Vasily Borgov nunca ofrece tablas. Pero la idea pasa por su cabeza en uno de los momentos más dramáticos de la serie de Netflix ‘Gambito de dama’.
Frente al (ficticio) Gran Maestro soviético se sienta Beth Harmon. Interpretada por una magistral Anya Taylor-Joy que no deja de acumular premios por la que se ha convertido en una de las series del año. La escena, cuyo resultado mantendremos en secreto por la ley del spoiler, tiene un tercer protagonista: 64 cuadrados perfectos de madera de tulipier negro y arce blanco enmarcados por un filete rojo y amarillo. Uno de los reputados tableros de Rechapados Ferrer.
Aunque salir en la exitosa producción de Netflix ha dado visibilidad a esta empresa ante el gran público, su reputación en el mundo del ajedrez la precede. De hecho, en esta pequeña fábrica de La Garriga, en la provincia de Barcelona, se enteraron por casualidad de que salían en la serie. Nadie de la productora les llamó en ningún momento. Sus tableros simplemente tenían que estar allí si las escenas querían ser realistas.
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“Me entero en la oficina. Un compañero me comenta que han sacado una serie sobre ajedrez y que en el tráiler había visto algún modelo nuestro. Me hizo mucha ilusión, pero no pensaba que iba a tener esta repercusión”, explica David Ferrer, gerente de la compañía y la tercera generación de la propiedad familiar. “Pero tampoco me extrañó mucho. Al final, somos pocos fabricantes en el mundo del ajedrez y nosotros somos uno de los más importantes”.
El boca a boca como estrategia de marketing
La historia de Rechapados Ferrer empieza con el abuelo de David Ferrer. Los protagonistas van cambiando, pero el argumento, el hilo conductor y la localización se mantienen. Rechapados Ferrer se funda en los años cincuenta para servir de proveedor de la industria del mueble y la decoración, aprovechando las fábricas que se habían instalado en La Garriga. “Nació para dar servicio en el tema del juntado de chapa y el aplacado de madera”, explica Ferrer.
A mediados de los años sesenta, un fabricante y distribuidor de juegos de la zona se pone en contacto con ellos. Hacían fichas de ajedrez de madera, pero no tenían tableros. Vendían sus sets con tableros de papel, pero querían ofrecer un producto de calidad. “Así que hablan con nosotros para que les empecemos a hacer unos tableros; y, poco a poco, la gente nos va conociendo y se va enterando de que hacemos buenos tableros”, añade Ferrer.
Con el boca a boca empieza todo. Primero las ventas van creciendo al resto de Cataluña y España. Después llega la primera exportación, a través de un cliente alemán. De golpe, esta operación les abre las puertas del mercado europeo y americano. Hoy, más del 95% de lo que fabrican se vende en el extranjero. “Vendemos en todo el mundo a los distribuidores más grandes del sector del ajedrez. Entre otros, hacemos los tableros con los que se juegan los campeonatos mundiales”, asegura Ferrer.
El secreto de todo, creen en esta fábrica de La Garriga, no está en las redes sociales o en el marketing. Ni siquiera en el impacto elevado que tiene aparecer en una serie vista por millones de personas. “Siempre hemos mimado nuestros tableros. Les hemos dado un buen acabado, con madera de calidad bien seleccionada. Nos avala nuestro nombre”. Nunca han contado con un equipo comercial y nunca les ha faltado trabajo. “Si seguimos teniendo los encargos que tenemos es por hacer las cosas bien y por el boca a boca”, reflexiona el gerente de la compañía.
Artesanos en tiempos de streaming
Fiel a sus inicios, Rechapados Ferrer sigue manteniendo dos caras. Una, local, como proveedor de la industria del mueble de la zona, algo que siempre ha sido la base del negocio. Otra, internacional, como uno de los grandes fabricantes de tableros de ajedrez profesionales. En un año normal fabrican alrededor de 20 000 tableros. A falta de concluir el primer trimestre de 2021, tienen encargos por más de 40 000 unidades.
“Estamos dando ya fechas de entrega para 2022. No podemos fabricar todo lo que nos están pidiendo, pero estamos analizando cómo adaptarnos para adelantarlo un poco”, explica Ferrer. Y es que el proceso de esta fábrica no es precisamente escalable. Sus artesanos y su trabajo manual son su seña de identidad y, al mismo tiempo, la barrera que les impide crecer sin límite. Sacan partido de la maquinaria industrial que tienen para el rechapado, pero a la hora de hacer tableros hay procesos muy manuales.
“Tenemos artesanos de la madera que trabajan en esto desde hace muchísimos años. No tenemos una máquina de imprimir tableros. Hay que juntar cuadro a cuadro, poner la marquetería, los cantos, repasarlos y revisarlos… Son procesos que no podemos automatizar si queremos dar la calidad que buscamos. Hace muchos años que venimos haciéndolo así y está claro que algo estamos haciendo bien”, concluye Ferrer. “No por querer hacer más vamos a vender nuestra alma al diablo”.
Para adaptarse al boom en la demanda del último año han aumentado un poco la plantilla (ahora son 14) y han dividido las entregas para poder contentar a todos sus clientes al tiempo que dilatan los plazos. “Nos hemos organizado para que todos nuestros clientes tengan parte de sus pedidos en estos primeros meses del año y el resto más adelante”, explica el gerente de la empresa, “no sabemos hasta cuándo va a durar todo esto”.
La pandemia provocó ya en el mes de marzo de 2020 un primer aumento de la demanda de juegos de mesa. “Pasó un poco lo mismo que con las plataformas de streaming como Netflix”, reflexiona Ferrer. “Y ‘Gambito de dama’ consiguió unir las dos tendencias: las series con el mundo del ajedrez. Se ha convertido en un fenómeno mundial. A raíz de ahí se nos disparan las ventas”.
La serie ha batido todos los récords. Solo durante sus primeros 28 días en Netflix, la vieron en 62 millones de hogares. Según la compañía, se han duplicado las búsquedas sobre ajedrez en Google, la demanda de juegos en eBay ha aumentado en un 250% y en el portal Chess.com se ha multiplicado por cinco la cifra de nuevos jugadores registrados.
“El ajedrez ha vuelto a estar de moda. Estoy seguro de que esto no va a ser pasajero, pero la locura de estos meses no se va a mantener”, señala Ferrer. “Tarde o temprano volveremos a la normalidad. Si vendíamos 20 000 quizá pasaremos a vender 30 000. Pero no tenemos interés en seguir creciendo mucho, queremos mantener nuestra seña de identidad”.
Más allá de la serie, los tableros de Rechapados Ferrer han pasado por las manos de muchos grandes campeones, ocupan las mesas de torneos alrededor del mundo y, claro, han estado siempre entre los Ferrer. “En la familia nunca hemos pasado del nivel aficionado, pero siempre hemos jugado. Hemos crecido rodeados de tableros de ajedrez. Jugando a nivel aficionado pero en tableros profesionales”.
Imágenes | Rechapados Ferrer, Netflix