Mindfulness es una de las palabras de moda. Seguramente la hayas escuchado en más de una ocasión aunque no le hayas prestado mucha atención, pero lo cierto es que está por todos lados y a pesar de ser una práctica milenaria con más de 2.500 años de antigüedad, está más actualizada que nunca y podemos aplicarla en muchos momentos de nuestra rutina diaria, por ejemplo para aumentar nuestro nivel de bienestar en el trabajo y rendir mejor.
Significa “atención plena” y se trata de un conjunto de técnicas que nos ayudarán a mejorar nuestra calidad de vida, canalizar mejor nuestras emociones y manejar el estrés tratando siempre de enfocar nuestra atención en el momento presente a través de la meditación. Y es que aunque hemos aprendido y desarrollado al máximo una forma de trabajar “multitarea”, la dificultad real reside en concentrarse verdaderamente en una sola cosa.
Beneficios de la meditación
La implantación de técnicas de meditación en la empresa trae multitud de beneficios a nuestra vida. A parte de producir cambios estructurales en determinadas áreas del cerebro relacionadas con la atención y la integración de pensamientos positivos, es una poderosa herramienta para reducir el estrés y la ansiedad, mejorar la capacidad de concentración e incluso fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Poco a poco y con la práctica veremos cómo mejora nuestro rendimiento profesional, adquirimos claridad mental a la hora de tomar decisiones, potenciamos la creatividad, sentimos más satisfacción laboral y por supuesto, iremos aprendiendo a lidiar mejor con las situaciones de estrés y aumentará nuestra capacidad de concentración.
Según la psicóloga Esther Ramírez Matos, “el mindfulness nos enseña a ser observadores de la naturaleza de nuestra mente en lugar de identificarnos con ella. Esta práctica puede ser el comienzo para ser realmente dueños de nuestros pensamientos y por tanto, de nuestras emociones”.
Incorpora el mindfulness a tu puesto de trabajo
Mails, teléfono, informes, power points, la mesa llena de post it, actualizar los perfiles de redes sociales, reuniones, volver a refrescar el mail… Resulta difícil concentrarse con trabajos que requieren estar muy atentos a diversas tareas al mismo tiempo. Con frecuencia esto nos lleva a estados de hiperactividad que claramente afectan a nuestro rendimiento ya que vivimos en entornos de constantes distracciones, no solo las que hay a nuestro alrededor sino las que nosotros mismos nos creamos.
La práctica del mindfulness nos ayudará a pasar menos tiempo pensando en lo que tenemos que hacer en el futuro y prestar más atención al presente, al “aquí” y al “ahora”. No quiere decir que no nos vayamos a distraer nunca, pero sí que aprenderemos a ser conscientes cuando se produzcan estas distracciones y a traer de nuevo nuestra mente al momento actual.
Practica para crear hábito
Como con toda habilidad, para conseguir los resultados deseados, hay que entrenar 😉 Hay algunos sencillos trucos como simplemente “parar”, respirar profundamente observando tu respiración, dar un pequeño paseo… Si haces una pausa para comer un tentempié sé consciente de esa comida, de su sabor, de las sensaciones que produce en tu paladar… También puedes mirarte al espejo durante unos segundos para ser consciente de ti mismo, ayudar a algún compañero en su tarea, observar lo que ocurre a tu alrededor… Todas estas acciones te ayudarán a conectar con el “ahora” y a continuar con tu trabajo con una actitud mucho más serena y proactiva.
Laura Parralejo