Comida tradicional y saludable. Un recetario que empezó a formarse hace más de un siglo. Una segunda oportunidad para jóvenes vulnerables. Una plataforma y una vuelta de tuerca al sector delivery. Así es Esto es comer.
Esta empresa de comida a domicilio nacida durante la pandemia se construye sobre la tradición culinaria de una familia vasca y busca llevar platos sanos y de calidad, alejados del fast food y con ingredientes naturales, a todos aquellos trabajadores que, estén en casa o en la oficina, descuidan su alimentación por falta de tiempo.
El germen de la startup surge en 2019 en la mente de Igor Negueruela, fundador de Esto es comer y también socio de la compañía de publicidad Ópera Prima. O quizá podamos encontrarlo mucho más atrás, a principios del siglo XX, en los orígenes del recetario de su abuela, que hoy cuenta con más de 400 propuestas culinarias que forman la esencia y la principal propuesta de valor de este nuevo actor del delivery.
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Un nacimiento marcado por la pandemia
“La idea de Esto es comer viene de una necesidad propia. Al final uno trabaja muchas horas, con tiempos muy ajustados que no permiten organizar bien el día. Tenía la necesidad de comer bien y casero”, explica Negueruela. “Pensé que mi necesidad la tendría más gente. Empecé a hacer un estudio de mercado, vi que teníamos posibilidades, hicimos números, busqué inversores entre familia y amigos y montamos una sociedad a final de 2019 con la idea de empezar operaciones en abril de 2020”.
Con lo que no contaban en el estudio de mercado ni en el plan de negocio era con el virus que lo puso todo patas arriba en el primer trimestre de 2020. Las obras para montar la cocina industrial, ubicada en un polígono de Alcorcón (Madrid), se retrasaron por causas de fuerza mayor. Finalmente, empezaron a operar en julio del año pasado, justo cuando se levantaba el estricto confinamiento, llegaba el verano y casi nadie estaba pensando en pedir comida a domicilio.
“Durante julio y agosto de 2020 apenas tuvimos operaciones. El negocio como tal empezó a funcionar en septiembre de 2020”, señala Negueruela. “Teníamos un modelo de negocio 100 % online y 100 % con particulares. Creíamos que ahí estaba la manera de darse a conocer y crecer. Pero con la pandemia todos los restaurantes empezaron a dar comida a domicilio y proliferaron las pequeñas empresas menos estructuradas de comida. Internet y las redes sociales se saturaron y fue complicado publicitarse y darse a conocer”.
Así que, a pesar de las dificultades que ya de por sí entraña el primer año de vida de una empresa, los primeros 12 meses de Esto es comer fueron de transformación. “No teníamos previsto ni salir de Madrid ni prestar servicios a empresas. Pero en el mes de julio de este año empezamos a distribuir a todo el territorio peninsular mediante un servicio de paquetería. Además, hemos llegado a acuerdos con empresas con las que empezaremos a trabajar a partir de septiembre”, añade el fundador de Esto es comer.
¿Comemos mal?
Con las empresas, la compañía se enfoca, por un lado, en un servicio de aprovisionamiento de menús diarios saludables y variados a los trabajadores, estén en casa, en la oficina o con un modelo de teletrabajo híbrido. Por otro lado, trabajan para promocionar el concepto de comida saludable entre los empleados, independientemente de que acaben comprando en su plataforma.
“Comemos mal. Lo dicen las estadísticas. El 78 % de los españoles no se alimenta bien. Hay mucha comida procesada y ultra procesada, mucho fast food. Nosotros queremos que volvamos a comer bien. Hace 30 años la obesidad no era un problema en España y ahora así”, señala Igor Negueruela.
Unos hábitos alimentarios que se reflejan en la salud, pero también en la productividad. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (ILO, por sus siglas en inglés), la mala alimentación puede provocar una caída en la productividad laboral de hasta el 20 %. “Que la comida no sea copiosa, que sea baja en grasas, que las digestiones se hagan bien, ayuda a que se trabaje mejor. Muchos de nuestros clientes nos dicen que nuestra comida sienta bien”, añade el fundador de Esto es comer.
Nutrición, variedad y responsabilidad social
Con base en el recetario familiar, Negueruela y el chef ejecutivo de Esto es comer han adaptado a los estándares actuales unas 400 recetas. Cada semana, ofrecen un menú que se puede configurar con 52 platos diferentes que incluye entrantes y principales, pero también raciones y platos únicos. Una vez se hace el pedido, que debe ser de un mínimo de 30 euros, se encienden los fogones y se procede al envío del menú semanal.
El equipo de Esto es comer cuenta también con una nutricionista que se encarga de que los menús contengan aportes calóricos equilibrados y los nutrientes necesarios sobre la base de una dieta mediterránea tradicional y natural. A partir del mes de septiembre, contarán también con un nuevo menú saludable diseñado por la propia nutricionista.
Además de estos tres profesionales, el equipo de la startup se completa con tres empleados más: dos en cocina y uno a cargo del delivery. “Son chavales en riesgo de exclusión social. Llegamos a un acuerdo con la Asociación Norte Joven, que forma en cocina. Inicialmente contratamos gente en prácticas y luego hicimos un contrato fijo a los que más nos gustaban”, explica Negueruela. “Ahora tenemos tres menores de 25 años a los que se les ha dado una segunda oportunidad. Han terminado la ESO, se han formado en cocina y trabajan. Son gente con unas ganas estupendas y que funciona muy bien”.
La Asociación Norte Joven también les ayuda a cubrir picos puntuales de trabajo, ya que, por ahora, el margen de crecimiento es alto. La compañía todavía no genera beneficios, pero ya cocina entre 50 y 60 menús semanales, unos 350 platos. Esto se traduce en una facturación de entre 8000 y 10 000 euros al mes. “Todavía estamos lejos de los objetivos de nuestro plan de negocio”, reconoce Negueruela. “Ahora nos centramos en darnos a conocer y en conseguir que los ingresos superen a los gastos para poder seguir creciendo”.
Crecer a partir de una herencia
El negocio, a pesar de su enfoque tradicional, es escalable. Por ahora, en la cocina que tienen en Alcorcón solo trabajan en un turno. “En alguna ocasión tuvimos picos de trabajo, como cuando cerramos acuerdos con empresas para suministrarles la comida de navidad en casa a los empleados el año pasado,y hemos llegado a hacer hasta 500 comidas diarias”, señala el fundador de Esto es comer. “Y podríamos trabajar en más turnos”.
Por último, la responsabilidad ambiental y el trato al cliente tampoco se descuidan. Los envases en los que se envía la comida son biodegradables (van al contenedor de residuos orgánicos) y utilizan bolsas reciclables en lugar de cajas para los envíos. “Nuestro servicio al cliente, cuidado y personal, también nos diferencia. Si a alguien no le parece casera la comida o no le gusta, le devolvemos el dinero. Pero lo cierto es que apenas tenemos incidencias”, concluye Negueruela.
Lo que empezó a principios del siglo XX como una forma de alimentar a la familia se ha ido transformando a lo largo de tres generaciones para convertirse en una forma de dar de comer bien a cientos de trabajadores y teletrabajadores. En Esto es comer han heredado el placer por las cosas bien hechas de la abuela de Igor y, sobre todo, el placer por la comida casera.
Imágenes | Esto es comer