La Volátil, el triunfo de la empatía

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Se llama Agustina Guerrero y es diseñadora gráfica y dibujante. Nació hace 34 años en Chacabuco, un pueblo argentino. Ahora vive en una ciudad española y trabaja para que personas de cualquier parte del mundo conozcan su arte. Cuando alguien le pregunta de qué vive, a veces, lo explica haciendo dibujitos. Hemos podido charlar con ella y nos ha contando cómo empezó en este proyecto.

1. Cuéntanos, ¿qué es La Volátil?

Es mi álter ego, o bueno, lo era. Empezó siendo un duplicado de lo que soy –o lo que era- donde contaba todas mis experiencias, lo que yo sentía; era mi diario íntimo. Yo me dibujaba así, para mí, solo lo veía yo. Si es cierto que actualmente, el personaje va cogiendo su propia personalidad, se va convirtiendo en una amiga que tengo a mi lado y que va creciendo junto a mí.

La Volátil cuenta historias autobiográficas pero si que siento que sus reacciones son diferentes a las mías, digamos que ella va forjando su propia personalidad.

2. ¿En qué momento dejas de dibujar para ti y empiezas a mostrarlo al público?

Realmente fue un poco forzado porque lo que yo lo que mostraba eran otros dibujos más oscuros, en los que invertía mucho más tiempo y para mi eran dignos de mostrar porque estaban mucho más elaborados. Pero en realidad, no les gustaban a nadie porque eran bastante fuertes.

Pero un día entraron en mi casa y me robaron todo, obviamente, el ordenador con todos mis trabajos e incluso un cuento infantil en el que estaba trabajando en ese momento. Y bueno, me quedó un ordenador muy viejo que solo soportaba dibujos simples como son los de La Volátil. Entonces, decidí colgar uno de estos dibujos en mi perfil personal de redes sociales y la gente empezó a reaccionar: me enviaban solicitudes de amistad gente que no conocía y demás. Así que le hice su propia página y ahora tiene más de medio millón de seguidores.

Me entusiasmé mucho con este proyecto, así que empecé a hacer viñetas y de esta forma, fue creciendo La Volátil. Sucedió muy rápido y apenas me dio tiempo a pensarlo mucho.

3. ¿Cuál que crees que fue el factor del éxito?

Básicamente la empatía que tiene la gente con el personaje. Cuando ves una situación y te sientes identificado, en seguida conectas. Una de mis mayores premisas a la hora de hacer viñetas, es despojarme de toda mi vergüenza y hacerme cuenta que aún sigo dibujando para mi diario íntimo y que no lo va a ver nadie, porque cuando una dibuja para si misma, no tienes miedo a ser juzgada y te sale lo más sincero. Incluso hay veces que hago viñetas que me dan vergüenza pero ahí es cuando me digo que hay que publicarla.

4. ¿Qué o quién te inspiró para empezar con La Volátil?

Estaba viviendo una época muy bonita de mi vida, de hecho, todo lo dejo plasmado en mi último libro (Érase una vez La Volátil). Me mudé a Barcelona, empecé a vivir experiencias nuevas y me reencontré conmigo. Empezaba una época muy luminosa, tras dejar atrás vivencias oscuras, y me apetecía escribir todas estas cosas que me estaban pasando, porque eran muchas. Me di cuenta de que la vida continuaba y que había cosas de las que merecía disfrutar.

5. ¿Cómo fueron los inicios? ¿Con qué sorpresas te encontraste?

La mayor sorpresa fue que había cosas que solo me pasaban a mi y que pensaba: “Esto seguro que no lo van a entender, seguro que soy la única loca a la que le pasa eso.” Y me di cuenta que somos un montón los que reaccionamos igual. Eso me da cierta tranquilidad porque te sientes más cerca, menos sola y no tan loca.

6. ¿Ha sido un proyecto que te ha reportado satisfacción personal?

Por supuesto, La Volátil ha sido un proyecto muy sanador y la verdad, es que se convirtió en una necesidad. Después de venir de ilustraciones tan oscuras, hacer chistes es la antítesis de lo que venía haciendo. Fue una revelación, empecé a tomarme todo de otra manera, relativizar todo lo que me pasaba y reírme de ello. Así se vive mejor.

7. ¿Hubo gente a tu alrededor que pensó que era una locura?

