Las economías de escala son un concepto teórico de la microeconomía. Entender algunas nociones sobre ellas ayuda a los emprendedores a comprender mejor los retos del crecimiento empresarial.
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¿Qué es una economía de escala?
Hablamos de que existen economías de escala cuando los costes medios decrecen a medida que incrementamos la producción. En ese sentido, es importante entender que puede haberlas para un nivel de producción y no para otro mayor o menor que aquel.
Por ejemplo, si nos dedicamos a mantener refrigerados artículos en un almacén, al comienzo, ampliar nuestra producción puede reducir los costes por unidad. Nuestro principal coste puede que sea evitar las pérdidas de calor, que están relacionadas con la superficie de cubiertas y fachadas. Esta se incrementa de forma menos proporcional que el volumen del almacén, que es el que nos permite conservar allí más producto.
No obstante, llegados a un cierto tamaño, es probable que la logística y el control del inventario se hagan más complejos y costosos. Ello puede hacer que incrementar la producción eleve los costes medios o, en otras palabras, que vayan desapareciendo las economías de escala.
Cómo se originan las economías de escala
La principal fuente de economías de escala son las inversiones. Muchas de ellas no se pueden efectuar para volúmenes pequeños de producción. Imaginemos el caso del ferrocarril. Tendría poco sentido realizar los desembolsos que supone tender una vía férrea, construir estaciones, adquirir locomotoras y vagones, etcétera, para unos pocos viajes.
En esta categoría también debemos incluir las inversiones enelementos intangibles como una marca, una plantilla bien formada, una clientela fiel, una patente… Suponen recursos muy importantes para cualquier empresa y se rentabilizan a medida que la producción crece.
El tamaño también genera ventajas derivadas de la división del trabajo y de la asignación de los recursos materiales y humanos a fines especializados. Cada uno de los elementos que participan en la producción puede dedicarse a aquellas tareas en las que su labor tiene más valor. Así, si los trabajadores de una microempresa se dedican, por lo general, a tareas muy variadas. Los de empresas más grandes van orientando sus carreras a perfeccionar su dominio de un conjunto más acotado de labores.
Las deseconomías de escala
Son el fenómeno contrario. Las deseconomías de escala se producen cuando los costes medios se incrementan a medida que lo hace la producción. Lo habitual es que se produzcan a partir de un determinado tamaño.
Su principal causa es la dificultad de gestionar el flujo de órdenes e información a medida que crece una empresa, ya que el organigrama e, incluso, las relaciones informales, están rodeados de muchos matices.
Si hay muchos niveles jerárquicos, el traslado de los planes que idean los niveles superiores al día a día de los inferiores se convierte en un reto. No es raro que las comunicaciones transmitan ruido y hay que vigilar mucho los incentivos de cada miembro de la plantilla para construir una organización coherente.
Si lo que hay son muchos departamentos o áreas que trabajan en el mismo producto, lo complejo es conciliar las visiones y objetivos de todos. Además, cada uno tiende a comunicarse en su propio lenguaje y a tener dinámicas de relación que no siempre comprenden los otros.
El monopolio natural a partir de las economías de escala
La relación entre las condiciones de costes y demanda puede conducir a un monopolio natural. Por ejemplo, imaginemos un pequeño negocio que abastece de un determinado bien o servicio a una población pequeña más o menos aislada. Las economías de escala hacen imposible dividir el mercado entre muchos productores, ya que el precio sería menor que el coste medio, es decir, habría pérdidas extraordinarias.
Además, mientras haya economías de escala para un determinado nivel de producción, costará menos que se haga cargo una empresa de toda la producción. No obstante, ello también es posible para niveles en los que ya hay deseconomías de escala.
Por qué las economías de escala podrían beneficiar a una empresa
La teoría dice que en competencia perfecta, a largo plazo, tienden a desaparecer las economías de escala. Si las hubiese, el coste de producir una unidad más o menos (coste marginal) sería menor que el coste medio. Como las condiciones de maximización de beneficios exigen que el precio sea igual que el coste marginal, eso implica un precio menor que el coste medio, es decir, pérdidas extraordinarias.
Algunas empresas cerrarían, la oferta se reduciría y el precio subiría. Ese proceso cesaría cuando el precio alcance al coste medio, es decir, cuando desaparezcan las economías de escala y, con ellas, las pérdidas extraordinarias.
La realidad dice que hay pocos mercados en competencia perfecta. Puede haber, por ejemplo, barreras a la entrada o salida del mercado, pocos oferentes, productos que no son homogéneos, problemas de información… Entonces sí que sería posible tomar decisiones sobre precios y aprovechar las economías de escala para obtener beneficios por encima de lo normal.
Sin embargo, la experiencia también dice que en esos casos es frecuente la intervención pública. Suele haber regulaciones, normas de defensa de la competencia, impuestos, subvenciones, contratos públicos, inspecciones, empresas públicas y otras actuaciones.
Los fines de estas intervenciones pueden ser diversos. Entre ellos está evitar que nuestro interés por obtener beneficios extraordinarios provoque una asignación ineficiente de los bienes y recursos o dificultades de acceso al producto por parte de determinados colectivos.
En todo caso, es frecuente que las pymes en proceso de expansión puedan aprovecharse de las economías de escala, al menos, mientras no tengan una posición estratégica que pueda reclamar el interés de la intervención pública.
Las economías de escala son, por tanto, un interesante punto de partida para considerar las complejas relaciones entre costes, demanda, intervenciones públicas y estructura de los mercados.
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