La población envejece. Es una realidad tanto en España como en el resto de los países desarrollados. Este cambio demográfico supone un importante reto, pero también oportunidades que se traducen en la silver economy.
El reto social y económico es enorme. En el año 2060 la población en la Unión Europea (UE) por encima de los 65 años rondará el 40% del total. Solo en términos presupuestarios, el gasto en asistencia sanitaria en la UE pasará del 6,9% al 8,3% del PIB, y en muchos países el pago de las pensiones superará el 50% del total del gasto público.
[hde_related]
Esta realidad, que ya ha llegado, supone una adaptación a las necesidades de un segmento de población tan importante en forma de nuevos negocios y profesiones. Esto es la silver economy: negocios, presentes y futuros, que buscan dar respuesta a la demanda de los más mayores.
Silver economy: distintas necesidades
La importancia económica es tal que incluso la Comisión Europea ha incluido el desarrollo de la silver economy como una de sus prioridades más importantes. En su análisis realiza una diferenciación importante entre la población mayor. Así divide este colectivo en tres grupos: activos, dependientes y frágiles.
Esta división genera enfoques económicos distintos. Los frágiles son principalmente demandantes de servicios asistenciales. En los activos, por el contrario, son más susceptibles de servicios y productos más relacionados con el ocio y el tiempo libre.
[hde_summary] Los más mayores demandan productos y servicios más especializados y personalizados [/hde_summary]
La sanidad y dependencia es y será uno de los sectores más importantes, pero con muchas actividades derivadas que van más allá del cuidado. Entre estas se encuentran tareas de prevención, turismo sanitario, telemedicina, robotización, etc.
En general, los servicios serán mucho más especializados y personalizados. Por ejemplo, en finanzas y seguros tendrán un claro enfoque en la gestión del patrimonio para conseguir la rentabilidad necesaria para garantizar su nivel de vida.
Más ocio y tiempo libre
Y es que el envejecimiento de la población viene acompañado de una clara mejora de la calidad de vida. Esta se traduce en un enfoque muy distinto a muchos de los productos y servicios actuales.
Uno de los sectores que más se transformará es el del ocio. Los más mayores ya son un grupo que consume servicios relacionados con el turismo, pero lo será bastante más. Este cambio será cuantitativo y cualitativo. Se pasará de una oferta sencilla, basada en termalismo o turismo de playa, a otra más enfocada al turismo activo y cultural.
Esto se reflejará a su vez en medios de transporte, con una mayor demanda de servicios añadidos en la compra de trayectos de avión, autobús o tren. Por ejemplo, en una adaptación de los servicios low cost actuales.
El mayor tiempo libre también transformará actividades relacionadas con el cuidado y el bienestar, desde gimnasios a terapias, spas o catas de productos. El bienestar de los mayores es un nicho cada día más rentable
También la silver economy transformará sectores muy tradicionales como el comercio. En el retail tomará como base un público de mayor poder adquisitivo que suele ser mucho más fiel, aunque también exigente. En el comercio tradicional, al centrarse en calidad y cercanía, supone una oportunidad de negocio importante en un momento de crisis y cierre de muchos establecimientos.
Pero también el comercio online tendrá que innovar. El precio seguirá siendo una variable importante, pero también lo será más la satisfacción al cliente.
En vivienda la tecnología será una gran aliada. Las construcciones serán más eficientes y cómodas con el objetivo de dotar de más autonomía a los mayores. El desarrollo de la casa domótica y otras mejoras en accesibilidad y seguridad encontrarán entre los seniors uno de los grupos de población más interesados.
Los patrones de consumo cambian con la silver economy y si sabemos adaptarnos, supondrá una de las mayores oportunidades de negocio.
Imágenes | Pixabay Arek Socha / Steve Buissinne / pasja1000