La verdad es que no. Si que a veces, por lo general, antes de colgar una viñeta la enseño a mis más allegados para que me den su opinión, a ver si se entiende, si tiene algún error y demás. Mi mayor crítico es mi hermano que le mandaba la viñeta y él daba su opinión. Ahora ya no lo hago porque tengo mucha más seguridad en mi. Pero es cierto que, al principio, si que dudaba y él me decía: “Ay, Agus, a lo mejor esto es demasiado, está siendo muy explícito…” Pero ahí no le hacía caso y seguía adelante.

8. ¿Qué relevancia ha tenido para ti el uso de redes sociales a la hora de dar a conocer los productos de La Volátil?

Absolutamente toda. Todo fue gracias a las redes sociales, si no hubiesen sido por ellas, yo todavía estaría en mi casa, con mis dibujos en el cajón sin si quiera mostrarlos. El hecho de solo imaginarme ir a una editorial y presentar mi proyecto, me produce mucha vergüenza, miedo e inseguridad.

Pero gracias a las redes sociales, la editorial contacta conmigo, también salen trabajo en las redes sociales, la gente me sigue a través de ellas… y si fuera de otro modo, a mi me costaría muchísimo poder vivir de esto. De hecho, mis redes sociales, son mi book de trabajo porque casi todo lo que cuelgo está relacionado con ello. Es mi carta de presentación.

9. ¿Cuál ha sido tu creación preferida: La Volátil, mamma mia, Diario de una Volátil o Érase una vez La Volátil?

Sin duda, Érase una La Volátil. De hecho, hacer La Volátil, mamma mia fue un proceso muy duro porque fue a tiempo real durante mi embarazo. Empecé a hacerlo cuando apenas tenía barriga pero conforme fue creciendo, yo solo tenía ganas de estar en la cama tomando sopa pero tenía que hacer un libro. Fue más duro el parto del libro que el de mi hijo.

Érase una vez La Volátil fue el libro con el que más he disfrutado, porque tenía muchas ganas de hacer una viñeta gráfica y alejarme un poco de la dinámica de los otros libros (viñeta/ chiste). Quería hacer algo diferente y aunque me daba mucho tiempo la aceptación por parte del público, pero siempre le hice caso a mi intuición. El proceso caótico, sin embargo, lo disfruté como una enana. Lo disfruté mucho y el resultado, para mi, es redondo, ya que refleja perfectamente lo que quería contar.

10. ¿Qué ha significado para ti ser madre y cómo ha influido en tu trayectoria profesional?

Es un poco difícil conciliarlo todo. Me surgen muchas propuestas de viajar, de ir a ferias del libro y en otro momento, he cogido las maletas y me he ido. Pero ahora, tengo un hijo y es más complicado. Si que entre mi pareja y yo nos vamos organizando para poder estar el mayor tiempo posible con él. La maternidad me ha hecho tener un personaje diferente en La Volátil, ya que en mi siguiente libro, lo muestro mucho más solitario porque son viñetas donde solo va a aparecer el personaje. Será un libro diferente a lo que vengo haciendo, que lo que me apetece, pero siempre dentro de la línea de La Volátil.

En general, la maternidad me ha cambiado por completo como persona y se me reflejado en el trabajo porque es una de mis extremidades. De hecho, el ser madre me ha conectado mucho más conmigo misma. Soy más consciente de las cosas que hago porque tengo a una personita que me ve como su referente, así que soy muy cuidadosa con mi manera de actuar, de qué le quiero comunicar, de qué le quiero enseñar… Es por eso que mi hijo me ha conectado tanto conmigo y me ha hecho ser mejor.

11. ¿Cómo ves el futuro?

No tengo la menor idea, espero seguir trabajando de esto, seguir haciendo libros… La verdad es que si pienso mucho en el futuro, me pongo nerviosa. Por eso prefiero ir poco a poco, viviendo lo que estoy haciendo hoy.

12. ¿Nos dirías alguna frase inspiradora para quienes quieren empezar un proyecto?

Sinceramente, siempre hago las cosas sin pensar demasiado y a mí lo que me funciona es guiarme mucho por mi instinto. No me siento capacitada para dar consejos, solo hablo desde mi experiencia y de lo que a mí me sirve.

 

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