Los beneficios y ayudas al darse de alta como autónomo con discapacidad

Autónomos

Como regla general, los trabajadores con discapacidad tienen una serie de beneficios en pro de una mejor inserción en el mercado laboral. Estos van desde reservas de plazas para los procesos de selección de puestos de trabajo en la Administración hasta deducciones en las cuotas de la Seguridad Social para los empresarios.

Los autónomos no son ajenos a estas ayudas. Ya sea en un aspecto esencial como las cuotas a la Seguridad Social o a la hora de emprender un negocio, los trabajadores por cuenta propia también se benefician de distintos apoyos. [hde_related]

Conocer cuáles son, sus características y especialmente su ámbito de aplicación es clave para estos profesionales..

Ayudas económicas directas

El primer gran grupo de ayudas al autónomo con discapacidad son las económicas directas. Estas son cantidades de dinero que se entregan para colaborar en la puesta en marcha de un negocio o actividad.

La más importante son las ayudas a la inversión inicial que cubre la compra de productos o bienes de inversión (ordenadores, maquinaria, vehículos, etc.). Su importe varía según la comunidad autónoma que la concede, pero actualmente van de los 3000 euros a los 10 000 euros.

En ocasiones estas ayudas son sustituidas o complementadas por otras dirigidas a la asistencia técnica. En este tipo de subvenciones combinan poner personal especializado que ayude a elaborar el proyecto con pagos económicos destinados a cubrir los costes de labores de asesoría o gestoría principalmente. Su importe es más reducido, pero puede alcanzar hasta el 75 % del coste de puesta en marcha con topes de hasta 2000 euros.

También son comunes las subvenciones destinadas a sufragar costes de formación relacionados con aumentar el conocimiento relacionado con el negocio que se va a emprender. Como con la asistencia técnica, cubren hasta el 75 % de estos costes pero con un tope mayor, 3000 euros.

Estas ayudas están gestionadas por las comunidades autónomas a través de sus consejerías de Empleo u otros organismos análogos que tengan las competencias del autoempleo. Estas se abonarán tras justificar los gastos realizados.

Es importante destacar que estas subvenciones, aunque son a fondo perdido, están condicionadas a que el autónomo discapacitado mantenga su actividad al menos tres años.

Tarifa plana y bonificaciones de cuota

La cuota de la Seguridad Social es uno de los gastos más importantes a los que se enfrenta el autónomo. Por ello, las bonificaciones que puede conseguir este trabajador con discapacidad son notables.

Estas tienen dos tramos:

Discapacidad sobrevenida

Un cambio importante se produjo en el año 2019. Hasta entonces, la tarifa plana solo se podía pedir para nuevas altas de autónomos discapacitados, pero desde el 1 de enero de ese año pueden hacerlo todos los trabajadores por cuenta propia a quienes se les haya reconocido una discapacidad ya estando de alta.

La solicitud en caso de discapacidad sobrevenida es sencilla. No obstante, no es automática, sino que tiene que solicitarla el interesado siempre que se le haya reconocido una discapacidad mínima del 33 % por un equipo de orientación y valoración de su comunidad autónoma.

Esta bonificación, además, ofrece una ventaja adicional. Si el autónomo ha disfrutado de otro tipo de tarifa plana, por ejemplo por inicio de la actividad, y esta se ha agotado, podrá seguir beneficiándose de nuevo por la tarifa plana por su discapacidad.

Mayor deducción por los seguros de salud

Relacionado con sus cuidados está también una mayor deducción por los seguros de salud. Todos los autónomos pueden aplicar en su declaración de la renta una deducción de hasta 500 euros por el pago de sus seguros de salud. Esta cantidad cubre tanto las primas personales como la de los beneficiarios a su cargo o sus hijos.

En el caso del autónomo con discapacidad esta cantidad se multiplica por tres y se pueden deducir hasta 1500 euros en dicha declaració.

Nos encontramos por tanto dos tipos de ayuda muy diferentes. Algunas buscan cubrir gastos al inicio de la actividad, otras las cuotas a la Seguridad Social o los seguro de salud. Lo más importante es que ambas facilitan el autoempleo del trabajador discapacitado.


Imágenes | Pexels/ Liza Summer SHVETS production Ivan Samkov

Archivado en
Subir