El gran reto con la vuelta a la oficina estará en organizar los espacios dedicados al ocio o el descanso. Hablamos de zonas de socialización como comedores, cafeterías o lugares de esparcimiento. Ahí tendemos a bajar la guardia, pero la COVID-19 exige que estemos siempre atentos. [hde_related]
En estos últimos meses las compañías han aprovechado para favorecer el teletrabajo y digitalizar de una vez sus puestos, pero está claro que en algún momento los empleados volverán a las oficinas. De forma parcial o por turnos, pero regresarán. De hecho, ya lo están haciendo de forma tímida, y se espera que a la vuelta de agosto se intensifique este retorno.
Eso sí, tendremos un retorno a la oficina diferente tras la pandemia de coronavirus. Habrá menos puestos y más distancia entre ellos. El control de aforo será una cuestión crítica en los lugares de trabajo a partir de ahora. También abundarán las mamparas y los separadores, así como los materiales antibacterianos y los sistemas contactless, para que no tengamos que tocar con nuestras manos puertas o dispositivos de registro horario. Y las empresas dispensarán geles hidroalcohólicos en todas sus instalaciones, para facilitar la higiene de manos, que es clave para evitar contagios.
No hay que bajar la guardia
Sin embargo, uno de los mayores problemas durante la vuelta a la oficina estará en cómo organizar los espacios de socialización dedicados al relax y al descanso durante la jornada. Porque ahí solemos bajar la guardia y solemos aproximarnos a nuestros compañeros. Espacios como la cocina, el comedor, los alrededores de las máquinas de vending, la cafetería o la terraza para fumar. Lugares agradecidos, pero que ahora se convierten en un dolor de cabeza para los gestores, que tienen que garantizar la salud de sus empleados.
Soledat Berbegal, directora de Reputación de marca de Actiu, una firma alicantina especializada en el diseño de espacios de trabajo, asegura que mantener el control en el puesto de trabajo resulta más sencillo porque es “un espacio específico de cada usuario, donde se realizan tareas muy concretas”.
Sin embargo, en las llamadas “zonas de socialización”, donde impera la relación personal, “desaparecen las reglas”. Y controlar esa anarquía es un problema. Como ocurre en los bares y pubs que se llenan los fines de semana de clientes en busca de diversión.
Pero existen muchas maneras de evitar que las áreas de socialización en las oficinas se conviertan en un foco para el contagio y den lugar a los temidos rebrotes del virus. Aquí van unos cuantos consejos para hacer la vuelta a la oficina de forma segura:
En las zonas de recepción de la oficina
- Delimitar los espacios de espera sin interrumpir la entrada y salida. Si no fuera posible, se debe esperar en la calle respetando la distancia de seguridad, hasta poder acceder al espacio.
- Mantener las distancias cuando estemos enfrente del mostrador intentando tener el mínimo contacto con las superficies.
- Marcar en el suelo, con líneas o puntos, la distancia recomendada, así como el acceso y salida.
- Respetar distancia y turnos para ser atendido, y siempre con el uso de mascarillas.
En las zonas de encuentro de la oficina
- Limitar el uso de estos espacios de esparcimiento y descanso. Así como el número de personas. Como en el resto de la oficina, conviene reducir el aforo al 50% e ir ampliándolo de manera progresiva.
- Si la zona está muy saturada, podemos redistribuir el mobiliario ampliando la distancia entre las diferentes piezas.
- En los sillones, hay que dejar siempre espacios sin ocupar. Si es un sillón de dos plazas, siempre dejaremos libre el asiento contiguo. Y en el caso de un sillón de más de tres plazas, los dos contiguos.
- Facilitar fundas biodegradables o elementos para cubrir el asiento, que se tirarán a una papelera de reciclaje cuando se dejen de usar.
- Ubicar puntos de higiene cerca de las zonas para su uso antes y después de utilizar este espacio.
En comedores y cafeterías
- Conviene reducir el aforo a cuatro personas cada 10 metros cuadrados.
- En el comedor es interesante separar las mesas entre sí con mamparas o elementos divisorios.
- Respetar flujos de paso y esperar a que pase la persona sin forzar ningún encuentro. E intentando mantener una distancia de un metro como mínimo.
- Al ser espacios de alta concurrencia, conviene marcar unas direcciones de paso. Las personas sentadas deberán ceder el paso al levantarse y acceder a los caminos marcados cuando estén libres.
- Mantener una exhaustiva limpieza de los tapizados, a ser posible entre usos o turnos.
- No utilizar zonas comunes de lavado ni elementos compartidos, como neveras, cafeteras, cubiertos, etc.
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