Según un informe de Adecco de agosto de 2018, en España uno de cada 14 empleados trabaja desde casa.
Si también es tu caso, ¿sabes cómo sacarle toda la rentabilidad a esta situación?
Como nos explican desde el Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo, la cifra exacta de españoles que trabaja en su casa es de 1,43 millones. Estamos hablando del 7,4% de la población activa de nuestro país. Y se muestra como indicador de una tendencia creciente. En los dos últimos años, uno de cada cuatro nuevos trabajos ha sido en la modalidad de teletrabajo.
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Pros y contras del teletrabajo
¿Qué podemos esperar cuando se trabaja desde casa?
Ventajas
- Ahorro de tiempo y dinero en desplazamientos.
- Mayor autonomía.
- Flexibilidad para gestionar los horarios.
- Mejora la productividad.
- Mejor conciliación de la vida familiar y laboral.
- Mejora en la alimentación, pues puede ser casera y más saludable.
Desventajas
- Aislamiento. Pasar mucho tiempo solo puede pasar factura a nivel emocional.
- Distracciones. No tener un jefe encima puede hacer que nos relajemos.
- Que el espacio laboral y personal estén juntos dificulta que el empleado desconecte.
- Necesidad de disciplina. Es necesario marcar pautas para que el teletrabajo sea productivo.
Consejos a poner en práctica
Un lugar de trabajo adecuado
Es importante habilitar una zona de la casa que funcione a modo de despacho. Nada de trabajar desde la cama y el sofá. El espacio debe recordarnos a una oficina. Ha de estar limpio, aireado y tener buena iluminación.
La mesa ha de estar ordenada. La silla de trabajo ha de cumplir con los consejos de ergonomía necesarios para cuidar de nuestra espalda. También la pantalla del ordenador y el teclado han de estar a la distancia adecuada.
Establece una rutina
Trabajar en casa debe ser como hacerlo en la oficina. Por ello, establece horarios y cúmplelos. Madruga y levántate siempre a la misma hora. Tu cuerpo y tu mente agradecerán esa regularidad para adaptarse a la hora de comenzar a trabajar.
No trabajes en pijama. Aunque te vistas de forma cómoda, nunca debes descuidar tu aspecto físico.
En tu rutina no solo ha de entrar el tiempo de trabajo. También los momentos de descanso, las tareas domésticas o los recados en la calle. Y, por supuesto, el final de la jornada laboral.
Planifícate
Establece bloques de tiempo de trabajo con pausas entre ellos. Existen muchas técnicas que puedes poner en práctica. Puedes hacer una lista de tareas y asignarles un tiempo determinado.
Uno de los métodos más conocidos es el Pomodoro. En él, se pautan bloques de 25 minutos en los que se trabaja sin descanso ni distracciones. Después, tienes cinco minutos de pausa. Si algo nos interrumpe, el bloque ya no “cuenta”.
Puedes probar con este u otro método. El teletrabajo es sinónimo de flexibilidad, por lo que has de encontrar el sistema que mejor se ajuste a tu trabajo y a tu estilo de vida.
Es útil tener una visión global de las tareas que hemos de realizar en la semana. Así podremos asignarlas al día y hora que más convenga y no nos dejaremos trabajo importante pendiente. Si surge algún contratiempo u obligación con la que no contábamos, podremos ubicarla más fácilmente en una agenda que ya está planificada.
Hemos de marcar cuáles son las tareas más importantes del día y hacerlas en primer lugar. Solo señalaremos dos o tres por jornada. Realizarlas primero nos ayudará a sentir que avanzamos con la carga laboral.
Descansa
Tan importante es aprovechar los bloques de tiempo de trabajo como los que se usan para descansar. Marca pausas y cúmplelas. Disfruta del momento libre y no estés pensando en qué debes hacer o qué deberías haber hecho.
Es tentador usar estos descansos para navegar por internet. Pero si tu trabajo ya es de cara al ordenador, resultará más beneficioso salir a tomar un café o dar un paseo.
No olvides interactuar con los demás. El teletrabajo supone trabajar muchas horas solo. Es importante poder hablar con otras personas y explicarles qué estás haciendo, cuáles son tus objetivos… Y también que nos expliquen los suyos y ejercitar el don de la escucha.
No te distraigas
Es el gran problema de trabajar en casa. No tenemos un jefe que nos vigile, por lo que es más fácil que nos distraigamos. O que esos cinco minutos que ibamos a invertir en mirar Instagram se conviertan en quince.
Para evitar distracciones, planifica también qué momentos del día usarás para hacer llamadas telefónicas, consultar el email, contestar wasaps y navegar por redes sociales.
La tecnología ayuda
Aplicaciones de mensajería, correo electrónico o videoconferencias. Si el teletrabajo crece es porque resulta más sencillo estar conectados con compañeros, jefes y clientes.
Desconecta
Si cuesta desconectar del trabajo, para quien trabaja desde casa, aún es más complicado. Establece el final de tu horario laboral y cúmplelo. Sal de casa, habla con otras personas, haz ejercicio o, simplemente, relájate.
Aprovecha los beneficios fiscales
Al trabajar como autónomo desde casa, puedes desgravarte ciertos gastos en tu declaración de la renta:
- Si la vivienda es de alquiler, puedes desgravarte la cantidad proporcional que corresponda al espacio en el que realizas la actividad. Para ello, en el contrato ha de constar que el arrendamiento tiene un uso mixto, para vivienda y como espacio de trabajo.
- Si la vivienda es en propiedad, puedes deducirte la parte proporcional de gastos de comunidad, intereses de hipoteca, seguro del hogar o impuestos locales.
- También puedes deducirte las compras de materiales que necesitas para tu trabajo. Por ejemplo: muebles, ordenadores y papelería.
- Los gastos de suministros como agua, luz o teléfono también pueden ser deducibles según los casos. Por ejemplo, si hablamos de consumo eléctrico, será deducible si el gasto está vinculado a la actividad económica y así se refleja en los libros de gastos e inversiones.
Y si no lo consigues…
Puede que no te acostumbres a trabajar desde casa. O que, simplemente, necesites un cambio de aires para no pasar todo el día en el mismo lugar. Recuerda que existen cafeterías, bibliotecas o espacios de co-working para renovar tu rutina.
Imágenes | Photo by Roman Bozhko, DESIGNECOLOGIST, Fancycrave, Annie Spratt, Lonely Planet on Unsplash