A pesar de la crisis derivada de la pandemia, el flujo de empresas que han salido a bolsa no ha parado. Aunque no por mecanismos tradicionales, sino gracias a las SPAC. Estas son las siglas de Special Purpose Acquisition Companies, en español, empresas con propósito especial de compra.
No son nuevas (surgieron en los años noventa) pero ha sido desde el año 2020 cuando han tenido su despegue definitivo. De hecho, según datos de ‘Bloomberg’, desde el año pasado se han formado en Estados Unidos cerca de 500 que han captado más de 130.000 millones de euros. ¿Cuáles son las claves de su éxito?
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¿Qué son las SPAC?
Las SPAC son un tipo de empresa creadas específicamente solo para un objetivo: conseguir financiación para otras empresas en forma de capital.
Para lograrlo, utilizan mecanismos distintos a otro tipo de estructuras,¡ como las empresas de capital riesgo o los business angels. Las SPAC van a bolsa para que todo tipo de inversores formen parte de ellas. En concreto, actúan como intermediarias, captando los fondos y luego inyectándolos a otras empresas.
Estas pueden ser de cualquier tamaño, pero especialmente se dirigen a medianas y grandes, y que tengan una buena perspectiva de crecimiento.
Cómo funcionan las SPAC
Las SPAC captan estos fondos a través de salidas a bolsa. Los inversores, que compran las acciones que pone a la venta la SPAC desconocen cuál o cuáles serán las empresas en las que esta compañía va a financiar. Lo que sí se les informa es sobre qué sector o tipo de empresas van a invertir.
Por ello, las decisiones de compra se basan esencialmente en la experiencia de inversión de los gestores de la SPAC. Son muchos profesionales que desde el capital riesgo son ahora promotores de este tipo de compañías.
Además, para garantizar que se cumplan los fines para las que fueron creadas, se dota a estas empresas de mecanismos de seguridad, como que no pueden invertir sin permiso de sus inversores, ya accionistas.
Una vez conseguido estos fondos se inyectan en las empresas destino a través de una fusión o de una compra. La SPAC negocia con la empresa en la que va a invertir las condiciones de entrada en su capital como el importe de la inversión, pacto de permanencia para dar estabilidad a la compañía y la entrada en los órganos de gestión, entre otros aspectos.
Las SPAC no tienen ningún tipo de actividad, por lo que también se les denomina sociedades instrumentales o shell companies. Una vez finalizada la compra o fusión, es esta la compañía la que acaba cotizando en bolsa, haciéndolo de una forma más rápida y económica.
Las ventajas de las SPAC y las claves de su éxito
En principio, elegir una SPAC puede parecer un rodeo con respecto a salir a bolsa directamente. Con ello, se añadiría un coste, pero la realidad es que es todo lo contrario.
En primer lugar, facilitan el proceso. Para salir a bolsa en cualquier país hay que cumplir una serie de requisitos, muchas veces complicados y farragosos, que las SPAC tramitan de forma más sencilla.
En segundo lugar, también son más rápidas, especialmente a la hora de fijar un precio de las acciones y de la posterior financiación. Al asumir la SPAC los gastos de salida, la empresa que recibe los fondos no tiene que hacer frente a los costes elevados que tiene una Oferta Pública de Venta (OPV).
En tercer lugar, ofrecen un valor añadido a las empresas, de forma muy similar a los business angels, al integrarse los gestores de la SPACen el capital de la sociedad a la que financian.
Así, las empresas que reciben estos fondos consiguen diversificar sus fuentes de financiación, obteniendo en este caso fondos a largo plazo baratos, como es el capital. El riesgo principal, como otras fórmulas de inversión similar, es que el capital de los gestores originarios de la empresa se diluye, es un porcentaje menor sobre el total de la empresa. Con ello, en muchas ocasiones, se pierde también poder de decisión.
¿Llegarán las SPAC a España?
De momento, las SPAC son un éxito en Estados Unidos, copando casi toda su captación en la Bolsa de Nueva York, pero su modelo puede llegar pronto a España.
Desde la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya han señalado que están estudiando la posibilidad de que este tipo de sociedades instrumentales operen también en España.
Si tenemos en cuenta la enorme sequía de las Operaciones Públicas de Venta (OPV) y Operaciones Públicas de Suscripción (OPS) en España y en Europa desde el año 2019, la llegada de las SPAC puede animar a muchas empresas a cotizar, especialmente en el sector de las nuevas tecnologías.
Sea como sea, el despegue de estas compañías es una realidad, convirtiéndose en una nueva forma de financiación y crecimiento para las empresas.
Imágenes | Pixabay Csaba Nagy TheDigitalWay Edar