¿Cuál es la esperanza de vida de una nueva empresa?

Empresa

La esperanza de vida de las empresas, valor inverso a la tasa de supervivencia empresarial y relacionado con otros como la tasa de mortalidad, depende de factores como su ubicación, el año de apertura o el sector. ¿Cuál es la esperanza de vida de las compañías españolas o su tasa de supervivencia? [hde_related]

¿Qué es la esperanza de vida o la tasa de mortalidad de las empresas?

Resulta conveniente definir un par de términos con el objetivo de comprender algunos de los datos recogidos aquí:

¿Cuánto dura una empresa española?

Según destaca la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) en su informe ‘Situación de las pymes en España comparada con la de otros países europeos’ (noviembre de 2021), el «verdadero problema» de las pymes españolas en cuanto a crecimiento empresarial es una mayor mortalidad que la media europea. De acuerdo con sus cifras, la esperanza de vida no alcanza los 11 años y menos de un 40 % llega a los cinco años.

Con datos de 2018, antes de la pandemia, España tenía una tasa de mortalidad empresarial (relación entre las empresas con empleados que desaparecen y las que están activas) del 9,2 %, siendo la media de la UE-28 del 8 %.

En cuanto a su esperanza de vida, los mismos datos demuestran que en España la esperanza de vida ronda los 10,8 años, cerca de la mitad de la UE (19,6 años). En Dinamarca e Irlanda esta esperanza de vida está en los 63,1 años y 61,8 años, respectivamente. En Reino Unido y Finlandia, sin embargo, en 8,8 años y 7,7 años, respectivamente.

¿Qué hay de la mortalidad empresarial?

Tal y como señala la reciente publicación ‘Demografía armonizada de empresas’, del Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de supervivencia empresarial a los cinco años de las empresas españolas era del 45,1 % a 2020.

Según esta misma publicación, la tasa de natalidad fue de 7,5 % y la de mortalidad del 8,4 % para el año 2020, siendo el primer año desde 2014 en que el número de muertes (311 259 empresas) superaba al de nacimientos (278 525 empresas).

Estas métricas se esperaban tras la pandemia dado que la variación neta de nacimientos y muertes de empresas tiende a comportamientos cíclicos ante crisis y periodos de crecimiento. Sin embargo, no todos los sectores se han comportado de la misma forma.

Como puede verse en las estadísticas ofrecidas por el INE, y pese a que los datos no son exactamente iguales por año, existe poca variabilidad a medida que pasa el tiempo en las desapariciones de empresas durante los tres primeros años de vida.

Tasas de mortalidad por sectores

Según se desprende de las estadísticas del INE, las actividades con mayor tasa neta (diferencia entre nacimientos y muertes, las que más han crecido) son las actividades postales y de correos, las de descontaminación y gestión de residuos, las actividades cinematográficas, los servicios financieros (salvo seguros y pensiones, que caen), el transporte marítimo, la publicidad o la programación.

Por contra, las actividades con menor tasa neta, y por tanto con mayor fallecimiento comparado con el nacimiento, han sido la industria maderera, las actividades de alquiler, las actividades de creación artística y los servicios de comidas y bebidas, así como las agencias de viajes (por la pandemia), las actividades relacionadas con la programación y emisión de radio y televisión o la industria del papel.

¿Qué hace vulnerable a una empresa?

El tamaño es, con diferencia, uno de los factores clave de vulnerabilidad empresarial.

La tasa neta entre nacimientos y muertes en empresas de uno a cuatro asalariados fue de −2,1 % en 2020, mientras que en las de cinco a nueve asalariados ‘solo’ fue de −1 % y en las de 10 o más de −0,4 %. Es decir, aunque para todo tamaño de empresa ha habido mayor tasa de mortalidad que de nacimientos, la balanza señala las pequeñas empresas como menos estables.

Si se analiza solo la mortalidad, los ratios son de 1,4 % para empresas de 10 o más asalariados, de 3,3 % para empresas de cinco a nueve asalariados, de 5,5 % para empresas de uno a cuatro asalariados y de 11 % para empresas sin asalariados (autónomos). Este último grupo duplica la mortalidad del anterior, que a su vez casi duplica el grupo que le precede, que de nuevo dobla el previo. Las cifras previas a la pandemia (2017, 2018, 2019) muestran ratios similares.

Según Cepyme, las empresas pequeñas son mucho más vulnerables, entre otros factores, debido a que aprovechan de forma limitada las economías de escala, tienden a mostrar una productividad más baja (que a su vez afecta a los salarios), carecen de resistencia natural ante imprevistos, tienen más difícil captar talento, ofrecen menos oportunidades de desarrollo profesional a sus empleados, etc.

Esta desventaja ante los imprevistos se debe a que cada trabajador es crítico, es decir, no hay solapamiento de funciones ni puestos capaces de desempeñar varios roles. El factor de simultaneidad por tareas (nivel de redundancia) es bajo y muy tenso, lo que significa que cuando alguien falta, por cualquier motivo (baja, accidente, fallecimiento) el resto de empleados no puede absorber sus funciones. El conocimiento del trabajador suele perderse.


Imágenes | Valery Fedotov, Valery Fedotov, @euklidiadas@red.niboe.info

Archivado en
Subir