10 señales de que en tu empresa hay una cultura tóxica

Empresa

Por Pablo Vinuesa

Aunque podamos pensar que somos buenos empleados o que, en nuestra labor de jefes, ejemplificamos un liderazgo ideal, la realidad puede ser bien distinta. Una empresa puede sufrir una cultura tóxica generalizada, que además derive en la renuncia de trabajadores de valor. ¿Sabrías identificarla?

Estructuras jerárquicas inamovibles, que no haya inclusividad, una mala comunicación o un liderazgo pobre son algunos síntomas claros de una cultura empresarial tóxica. Y a la vista de los recientes movimientos del mercado, identificarla en esta etapa pospandemia es crucial para los analistas.

Una coyuntura social y laboral compleja

Afrontar una dura recesión económica justo cuando se empiezan a mitigar los efectos de una pandemia global no parece el mejor escenario posible para plantearse grandes cambios vitales. Sin embargo así ha sido, como demuestra el fenómeno conocido como la gran renuncia, que batió récords con 24 millones de estadounidenses abandonando su trabajo entre abril y septiembre de 2021.

En España se ha vivido un efecto similar, con 45 000 dimisiones registradas entre enero y agosto de 2022. Reevaluar objetivos y expectativas para atreverse a dar el salto a un nuevo empleo o incluso un proyecto personal se ha convertido en un tema habitual. Además, no es el único factor que ha llamado la atención de los expertos en los últimos meses.

Otro ejemplo claro de que algo no anda del todo bien en el mercado laboral es la corriente conocida como antiwork o movimiento antitrabajo, que cuestiona problemas sistémicos y amplía interesantes debates políticos e intelectuales. La pérdida de motivación se puede hacer notar de diversas maneras, como con el síndrome del boreout o el fenómeno del quietting.

Averiguar lo que está mal en el sistema

Todos estos términos definen situaciones derivadas de dinámicas laborales perjudiciales, con graves consecuencias tanto para la organización como para los trabajadores. Pero aunque sus efectos se estén poniendo de relieve especialmente en esta época, las culturas empresariales tóxicas no suponen ninguna novedad. Cómo identificarlas es, de hecho, objeto habitual de estudio para los expertos.

Uno de los últimos ha sido llevado a cabo por un profesor del prestigioso MIT Sloan, Donald Sull, junto con otros colegas investigadores. La razón de ser de este estudio es que, aunque todos podamos coincidir en lo negativa que puede resultar una cultura tóxica, hay poco acuerdo en cuáles son los motivos que la fomentan y, por lo tanto, cómo podemos revelarla y combatirla.

Analizaron 34 millones de perfiles y casi millón y medio de opiniones de trabajadores, usando unas herramientas de software específicas. Su conclusión es que la cultura tóxica ha sido el gran motor de la gran renuncia. Otros síntomas alarmantes fueron la inseguridad laboral, los proyectos muy innovadores, una incapacidad generalizada para reconocer los méritos y una respuesta pobre ante la covid-19.

10 señales de cultura tóxica en la empresa

Los expertos fueron capaces de identificar cinco factores claros de una cultura empresarial tóxica: la falta de inclusividad en la organización, el poco respeto por los empleados desde sus jefes o compañeros, un comportamiento general poco ético, promover en el equipo estrategias agresivas en vez de cooperativas y un liderazgo abusivo.

Este último punto es especialmente importante, ya que un liderazgo pobre genera importantes desequilibrios en el esquema organizativo. Hay más síntomas de toxicidad que identifican los expertos, como una mala comunicación generalizada, que haya grupos privilegiados en el equipo, que los trabajadores teman represalias por parte de sus superiores, que exista una alta rotación y que falle la conciliación.

Estos síntomas, por separado o en conjunto, terminan desmotivando a los trabajadores, quienes sienten que sus carreras profesionales están estancadas en el puesto actual. Como resultado de este malestar aparecen síndromes como el del burnout o el boreout, que se materializan en el presentismo o incluso pueden desembocar en graves problemas de salud mental.

Cómo combatir una cultura empresarial tóxica

No todo es negativo, por supuesto. En la encuesta del MIT Sloan solo un 1 % de trabajadores se atrevió a calificar a sus jefes como “abusivos, tóxicos o narcisistas”. Además, los investigadores han ofrecido consejos para intentar combatir esta cultura, apostando por valores fundamentales como el respeto, la integridad, la diversidad y la colaboración.

Como las culturas tóxicas están intrínsecamente relacionadas con el liderazgo, que este no sea hostil resulta fundamental. La ciencia ya ha demostrado que la intimidación y el abuso no son sinónimos de éxito, mientras que el liderazgo humilde promueve el aprendizaje y la colaboración entre los miembros del equipo. 

También se puede fomentar una cultura tóxica desde abajo, como demuestran algunos roles tóxicos que pueden contagiar a toda la estructura. Como empleado siempre será mejor reflexionar y hacer autocrítica, identificar lo que mejor sabemos hacer para convertir debilidades en fortalezas y contribuir a que nuestro entorno sea saludable.

Imágenes | Fotografías de Dylan Gillis, Christian Erfurt y Jo Szczepanska, todas en Unsplash

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