Con el verano, llega el ansiado descanso para los trabajadores. Pero organizar las vacaciones de una empresa puede ser fuente de ansiedad y discusiones.
Las empresas han de establecer pautas generales para hacer el reparto vacacional. Pero también deben saber escuchar las necesidades de sus trabajadores y aplicar flexibilidad en la medida de lo posible. ¿Cómo lograr el equilibrio?
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El Estatuto de los Trabajadores, en su artículo 38.1 establece que “el período de vacaciones anuales retribuidas, no sustituible por compensación económica, será el pactado en convenio colectivo o contrato individual. En ningún caso la duración será inferior a treinta días naturales.”
Las empresas han de entender que las vacaciones no solo son un derecho de sus trabajadores. Deben verlas como la oportunidad de que los empleados liberen estrés laboral y vuelvan con nuevas energías que les hagan ser más productivos.
A su debido tiempo
La mayoría de los trabajadores prefiere saber cuanto antes cuándo tendrá sus vacaciones para poder organizarse con sus compañeros de viaje. Para la empresa también es positivo, porque así conoce con antelación qué necesidades habrá que cubrir en cada departamento. Según los expertos, comenzar a organizar el reparto de las vacaciones a principios de marzo es una buena fecha. El verano aún se ve lejos, por lo que no se generan agobios entre la plantilla.
La mejor manera de hacer el reparto es que lo trabajadores comuniquen sus preferencias libremente. Todos tendrán las mismas oportunidades para expresar su opinión. Sentirán que su voz es escuchada y que son importantes para la compañía. En muchos casos, si hemos generado una buena sintonía entre compañeros, ellos mismos se autogestionarán de manera eficiente.
De igual forma, los empleados entenderán que la empresa plantee con naturalidad sus propias necesidades. Por ejemplo, el número de empleados que debe permanecer siempre en un departamento para que el funcionamiento normal esté garantizado.
En todo caso, el artículo 38.3 del Estatuto de los Trabajadores dictamina que “el trabajador conocerá las fechas que le correspondan dos meses antes, al menos, del comienzo del disfrute”.
Pensar en los que se quedan
Cuando los días estén distribuidos, el siguiente paso es plasmar la información en un documento al que tengan acceso todos los trabajadores.
Se efectuará un reparto de las responsabilidades que cada trabajador debe asumir para cubrir las necesidades de la empresa. Es probable que el trabajador que se va de vacaciones deje tareas pendientes. Cuanto mayor sea la información que preste a la persona que va a sustituirle, menos problemática será la transición. Y se evitarán situaciones incómodas como tener que contactar con un compañero que está en sus días de descanso.
Además, este periodo puede ser perfecto para probar a trabajadores en nuevos puestos, ampliar su horizonte de expectativas o saber si alguien está preparado para un trabajo de mayor responsabilidad.
Afrontar el conflicto
Si a pesar de todo los trabajadores y la empresa no consiguen llegar a un acuerdo en el reparto de vacaciones, existen diferentes criterios que las compañías pueden aplicar.
Uno de ellos es priorizar a los trabajadores que tienen mayor jerarquía o antigüedad en la empresa. Otro puede ser que los empleados que tengan cargas familiares como niños menores escojan primero.
Muchos especialistas aseguran que la manera más justa de hacerlo es organizar turnos rotativos y que, cada año, cambien los trabajadores que escogen en primer lugar. Otra medida que se utiliza para evitar agravios comparativos es otorgar más días libres a quienes se han visto perjudicados a la hora de elegir fechas.
Consultar el convenio
Uno de los métodos más prácticos y asépticos es consultar los convenios colectivos. Muchos de ellos abordan el tema de las vacaciones y estipulan quién tiene prioridad a la hora de hacer el reparto de las vacaciones.
Si en el convenio no se hubiera regulado, la empresa también puede establecer sus propias medidas en los estatutos de la compañía y que la cuestión vacacional quede estipulada previamente.
Algunas preguntas
A la hora de enfrentar el periodo vacacional, las empresa pueden plantearse distintas preguntas.
¿La empresa puede obligar al trabajador a coger vacaciones en diferentes fechas del año?
La empresa puede fijar diferentes periodos de asueto porque las vacaciones se disfrutan a lo largo de todo el año. El trabajador debe consultar su convenio. En ellos, se suele establecer que la mayor parte del periodo vacacional se dé en verano.
¿Contratamos personal de refuerzo?
Si a pesar del reparto de tareas no se puede mantener la productividad de la empresa, una buena medida es contratar a sustitutos. El periodo de verano puede ser una buena época en la que probar a becarios o personal en prácticas a los que formar para un futuro trabajo.
¿Y si cerramos la empresa?
Muchas empresas pueden plantearse cerrar durante un mes al año. Esto dependerá de si sus clientes se toman vacaciones. Aunque en primera instancia cerrar un mes puede parecer una medida problemática, esta puede tener efectos beneficiosos. Al empresario le servirá para desconectar completamente, pues aunque esté de vacaciones, es fácil que siempre esté pendiente de los asuntos del día a día de la empresa. Por otro lado, ese periodo puede usarse para hacer obras y reformas en las instalaciones.
Errores a evitar en el reparto de vacaciones
- La falta de comunicación. La empresa debe conocer las necesidades de cada trabajador y viceversa.
- Mala previsión. Si no hemos organizado las tareas que habrá que cubrir, cuando falte la mitad de la plantilla, pueden olvidarse algunas responsabilidades importantes.
- Excesiva rigidez. Las empresas demasiado severas a la hora del reparto vacacional (sobre todo si esa rigidez no es necesaria) provocarán malestar en su plantilla.
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