La inteligencia artificial ha dejado de ser ciencia ficción para convertirse en algo muy real en las empresas (y verdaderamente asombroso). Pero, de automatizarse de forma generalizada el mercado de trabajo, ¿cuándo lo hará? En nuestro país, la robotización impactará significativamente después de 2030. A partir de esa fecha, uno de cada tres empleos actuales estará totalmente automatizado y no lo realizará un trabajador. Es una de las conclusiones del estudio Will robots steal our jobs, elaborado por la consultora PwC a partir del análisis del mercado laboral de 27 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), más Rusia y Singapur.
Tal automatización, según el informe, se producirá en tres fases diferenciadas. La primera, denominada «algorítmica» y en la que empresas y trabajadores se encuentran inmersos actualmente, se extenderá hasta principios de 2020. Consiste en la automatización de las labores más sencillas y del análisis estructurado de datos.
Posteriormente, una segunda etapa de “automatización aumentada”, que se prolongará hasta mediados de la década de 2020, conducirá al intercambio de información y al análisis de datos desestructurados. Y una tercera fase, llamada “autónoma”, permitirá, no solo la automatización de tareas rutinarias, sino también de destrezas manuales y de resoluciones de situaciones y problemas en tiempo real.
Los hombres y aquellos con menor formación, los más perjudicados
El impacto inicial de la Inteligencia Artificial en España será muy liviano de aquí al inicio de la década de los veinte –fase algorítmica– y solo un 3% de los empleos podría quedar en riesgo por la automatización. En la segunda fase, la proporción de trabajos amenazados crecerá hasta el 21%. Sin embargo, el verdadero impacto se producirá en la década de los años treinta –fase autónoma-, cuando los empleos en riesgo lleguen hasta el 34%.
Por tipo de trabajador, la robotización afectará más los hombres (39%) que a las mujeres (28%), así como a aquellos empleados con un nivel de formación medio (39%) o bajo (44%).
El sector educativo, el menos afectado
Ante el avance imparable de la Inteligencia Artificial, ¿qué sectores de la economía se verán más afectados? Previsiblemente los relacionados con el transporte y la logística, y la industria, según el informe de PwC, que indica que podrían perder el 52% y el 45% de los puestos de trabajo, respectivamente, en el escenario más avanzado. En lo que se refiere a los sectores de la alimentación y la distribución, las previsiones son más moderadas, con pérdidas en empleo del 34%, mientras que el de la educación sería el que menos impacto recibiría como consecuencia de la robotización, con solo el 8% de los puestos de trabajo en riesgo.
En el conjunto de países analizados, la primera fase de automatización afectará a entre el 1% y el 4% de los empleos. A partir de 2030, sin embargo, la automatización será más crítica para las economías. Podría alcanzar, de hecho, el 44% en el caso de Eslovaquia, el 39% en Italia y el 37% en Alemania.
En el caso de los países cuya actividad está más concentrada en el sector servicios, la proporción de trabajos en peligro será menor (38% en Estados Unidos, 37% en Francia o 30% en Reino Unido), descendiendo a niveles todavía más bajos en el norte de Europa (22% en Finlandia y 25% en Suecia y Noruega).
Colaboración «imprescindible» entre gobiernos y empresas
El estudio de PwC considera que, muy probablemente, los viejos empleos serán sustituidos por otros nuevos y que, a largo plazo, esto acabará teniendo un efecto positivo para la actividad económica en su conjunto.
Las estimaciones del informe Will robots steal our jobs apuntan a que la Inteligencia Artificial supondrá en 2030 en torno al 14% del PIB mundial, unos 15 billones de dólares. Eso sí, tal como resalta PwC, durante todo el periodo de transición hacia el nuevo mercado laboral que se perfila será imprescindible la colaboración entre las empresas y las administraciones públicas para que el viaje se haga de forma gradual y los beneficios de las nuevas tecnologías puedan ser disfrutados por la mayor parte de la sociedad y no solo por unos pocos.
Por Patricia Martínez
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