expediente completo del alumno, lo que haría muy difícil que casos como los publicados en 2018 pudieran repetirse”, subraya Pablo Carretero, director de blockchain en Ibermática.

Mucho más que el currículum

De todas formas, ChainTalent no solo quiere quedarse en el registro del currículum académico, sino añadir también información de competencias, habilidades, experiencia profesional y de prácticas del estudiante.

La herramienta, que solo tiene dos meses de vida, aspira además a convertirse en un sistema compartido de información con el resto de universidades del país. ChainTalent ha sido un desarrollo de Ibermática al cien por cien, que empleó para el mismo a siete personas durante medio año.

Además, el deseo de la consultora es buscar nuevos socios. “Una plataforma descentralizada, incluso privada, no puede ser propiedad de una única compañía, puesto acabaríamos rápidamente con el concepto de descentralización”, explica Pablo Carretero. Además, el usuario de ChainTalent dispone de una URL o código QR desde el que puede publicar su currículum en cualquier red social.

La aplicación de este sistema de gestión universitaria es ampliable además a muchos otros procesos administrativos, como los que regulan el intercambio de alumnos en Europa o de los centros académicos con empresas e instituciones.

Ricardo Palomo, que es catedrático de la Universidad CEU San Pablo y miembro de Alastria, la red nacional de blockchain, dice que la certificación mediante la cadena de bloques aporta a los estudiantes la inmediatez y garantía de veracidad que demandan las empresas.

“Por otra parte, el paso de los estudiantes por la universidad es un buen momento para arrancar con el uso de su primera identidad digital, sobre la que blockchain añadirá capas de valor y de utilidad”, explica Palomo. Todo sea por digitalizar de una vez un mundo como el académico, que en algunos aspectos lleva siglos operando de la misma manera, y, de paso, evitar otro capítulo del esperpento nacional de los currículums y los masters falseados.

Imágenes | Ibermática / iStock.com/Noipornpan/Ismagilov

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