El día a día en la vida ‘freelance’: así son los profesionales independientes europeos

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La pandemia está teniendo un impacto profundo en el mercado laboral y en los negocios. Y los profesionales freelance no se han escapado. ¿Quiénes son los freelancers europeos? ¿Qué los ha llevado a convertirse en profesionales independientes? ¿Cuáles son las características que los hacen diferentes? ¿Qué oportunidades representan para las empresas que cuentan con su talento? La plataforma Malt y la consultora BCG han querido hacer una radiografía del panorama freelance en Europa. Su informe representa, además, una primera imagen del impacto de la COVID-19 en el sector.

“Aunque los freelancers han experimentado una ralentización de su actividad en los últimos meses, hemos podido ver cómo se ha producido un rebote en el incremento de proyectos incluso antes del final del primer confinamiento, particularmente impulsado por las empresas que buscan acelerar sus proyectos de transformación digital”, señala Vincent Huguet, CEO de Malt. “Las compañías se están dando cuenta de que ahora, más que nunca, necesitan las competencias y las habilidades de los freelancers”.

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El perfil del profesional freelance digital

La forma en que han evolucionado algunos sectores y, sobre todo, aquellos más ligados a la digitalización ha impulsado el crecimiento de la economía freelance. Solo entre tres de las mayores economías de la Unión Europea, Alemania, Francia y España, hay más de tres millones de profesionales independientes digitales. En Francia prácticamente se ha duplicado el número desde 2009 y en España ha aumentado un 40%.

Según el informe, este tipo de perfil profesional ronda una media de edad de 41 años. Es decir, no es algo exclusivo de la generación millennial y sus ‘sucesores’ los centennials, aunque sí son los grupos más representados. La brecha de género todavía es evidente entre los freelancers digitales, aunque en algunos sectores, como la comunicación o el diseño gráfico, el número de mujeres ha crecido mucho en los últimos años.

Además, el estudio resalta que la mayor parte de los profesionales prefieren ejercer en torno a los grandes polos económicos de sus países. En España, el 63% de los freelancers digitales vive en Madrid y Barcelona.

Los sectores que más freelancers digitales acumulan son el tecnológico, la imagen y el diseño gráfico y el marketing y la comunicación. Sin embargo, en los últimos años otros sectores han entrado en escena con fuerza: los profesionales agile y los consultores independientes. Por otro lado, las oportunidades de recibir altos ingresos en todos estos sectores son evidentes, aunque existe una gran diferencia de tarifas entre países.

Las motivaciones de los freelancers

Las razones para elegir el camino freelance son variadas y van desde la imposición del mercado hasta las posibilidades de crecimiento. Sin embargo, la mayoría de los profesionales independientes asegura que las aspiraciones personales fueron las que más peso tuvieron en su decisión. Sobre todo, nombran la autonomía para gestionar el tiempo, para tomar sus propias decisiones y elegir con quién trabajan.

Los números del informe señalan también que la mayoría de los freelancers son profesionales consolidados. En España, de media, llevan seis años trabajando de forma independiente (nueve en Alemania). Además, la mayoría proceden de empresas y empezaron sus carreras trabajando por cuenta ajena. Más del 75% de ellos no volverían a trabajar así, y valoran por encima de todo la agilidad y la autonomía que les permite el ser freelancer.

El día a día en la vida freelance

Una de las grandes diferencias entre el trabajo por cuenta propia y el trabajo por cuenta ajena es la gestión del tiempo. Para un freelancer, la jornada laboral no solo es facturar, sino que debe dedicar parte de su día a formación, captación de clientes y tareas administrativas. La media de horas trabajadas por semana se sitúa en 43, de las cuales el 73% se destina a proyectos por los que se factura.

Tras la irrupción de la pandemia de COVID-19 en nuestras vidas, el teletrabajo se convirtió en una necesidad. A los profesionales independientes europeos no les pilló por sorpresa, ya que la mayoría llevaban años practicándolo y tenían todos los medios a su alcance para continuar con su actividad sin interrupciones. España es el país (de los tres analizados) donde más freelancers trabajan desde casa. Lo hacen el 69%.

La incertidumbre económica consecuencia de la pandemia no ha cambiado mucho la forma en que los freelancers consiguen proyectos. Es más, una buena parte asegura que se ha podido permitir seguir eligiendo con quién y cómo trabaja. La mayoría se apoya en su círculo profesional y personal para conseguir clientes, además de en las recomendaciones de otras empresas para las que hayan trabajado.

En cuanto a los desafíos a los que se enfrentan de forma regular, en los tres países la negociación con los clientes aparece en primer lugar. El pago de las facturas, las tareas administrativas y burocráticas o el acceso a una vivienda adecuada o a seguros de salud son otros de los retos que son señalados por el informe de Malt y BCG.

¿Un nuevo orden laboral?

La digitalización ha permitido en los últimos años el surgimiento de nuevos tipos de trabajo ágiles, ligados a la economía gig. Estos modelos flexibles de contratación permiten contratar y trabajar por fracciones de tiempo. Aunque en ciertos sectores han conllevado más trabajo precario, lo cierto es que también han abierto nuevas posibilidades para los freelancers y para las empresas que cuentan con su talento.

Según los propios profesionales, la pandemia ha aumentado la necesidad de flexibilidad, eficacia y acceso rápido a competencias específicas entre sus clientes. Mientras los procesos de promoción interna o contratación tradicional se pueden demorar durante meses, fichar a un freelancer para un proyecto concreto es cuestión de pocos días. Esta agilidad en la atracción de talento es clave en entornos inciertos y cambiantes como el actual.

“A medida que las empresas aceleran su transformación digital, hay mucho que aprender tanto de las formas en que trabajan los freelancers digitales como de sus propias expectativas. Trabajando en su mayoría a distancia, son adeptos a las nuevas formas de trabajo como las metodologías ágiles. Además, dedican casi cinco horas a la semana a desarrollar sus habilidades”, señala Vinciane Beauchene, directora ejecutiva de BCG. “Esto proporciona un ejemplo interesante de cómo desarrollar con éxito una cultura digital y capacitar al personal interno en nuevas formas de trabajo”.

“Trabajar como experto freelance es una elección. Al igual que también lo es trabajar como empleado para una empresa. Por lo tanto, en el futuro, las compañías deberán crear entornos de trabajo en los que la gente pueda prosperar a su manera y poner su talento al servicio de equipos flexibles”, concluye el informe.

Imágenes | Unsplash/Markus Spiske, Chris Montgomery, Jakob Owens, Malt

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