El nuevo coronavirus está causando una crisis de salud pública sin precedentes recientes en los países desarrollados. Pero sus impactos serán también sociales, políticos y económicos.
Mientras las marcas se prestan de altavoz para recordar que nos quedemos en casa, muchas empresas apuestan por el teletrabajo como nunca antes y la industria logística redobla esfuerzos para que no falte de nada, no son pocos los que se preguntan qué va a pasar más allá de los primeros 15 días de estado de alarma y confinamiento. ¿Cuánto va a durar la pandemia de Covid-19? ¿Y cuáles van a ser los impactos económicos del coronavirus?
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A pesar del evidente desarrollo de la ciencia médica y los sistemas de salud, el mundo sigue siendo vulnerable al ataque de los virus y las bacterias. En los últimos años, ha habido brotes epidémicos muy severos, como el del ébola en la República Democrática del Congo o el del zika en Sudamérica en 2016. Sin embargo, una situación de pandemia como la actual no es tan habitual. Eso no significa que no existan precedentes y que no podamos sacar lecciones de ellos.
Las consecuencias de la última gran pandemia
La pandemia de gripe de 1918 dejó entre 20 y 40 millones de muertos en todo el mundo. Fue la última gran pandemia global. Ni los sistemas sanitarios eran como los de hoy en día ni la ciencia médica estaba tan avanzada. Pero la mal llamada gripe española (el primer brote se observó en Estados Unidos y los daños en España no fueron especialmente elevados) dejó una serie de lecciones a tener en cuenta. Además, su impacto económico ha sido muy estudiado.
La cuarentena y el cierre completo de muchas ciudades del mundo generaron, en aquel entonces, un importante shock a la estabilidad de la oferta y la demanda. Además, provocaron fuertes caídas en el empleo de las que la mayoría países tardaron tiempo en recuperarse. Al mismo tiempo, el final de la crisis de salud pública trajo un aumento en los salarios medios, el desarrollo de nuevas políticas fiscales para estimular la economía y alejar el riesgo de recesión y una apuesta generalizada por reforzar los sistemas de salud.
Los posibles impactos económicos del coronavirus
Desde la gripe pandémica de 1918 han pasado 100 años y el mundo ha cambiado mucho. El desarrollo tecnológico ha sido explosivo y hoy conformamos una incipiente sociedad global, cada vez más conectada y mejor comunicada, y también más interdependiente. Una situación que debe tenerse muy en cuenta a la hora de afrontar una crisis como la provocada por el virus SARS-CoV-2.
Un estudio de 2017 publicado en el Boletín de la Organización Mundial de la Salud estimaba que, tal como está configurado el mundo en la actualidad, una pandemia como la de la gripe de 1918 podría suponer pérdidas cercanas al 0,6% del PIB mundial. Es decir, más de 500.000 millones de dólares estadounidenses. Además, los países en vías de desarrollo podrían sufrir impactos de hasta el 1,6% de su PIB.
Otro estudio posterior, de la OMS y el Banco Mundial, publicado el año pasado elaboraba pronósticos todavía más severos. En ‘A world at risk’, ambos organismos estimaban que una gran pandemia podría causar pérdidas globales superiores a los 3 billones (millones de millones) de dólares.
El pasado 27 de febrero, ya en plena epidemia de COVID-19, el servicio de investigación del Parlamento Europeo (EPRS, por sus siglas en inglés) publicaba un amplio informe sobre el impacto económico de una posible pandemia. En ‘Economic impact of epidemics and pandemics‘, el EPRS señala que hay tres grandes sectores que se ven más afectados que el resto.
- El sector de la salud. Tanto los servicios sanitarios públicos como los privados experimentan un evidente aumento del gasto durante pandemias como la actual (más ingresos, más material y tratamientos más prolongados). De hecho, el principal riesgo de la pandemia de Covid-19 es que el sistema sanitario no pueda sostener la alta demanda de servicios. De ahí la importancia de quedarse en casa y frenar los contagios.
- La producción y el comercio agrícolas. Teniendo en cuenta que la mayoría de brotes epidémicos se producen por la transmisión de un virus de animales a humanos, la ganadería y la agricultura están siempre entre las actividades más afectadas. La reducción del comercio internacional y el mayor control en las exportaciones también les pasan factura.
- El turismo y los viajes. El Carnaval de Venecia, las Fallas de Valencia, las vacaciones de Semana Santa… Como ya ha dejado claro la actual pandemia, el turístico es uno de los sectores más afectados cuando se imponen restricciones al movimiento de personas y la gente teme las aglomeraciones. Sin embargo la recuperación de la actividad es casi inmediata una vez superada la epidemia. Según el informe del EPRS, esto se ha demostrado en el caso de varios brotes epidémicos recientes.
El EPRS concluye que, hoy por hoy, es imposible tener una estimación correcta del impacto económico real de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, señala que varias economías dependientes del turismo, como la italiana o la española, ya están ajustando sus previsiones económicas. Además, señala otros dos riesgos muy reales. La caída de la venta de productos tecnológicos. Y la interrupción de la cadena de suministros de algunas industrias fuertes en Europa (como la automovilística).
Por último, como sucedió en el caso de la pandemia de gripe de hace un siglo, subrayan la importancia de medidas de estímulo como las que muchos gobiernos están empezando a desplegar.
Prepararse ante lo imprevisto
Las pandemias presentan una serie de riesgos que habitualmente son ignorados por la mayoría de las empresas. No son situaciones habituales. Pero su potencial para causar pérdidas es elevado. “Las posibles pérdidas económicas causadas por brotes de enfermedades infecciosas son enormes; y similares en magnitud al impacto anual del cambio climático”, señalan desde el World Economic Forum.
Contar con planes de respuesta ante emergencias y protección frente a los riesgos es fundamental. “Los brotes de enfermedades pueden ser inevitables, pero el daño económico que causan no lo es”, concluyen desde el antiguo Foro de Davos.
“Ayudar a las empresas a comprender adecuadamente estos riesgos permitirá reducir su exposición, mejorar su capacidad de recuperación y ofrecer oportunidades clave para la cooperación público-privada para fortalecer la seguridad sanitaria mundial”. Quizá ante la crisis del COVID-19 sea demasiado tarde para hablar de prevención. Pero nunca es tarde para sacar lecciones de cara al futuro.
Imágenes | Wikimedia Commons/CDC, CSSE/JHU, Unsplash/Macau Photo Agency