En junio de 2017, Lime lanzaba su servicio de patinetes eléctricos en algunas ciudades de Estados Unidos. Un año después, acumulaba ya más de seis millones de viajes. Parece mentira que hace solo dos años los e-scooters fuesen algo ajeno a nuestras ciudades.
Junto al número de usuarios han crecido también las startups de movilidad eléctrica. Y el capital ha mostrado su interés. Durante los últimos meses, algunas de las principales compañías detrás de los patinetes eléctricos han cerrado importantes rondas de financiación. La última ha sido la escandinava VOI Technologies. Todas quieren usar la inversión para expandirse.
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Lime: 310 millones de dólares
En febrero de 2019, año y medio después de nacer, Lime recibió una inyección de capital de 310 millones de dólares. No solo eso, sino que la operación valoró a la startup estadounidense en 2.400 millones. Quizá la cifra pueda parecer excesiva, pero Lime está presente en un centenar de ciudades de Estados Unidos y casi 30 localidades fuera de este país, incluyendo Madrid, Barcelona y Valencia. Y los seis millones de viajes del pasado junio se han disparado a 34 millones.
Además, ha firmado dos alianzas recientemente con Segway, para un nuevo modelo de patinete eléctrico, y con Uber, para ofrecer sus servicios dentro de la app. De hecho, los rumores sobre una posible adquisición por parte de Uber son constantes.
Con esta ronda de inversión, Lime ha atraído ya 800 millones de dólares, claves en su expansión internacional. “Esta nueva inversión muestra la fortaleza de nuestro negocio […] Los nuevos fondos nos darán la posibilidad de llegar a nuevos mercados, mejorar nuestra tecnología, fortalecer el equipo y probar nuevas oportunidades”, señaló Toby Sun, CEO de Lime, en una publicación en el blog de la compañía.
Tras sus pasos, Bird
Más o menos al mismo tiempo que Lime, Bird, su gran competidora en Estados Unidos y a nivel internacional, cerraba una ronda de inversión de 300 millones de dólares. Aunque la compañía no ha comentado públicamente la operación, Bird ya suma más de 400 millones invertidos desde su lanzamiento. La última operación valoró la startup en 2.000 millones de dólares, confirmando a Bird como el gran perseguidor de Lime.
La historia de Bird se parece a la de Lime en más elementos. Nació también en 2017, un par de meses después. Y tiene la expansión internacional entre ceja y ceja. De hecho, la compañía acaba de anunciar que este año llegará a 50 ciudades europeas. Hasta ahora, solo estaba presente en grandes capitales como París o Bruselas. Pero su crecimiento ya la ha llevado a Madrid, Málaga o Lisboa, entre otras.
VOI y Tier, Europa se despierta
Ante el auge de las dos compañías estadounidenses, que en un año han pasado a ser consideradas gigantes del sector, han surgido los primeros rivales en Europa. Sus lanzamientos son bastante recientes. Pero a pesar de su corta vida están también atrayendo capital y expandiéndose por el continente.
[hde_summary] Algunos análisis señalan que, si el año pasado fue el del crecimiento, este será el de la legislación. [/hde_summary]
La sueca VOI nació en agosto de 2018. Está presente en 14 ciudades y acaba de anunciar una ronda de 30 millones de euros. ¿Para qué? Para crecer, claro. Desde su bastión en Escandinavia ha saltado a París, Lyon, Madrid, Málaga, Zaragoza, Lisboa y Faro. Ahora ha anunciado más lanzamientos en Italia, Alemania, Noruega y Francia. Una de las particularidades de VOI es la forma de establecerse en las ciudades. Consciente de los obstáculos y problemas con la opinión pública de Lime y Bird, VOI ha desarrollado un código de conducta junto a algunas de las localidades en las que trabaja.
La última en llegar ha sido la alemana Tier. Con su último lanzamiento en Viena, ya está disponible en 20 ciudades europeas, incluyendo Málaga, Madrid y Sant Cugat (Barcelona). Su rápido crecimiento se ha visto respaldado por una inversión de 25 millones de euros liderada por el fondo Northzone, el primero en invertir en Spotify.
¿Y las ciudades?
Pago por uso, movilidad eléctrica y compartida, facilidades de uso mediante una app móvil… Las compañías de e-scooters han sabido cómo convencer al usuario. Al menos, de momento, parece que funciona. Sin embargo, están teniendo muchos más problemas para convencer a los gobiernos locales. Cada vez más ciudades se suman a las quejas por ocupación de espacio público, invasión de carriles bici y aceras por parte de vehículos motorizados y las escasas medida de seguridad vial.
Por eso, tras el boom de 2018, las primeras regulaciones han entrado en vigor. De hecho, algunos análisis señalan que, si el año pasado fue el del crecimiento, este será el de la legislación. De momento, las startups detrás de esta modelo de movilidad compartida han demostrado saber escalar el negocio y atraer a los inversores. El siguiente paso será convencer a las ciudades de que son una alternativa al resto de medios de transporte.
Imágenes | Pexels/Denniz Futalan, Lime, Bird, VOI, Tier