Todos necesitamos vacaciones. Es un derecho de los trabajadores que lo hacen por cuenta ajena.
Dependiendo de su convenio, disfrutan de más o menos días a lo largo del año sin perder ni un solo euro de su sueldo. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los autónomos.
Por lo general, y debido a su régimen de trabajo, solo cobran cuando producen. Algo que evidentemente no ocurre si se encuentran de vacaciones. Hemos hablado con algunos freelance para saber cómo gestionan su tiempo de descanso sin que ese merecido paréntesis repercuta más de la cuenta en su economía.
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Su trabajo, su responsabilidad
Transportista desde hace más de dos décadas, Enrique C. siempre ha sido autónomo, así que lleva toda su vida laboral disfrutando de vacaciones ‘no pagadas’. Pero siempre asegurándose de que esos días que no trabaja los dedica únicamente al descanso. Al principio, soltero, y desde hace más de 12 años con su mujer y su hija.
[hde_quote author=»Paula» position=»Periodista ‘freelance'»] Esto supone que cuando las vacaciones están cerca, madrugo un poco más y dedico algún que otro fin de semana a preparar los reportajes [/hde_quote]
“Algunas de las empresas con las que trabajaba en mis comienzos, cuando me compré una furgoneta y empecé a repartir periódicos por la noche, ponían un sustituto que se ocupaba de cubrir mi puesto cuando me iba de vacaciones”, explica. Enrique reconoce que, en ocasiones, le han propuesto que sea él quien se encargue de buscar a una persona que le reemplazara y ocuparse de su gestión, “pero esa fórmula no me convence, prefiero irme de vacaciones sin tener que preocuparme de nada”.
Su trabajo se realiza día a día, no como el de Paula M., que desde hace tres años trabaja como periodista ‘freelance’. “Antes de ponerme por mi cuenta no tenía problemas para organizar las vacaciones, disponía de bastante flexibilidad a la hora de escoger las semanas que más me interesaban. Ahora todo se ha complicado mucho más”, afirma.
Una de las consecuencias de este cambio es que disfruta de menos días de vacaciones. Esto ocurre porque, según su experiencia, cuando trabajas para una empresa, “siempre se puede repartir el trabajo entre los compañeros, pero ahora solo dependo de mí misma”.
En una tesitura similar se encuentra todos los años Samuel C., compositor y productor musical. “No tengo un empleador fijo sino que trabajo por proyectos. Hay épocas de mucho trabajo y otras no tanto, aunque intento mantenerme siempre activo. Si no trabajo en un proyecto concreto, compongo, hago arreglos o escribo una canción. Por lo tanto, no es fácil ‘diseñar’ unas vacaciones”.
Como mucho, 15 días de vacaciones en verano
Tanto Enrique como Paula disfrutan de unas dos semanas de vacaciones en verano. Ambos han decidido que lo mejor es desconectar totalmente de la actividad que ejercen el resto del año. A ser posible, sin que repercuta en exceso en su facturación. Debido a las características de sus respectivas actividades, se organizan de distinta manera.
[hde_quote author=»Samuel» position=»compositor y productor musical»] La segunda quincena de agosto no suele ser la época más recomendable para viajar. Hacerlo supone gastar y arriesgarte a dejar de ingresar [/hde_quote]
Paula concentra mucho el trabajo y adelanta todo lo que puede. “Esto supone que cuando las vacaciones están cerca, madrugo un poco más y dedico algún que otro fin de semana a preparar los reportajes; precisamente para adelantar el trabajo que no podré hacer durante los días de descanso”. Como contrapartida, “el cansancio se acumula y eso lo nota el cuerpo. Así que en verano, como mucho, me puedo coger dos semanas”.
Por su parte, Enrique siempre procura que en sus vacaciones haya algún día festivo “porque de todos modos no voy a trabajar y si no trabajo, no cobro”. Así que prefiere cogerlas en agosto y aprovechar el día 15 de ese mes para descansar como el resto de España. “También porque es un mes en el que baja el trabajo, aunque alguna vez me he ido en julio y no ha pasado nada. Incluso algún año he podido disfrutar de tres semanas”.
Samuel, en su caso, no asocia el verano a largos periodos de vacaciones, como tampoco lo hace el resto del año. “En general, mi familia y yo hacemos unas 3-4 escapadas cortas al año de menos de una semana que planeamos con antelación y, así, dejar trabajo adelantado si tengo alguna entrega importante”, señala.
“Es más difícil hacer viajes largos –añade–, sobre todo en agosto, a pesar de que es la fecha en la que mi pareja tiene vacaciones en su empresa”, comenta Samuel. La razón es que muchos de sus clientes necesitan trabajos para septiembre, época en que debutan anuncios televisivos, cabeceras, series, etcétera. Por lo que “la segunda quincena de agosto no suele ser la época más recomendable para viajar. Hacerlo supone gastar y arriesgarte a dejar de ingresar”, avisa.
Enrique y Paula casi pueden sentirse unos privilegiados dentro de su colectivo. Según datos recogido por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), el 72,3% se va de vacaciones menos de 15 días y, de estos, la mayoría (40,7%) lo hará por menos de 8 días. Únicamente el 6,4% disfrutará de más de 20 días de vacaciones.
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