¿Cómo encontrar al programador perfecto para tu pyme?

Pymes

En un entorno laboral hipercompetitivo en el que el talento digital escasea frente a la demanda creciente, las pymes se encuentran en dificultades para dar con programadores cualificados, debido en parte a los presupuestos que manejan estas pequeñas y medianas empresas. Aunque una alternativa a la contratación puede ser la formación interna de trabajadores con “capacidades innatas”.

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Capacidades innatas es la expresión que destacaba una nota de prensa de finales de 2020 de la escuela Ironhack. En ella condensaban nueve habilidades o características personales que pueden ayudar a buscar futuros programadores dentro de la empresa, cuando tratar de localizarlos fuera resulta inabordable. ¿Qué se busca en futuros programadores y programadoras?

¿Pueden las pymes acceder a programadores?

Durante los últimos años, la brecha entre demanda de talento digital y formación se ha ido ampliando. A principios de 2020, un estudio de ManpowerGroup titulado ‘Escasez de Talento: Qué quieren los profesionales’ señalaba que el 41% de los directivos de grandes empresas tenían problemas a la hora de encontrar talento, independientemente de su coste.

Las grandes empresas tienen músculo contable y financiero suficiente como para satisfacer las demandas de los trabajadores, e incluso son capaces de ofrecer condiciones de retribución no económica (horario flexible, teletrabajo, políticas de desconexión, etcétera), mientras que las pymes se ven incapaces de ofrecer salarios o condiciones equivalentes.

El resultado es que, si esperan acceder al talento digital, tendrán que optar por generar dicho talento desde dentro. Esto exige formar a un trabajador o trabajadora en competencias de programación, cambiando radicalmente sus habilidades.

Formar y promocionar programadores internamente

Esta es, según la experiencia de Ironhack con respecto a sus alumnos, la lista de habilidades con las que la persona debiera contar para justificar la inversión empresarial en formación.

  1. Interés y curiosidad

Tanto el tener interés por un tema como curiosidad por el mismo son factores indispensables para el aprendizaje de cualquier habilidad. La programación no es diferente. En el entorno laboral se suele usar mucho el concepto de ‘proactividad’, que sintetiza ambas cualidades. Si se busca formar a una persona del equipo para programar, conviene elegir a aquella que esté previamente interesada por el tema.

  1. Productividad constante y autodidactismo

Ironhack destaca la ‘productividad constante’ como la capacidad para buscar soluciones de forma autónoma. Otra forma de llamarlo sería que la persona en cuestión tenga capacidades autodidactas. El motivo tras esta habilidad es obvio: el trabajador tendrá que avanzar por su cuenta y llegará con frecuencia a callejones en los que no podrá recibir ayuda de ningún compañero del equipo.

  1. La paciencia es una virtud

Precisamente por esto último, conviene seleccionar una persona con capacidad para adaptarse y ser paciente. Adquirir una habilidad, y especialmente una tan compleja como la de aprender a programar, es algo que lleva mucho tiempo (años para un resultado óptimo, quizá hasta una década) y requiere aguante o un temperamento estable. También apoyo por parte de la empresa.

  1. Espíritu de superación

Otra de las cualidades destacadas por Ironhack es el espíritu de superación personal. Esta es la capacidad no solo de enfrentarse a nuevos retos, sino de buscarlos. Aunque está relacionada con los tres anteriores, se trata de una habilidad independiente y no muy extendida. Es posible que, como empresa, haya que motivar mediante retos (y recompensas) graduales.

  1. Organización y trabajar en equipo

Tanto si se trabaja buscando un compañero de estudio en la modalidad de pair programming como si el objetivo es que el futuro programador vaya resolviendo situaciones de la empresa, es importante que esta persona sepa trabajar en equipo y sea organizada. De cualquier otra forma será difícil recoger los frutos de la formación. Debido a que las pymes se caracterizan por tener un tamaño reducido, interesa localizar empresas que también estén formando a sus trabajadores para recibir apoyo mutuo, sean o no del sector.

  1. Que sea una persona creativa

Aunque la programación no tiene por qué ser una labor creativa (existen muchas soluciones genéricas, modulares o estandarizadas) lo cierto es que la innovación derivada de nuevas ideas es en lo que merece la pena invertir tiempo y capital de la empresa. No es imprescindible, pero localizar trabajadores creativos sin duda merece la pena si es innovación digital lo que se busca.

  1. Una persona resolutiva

Dado que la programación consiste en resolver problemas, dar con una persona resolutiva y capaz de tomar decisiones de forma autónoma resulta indispensable. En parte porque en la pyme esta persona probablemente sea una de las pocas que comprenda la envergadura del problema que aborda. Conviene considerar su ascenso a mando intermedio para darle autonomía.

  1. Empatía e inteligencia emocional

Aunque las soft skills no reciben mucha atención, quizá debido a la dificultad de medirlas, tanto la empatía como la inteligencia emocional es importante en una pyme en la que habrá solo una o dos personas programando. Ser capaces de interpretar qué necesita el resto de departamentos se vuelve crucial para dar un buen servicio dentro de la compañía.

  1. Confianza en uno mismo

Si bien la arrogancia y el ego no funcionan bien en este modelo de formación en programación, la confianza en uno mismo sí resulta conveniente. Merece la pena destacar cómo esta formación está dirigida a una mayor responsabilidad y niveles de estrés.

Retener el talento, el siguiente reto de la pyme

Si la falta de capital a la hora de contratar es un problema para las pymes, que no pueden competir con las grandes empresas, es coherente preguntarse si merece la pena invertir en un trabajador que pueda irse de la compañía una vez esté formado. Si puede doblar su salario cambiando de empresa, ¿no es lógico dar ese paso una vez termine la formación?

Retener el talento es una labor siempre complicada, especialmente si no se pueden ofrecer salarios elevados. Estos siguen siendo uno de los motivos más relevantes para optar por una empresa. Para las pymes, una forma de retener a un empleado valioso puede ser ceder el beneficio de participaciones durante el tiempo que se trabaje para la empresa.

Esta forma de retener el talento genera una barrera de salida de la empresa al ser esta parte del trabajador, un beneficio que se pierde al dejar de trabajar en ella. De esta forma, el trabajador puede decidir en junta (según su cuota de participación) el destino de la empresa, un motivo importante para quedarse.

Imágenes | iStock/Sanja Radin, iStock/fizkes, James Harrison

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