Ford, el apellido que revolucionó la producción en masa

Empresa

Hay empresas estrechamente asociadas a su fundador, como es el caso de la centenaria Ford Motor Company.

Aunque a la firma de automoción le fue mejor en el siglo pasado que en el presente, el ingeniero industrial Henry Ford sigue siendo una figura que trasciende más allá de la industria de las cuatro ruedas. Considerado el primer empresario moderno e innovador, su legado, espíritu y métodos revolucionarios siguen provocando admiración 70 años después de su muerte.

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«Voy a construir un coche para el pueblo, el automóvil universal»

A principios del siglo pasado, el sector de la automoción era muy distinto al que conocemos ahora. El primer vehículo a gasolina data de 1893 y fue creado por James Duryea. El nacimiento de la industria del automovilismo tuvo lugar tres años después, cuando la Duryea Motor Wagon Company manufacturó sus primeros 13 vehículos.

Según estadísticas históricas de la Federal Highway Administration, en 1900 solo había 8.000 vehículos registrados en Estados Unidos. Al estar fabricados a mano, eran carísimos y para muchos representaban un símbolo despreciable de arrogancia y poder.

En 1903, nace la Ford Motor Company, el segundo intento de Henry de fundar una compañía automovilística tras la Detroit Automobile Company. John S. Grey fue su primer presidente y Ford asumió la vicepresidencia. En 1908, lanzan el Modelo T, un vehículo “eficiente y seguro” dirigido a las masas que cambiaría la historia de la producción industrial.

Logo Ford 1903

El Modelo T o ‘Tin Lizzie’ fue un vehículo simple pero robusto. Profesores de escuela, obreros o granjeros empezaron a comprarlo. Costaba 850 dólares, algo más de 23.000 dólares de hoy, alcanzaba las 40 millas por hora y su carrocería de acero tratado con calor era ligera y fuerte. Según anuncios de la época, “ningún coche por debajo de 2.000 dólares ofrecía más prestaciones que el Modelo T”.

Nace el fordismo

Aun así, Ford quería rebajar aún más su precio, algo que lograría gracias a varias estrategias. La primera fue centrar su producción en este único modelo y dedicarle todos los recursos disponibles. La segunda fue adoptar la línea de ensamblaje de los mataderos y el sistema de cintas transportadoras de los almacenes de grano.

Para llevarlo a cabo, Ford construyó una nueva fábrica en Highland Park, Michigan, que además podía ampliarse a medida que se incorporaban nuevos métodos de producción. La línea de ensamblaje se puso en marcha el 1 de diciembre de 1913. Gracias a la producción en cadena, en seis meses el tiempo de producción se redujo a la mitad; de diez a cinco horas.

En 1918, el Modelo T representaba la mitad de todos los vehículos que circulaban por Estados Unidos, algo más de dos millones de un total de 5.554.952 unidades. Se manufacturaron 15 millones hasta el final de su producción en 1927, convirtiendo a la Motor Ford Company en la primera empresa de automoción del mundo.

El incremento en la productividad le permitió rebajar el precio hasta los 300 dólares en 1925 y aumentar el salario de sus empleados, de 2.34 dólares a 5 dólares al día, creando un nuevo estándar en la industria. También promovió la contratación de mujeres y personas con discapacidad que llegaron a representar el 20% de la plantilla de Ford en 1919. Todas estas innovaciones dieron pie al término “fordismo”.

Antes de ceder la empresa a su hijo Edsel Bryant Ford, Henry inauguró la planta de River Rouge, la fábrica integral más grande del mundo donde trabajaron más de 100.000 personas, construyó submarinos, avionetas e incluso diseñó Fordlandia, una plantación de caucho en Brasil para romper con el monopolio de holandeses e ingleses, aunque el proyecto no prosperó.

Los años postHenry

En 1922, Ford Motor adquiere la Lincoln Motor Company y entra de lleno en el sector de los coches de lujo. Su nieto Henry II toma el control de la compañía y le toca reconstruirla tras la II Guerra Mundial, cuando la empresa cesó su actividad habitual para centrarse en construir 8.600 bombarderos, 57.000 propulsores de avión, tanques y destructores para el ejército americano.

En 1956, la empresa sale a bolsa con un valor de 657 millones de dólares, la mayor oferta de acciones ordinarias hasta la fecha en Estados Unidos. También es en esta década cuando se convierte en el primer fabricante del mundo en incluir cinturones de seguridad en los asientos traseros.

Ford Mustang
En 1964, Ford lanza al mercado uno de los mayores iconos de la automoción, el Mustang, conducido en el cine por ‘machotes’ como Steve McQueen, Sylvester Stallone o Will Smith.

Unas décadas más tarde y bajo el mandato de uno de sus CEO más ambiciosos, Jacques Nasser, se gestó Premier Automotive Group en 1999, un conglomerado liderado for Ford que incluyó las adquisiciones de Aston Martin, Jaguar, Land Rover, Volvo, Lincoln y Mercury, aunque la jugada no terminó del todo bien y Nasser fue despedido en 2001.

Ya entrado el siglo XXI, la compañía vivió años complicados debido a la crisis financiera global que también golpeó a otras empresas del sector como Chrysler y General Motors. Aunque la automoción no vive unos momentos boyantes, el espíritu de Henry acompaña a la Ford Motor Company a través de su bisnieto William Clay, ahora más centrado en la conectividad, movilidad, vehículos autónomos y eléctricos a la espera de que lleguen tiempos mejores.

Imágenes | Flickr / CEA, Muscular Mustangs, Pixabay

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