Los pantalones vaqueros son una de las prendas básicas de cualquier fondo de armario, con una producción mundial anual de 5 millones. Pocos saben, sin embargo, que para fabricar un único par se necesitan 7.500 litros de agua, el equivalente a la cantidad de ese líquido vital que bebe una persona promedio en siete años, según la ONU. En ese proceso, conseguir, por ejemplo, un acabado desgastado requiere una media de 70 litros de agua y 150 gramos de químicos, de los que casi todos son tóxicos.
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Y es que el impacto de la ropa sobre el medioambiente -acrecentado por el consumo compulsivo de moda a bajo precio– es tan brutal como desconocido. El sector textil es el responsable de la contaminación del 20% del agua del mundo y principal causa de la de ríos y mares, solo superado por la actividad agrícola y ganadera.
El reto de desgastar vaqueros con un vaso de agua
Hace 25 años, una empresa valenciana llamada Jeanologia se propuso hacer la industria de la moda más sostenible y empezó a desarrollar diversas tecnologías ecoeficientes y disruptivas. El esfuerzo transformador dio sus frutos y hoy esos desarrollos permiten que en el acabado de un jean (que tenga un lavado a la piedra o rotos, por ejemplo) se utilice solamente un vaso de agua, en lugar de los 70 litros que se necesitan de promedio, según cálculos de la compañía.
En 1999 Jeanologia, fundada por José Vidal y su sobrino Enrique Silla en 1994, hizo su primer desarrollo, el láser, con el objetivo de sustituir los procesos manuales para hacer desgastes, consiguiendo eliminar procedimientos dañinos para la salud de los trabajadores, como el arenado, el lijado o el pulverizado con un espray de permanganato de potasio.
Luego vendrían otros avances, como el tratamiento con ozono, que permite lavar sin aguas y sin químicos para ablandar la textura de los vaqueros y realizar los lavados a la piedra. O la tecnología e-Flow, que transforma el aire de la atmósfera en nanoburbujas para transportar los productos químicos a las prendas con una cantidad mínima de agua. «Entre las dos tecnologías tenemos un ahorro del 80% de agua y un 70% de químicos», ha señalado a la prensa Carmen Silla, directora de Marketing de Jeanologia. Sin olvidar el sistema H2 Zero, que recicla el agua contaminada de las lavadoras para reutilizarla después en el proceso de acabado del denim, evitando el desperdicio de agua.
Un cambio de modelo al que se suman primeras marcas
En la actualidad, la respuesta ética y sostenible de esta compañía a una industria de la moda tan dañina para el planeta ha conseguido que gigantes del textil como Levi’s, Uniqlo, H&M o Inditex empleen su tecnología. Y que su láser patentado a finales de los 90 para sustituir el tradicional método de lavado a la piedra se utilice ya en el 30% de la producción mundial de vaqueros.
Sin embargo, los inicios no fueron fáciles. “Hasta el año 2009 éramos prácticamente una voz que predicaba en el desierto; encontramos mucha resistencia al cambio porque nuestro planteamiento supone dejar de utilizar maquinaria existente y transformar el modelo productivo. Pero en los últimos años hemos notado un importante cambio de mentalidad por parte de las marcas y la industria”, ha explicado por su parte el CEO de Jeanologia, Enrique Silla, a los medios.
Resultados económicos y ecológicos
De hecho, la empresa no para de crecer. Con sede en la localidad valenciana de Paterna, emplea a unos 250 trabajadores de nacionalidades distintas y cuenta con más de 2.500 máquinas instaladas en 61 países, sobre todo de Asia, Latinoamérica y África. Sus clientes directos son los productores a los que mandan sus máquinas para el acabado de los vaqueros, pero sus usuarios indirectos son las grandes marcas que toman la decisión de mejorar los procesos de producción de sus jeans.
El año pasado la multinacional facturó 105,5 millones de euros y duplicó sus beneficios hasta los 30,8 millones de euros. También contabiliza sus resultados ecológicos al medir los millones de metros cúbicos de agua que evita de gasto al planeta a medida que se aplican sus tecnologías. Calcula que en 2017 esos ahorros fueron de 8 millones de metros cúbicos de agua, el equivalente a la cantidad necesaria para el consumo humano de la ciudad de Miami durante un año. Y en 2018, casi el doble, con 15 millones.
La verdadera clave del éxito
Sin lugar a dudas, desde un punto de vista ecológico, las tecnologías punteras de Jeanologia han supuesto un avance muy importante, pero Enrique Silla tiene claro cuál es la verdadera clave de su éxito. “Cualquier solución tecnológica que elimine un problema medioambiental, pero aumente los precios finales, será muy bonita, pero no viable. La industria no la aplicará porque el consumidor no está dispuesto a pagar más por un producto que contamina menos. En los productos alimenticios hay una percepción distinta, pero todavía no hay una verdadera conciencia ecológica masiva para los textiles”, ha declarado el empresario a ‘El Independiente’. “Nuestro éxito radica en que hemos encontrado soluciones éticas y ecológicas que al mismo tiempo reducen o mantienen los costes para los fabricantes”, continuaba.
Mientras se extiende entre los consumidores la toma de conciencia sobre el coste ambiental de ir a la moda, el objetivo prioritario de los jeanologistas, como se hacen llamar los integrantes de esta forma de hacer negocio en la que el destino final no es exclusivamente el beneficio económico, es que en cinco años el 100% de la producción mundial de pantalones vaqueros utilice su tecnología limpia. Y luego exportarla al resto de la industria textil.
Imágenes | Jeanologia