La Ley Concursal, un texto de referencia en caso de insolvencia

Empresa

Enfrentarse a la Ley Concursal puede ser un trago amargo. No obstante, la mayoría de los emprendedores lo tiene que hacer en algún momento. Puede ser porque alguien nos debe dinero y ha sido o puede ser declarado en concurso. En otros casos, puede que sea nuestra propia empresa la protagonista. 

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En la actualidad, la versión vigente es la del texto refundido aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/2020. Comenzó a aplicarse a partir del 1 de septiembre de 2020, si bien algunos aspectos deben esperar a un desarrollo reglamentario. Veamos de qué tratan los principales libros o títulos de la Ley Concursal.

La declaración del concurso

Aquí se parte de cuándo procede declarar el concurso y quién puede o debe solicitarlo. Además, se detallan los primeros trámites que se realizan ante el juez. 

Los órganos del concurso

En esta parte de la ley se indican las competencias del juez del concurso. En general, este será un juez de lo mercantil. No obstante, si el deudor es una persona física, el juez será uno de primera instancia. Tiene un papel importante, ya que ante él se realizan numerosos trámites y tiene que decidir sobre muchas cuestiones jurídicas.

La otra pieza importante es la administración concursal. En general, suele nombrarse a una sola persona. Se regula cómo se nombran, sus retribuciones y responsabilidades y diversos supuestos en los que pueden tener que dejar su cargo o, incluso, no acceder a él.

Los efectos de la declaración del concurso

Hablamos de qué es lo que cambia y lo que no con la declaración del concurso. Por lo tanto, se marca cómo funcionará el deudor durante el concurso y cómo se verán afectados quienes se relacionan con este.

Entre otros muchos efectos, destacan los que afectan a las facultades del deudor. Aunque el juez puede decidir otra cosa, normalmente, tras el concurso voluntario (solicitado por el deudor) los administradores intervendrán en sus decisiones autorizándolas o denegándolas. En caso de concurso necesario, lo habitual es que las decisiones pasen a tomarlas los administradores.

La masa activa

Está formada por todos los bienes y derechos integrados en el patrimonio del concursado a la fecha de la declaración de concurso, los que se reintegren a aquel y los que adquiera hasta la conclusión del procedimiento. Es importante, ya que debe servir tanto para pagar las deudas como para continuar, si es posible, las actividades.

La masa pasiva 

Forman parte de la masa pasiva los créditos anteriores a la declaración del concurso y que se ven afectados por él. Especial relevancia tiene la clasificación de los créditos concursales, ya que determina quién cobra preferentemente, qué garantías tiene, cuándo puede cobrar y cómo puede participar en un posible convenio.

El informe de la administración concursal

Contiene diversa información sobre la situación del deudor, las cuentas, las decisiones tomadas, etcétera. Además, se acompaña, entre otros documentos, del inventario de la masa activa y la lista de acreedores

El convenio

La Ley Concursal regula todo el proceso para llegar hasta este acuerdo. Además, también establece sus efectos y cómo debe cumplirse. Es la pieza básica para resolver la insolvencia de la forma más satisfactoria posible para todas las partes.

La liquidación de la masa activa

Supone desprenderse ordenadamente de los bienes del deudor para pagar, en la medida de lo posible, las deudas. Normalmente, supone la constatación de que la insolvencia es definitiva, que una parte de las deudas no se pagará y que las actividades de la empresa en concurso deben llegar a su fin.

El pago a los acreedores concursales

La ley regula el orden en el que cobran los acreedores. Los primeros serán los créditos contra la masa; los últimos serán los subordinados. Entre medias, primero cobrarán los privilegiados y más tarde los ordinarios.

La calificación del concurso

En determinadas circunstancias, se debe valorar si habrá consecuencias especiales para el deudor o para ciertas personas con una especial vinculación al deudor. Si el concurso es calificado como culpable, puede, por ejemplo, que tengan que hacerse cargo personalmente de las deudas o se establezca alguna inhabilitación. Y, por supuesto, eso no descarta que, además, pueda haber, si corresponde, un proceso penal contra ellos. 

Otros aspectos de la Ley Concursal

Además de los ejes centrales del procedimiento concursal, la ley aborda algunas otras cuestiones importantes:

La Ley Concursal, en definitiva, establece un marco de relaciones entre acreedores y deudor. Perfila las expectativas que pueden tener las partes, antes siquiera de llegar a vivir una situación de insolvencia, en especial cuando hay varios acreedores. 

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