La duquesa de Sussex, Meghan Markle, ha insuflado a la corona británica un soplo de aire fresco estilístico y a finales de 2018 rompía moldes -y sumaba más seguidores- al poner el broche de oro a su look naútico, durante un viaje a Australia, con las zapatillas blancas que ya estaban haciendo furor: las Veja. Unas deportivas minimalistas y sostenibles, ideales para completar los conjuntos de diario, que desde hace años vienen conquistado al público a través de Instagram y que han unido a royals, influencers y celebrities, como es el caso de Reese Witherspoon, Courteney Cox o Katie Holmes.
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Una marca con propósito
Remontándonos tiempo atrás, la historia de Veja es la de Sébastien Kopp y François Morillion, dos jóvenes franceses que soñaban con un mundo más justo, con mejores condiciones para los trabajadores, menos contaminante y respetuoso con el medioambiente. Así que en 2004, con 25 años, estos dos licenciados en Económicas crearon una marca a través de la que aplicar su ideario social. Nacían las Veja, las primeras deportivas con el objetivo de respetar tanto los derechos humanos como el planeta al hacerse de manera diferente, desde las materias primas hasta la producción y la distribución.
No en vano la palabra “veja” significa «mira» en portugués, y con ello Kopp y Morillion querían lanzar el mensaje de «mira más allá de las zapatillas, mira cómo están elaboradas», según ha explicado el propio Morillion a la prensa. «Significa que es posible comenzar a hacer que el comercio justo cobre sentido, que todos tengan ingresos decentes, desde los productores de algodón orgánico hasta las tiendas que distribuyen los zapatos». De los inicios han pasado 15 años y Veja ha vendido ya más de tres millones de pares.
Concepto sostenible de la moda
El modelo de negocio de estos dos emprendedores galos se basa en añadir un impacto positivo en cada paso de la cadena de producción. Así, apuestan por el algodón orgánico y de comercio justo de Brasil, donde está radicada la fábrica de Veja, para el cuerpo de sus sneakers. Además, tratan de innovar con la introducción de nuevos materiales, alternativos a la piel. «En 2014 desarrollamos el B-Mesh, un material 100% hecho de botellas de plástico recogidas de las calles de Río de Janeiro y São Paulo», ha contado Kopp al diario económico ‘Expansión’. Pero antes, en sus inicios, ya habían ido al Amazonas a buscar caucho para las suelas. «Lo compramos en la selva, directamente de las comunidades de hojalateros, pagando un precio justo. Los recolectores prefieren trabajar para nosotros que cortar los árboles para criar ganado», señala. Una de sus últimas apuestas es el modelo Campo, confeccionado a partir de residuos de maíz.
El positivo y poderoso mensaje que hay detrás de este calzado lo convierte en ideal para aquellos personajes públicos que quieren proyectar una imagen impecable. Y el regusto parisino de su diseño simple a la vez que chic es otro de los pluses para querer hacerse con él. «Cuando Meghan Markle apareció con nuestras V-10, Instagram explotó, se llenó de miles de likes y comentarios», reconoce Kopp al periódico ‘Expansión’.
Nada de publicidad
Precisamente, Veja ha alcanzado lo más alto del podio apoyándose en redes sociales como Instagram porque se niega a hacer publicidad por el gasto que supone, así como a acumular existencias, de modo que produce a solo unos meses vista para evitar un exceso de stock y que se desperdicien materiales. Un concepto sostenible de la moda que se extiende a la electricidad verde que utiliza la sede francesa de la compañía o a su red europea de almacenes y logística, que trabaja con Ateliers Sans Frontières, una organización que busca reinsertar a exconvictos y personas que han abandonado las drogas para que encuentren de nuevo su hueco en la sociedad.
Crecimiento sostenido en el tiempo
Desde sus comienzos en 2004, Veja ha ido creciendo sin prisa, pero sin pausa, a un ritmo constante. Hoy tiene a su consumidor principal en Estados Unidos y Reino Unido, países de los que obtiene aproximadamente el 40% de su facturación, y cuenta con presencia en más de 1.800 puntos de venta multimarca repartidos en 45 países. Ante su éxito y la ampliación de su colección, era el momento de que la marca, que finalizó 2018 con una cifra de negocio de 34 millones de euros, abriera su primer espacio físico en el que reunir la mayoría de sus modelos y con el que convertirse en un establecimiento de referencia. Lo ha hecho este año en el centro de París, concretamente en el barrio parisino de Le Marais.
Parece cuestión de tiempo. Ya sea en París, Londres, Barcelona o Madrid, seguramente veas cada vez más estas zapatillas estilosas y ecológicas reconocibles por su logo con forma de “V”. Una clara demostración de que mirar de forma diferente y cambiar los conceptos de la industria de la moda no está reñido con tener éxito.
Imágenes | Veja
