La española Carmen Hijosa ha sido finalista del European Inventor Award, de la Oficina Europea de Patentes. Un galardón prestigioso que ha reconocido los beneficios de su invención, el Piñatex. Se trata de un tejido textil producido a partir de hojas de piña que intenta reducir la enorme huella de carbono de la industria textil y del calzado, una de las que más contamina el planeta. [hde_related]
Hace 30 años, Hijosa, asturiana de origen, pero que lleva muchos años viviendo en Irlanda, ejercía como consultora para la industria de la moda y del cuero. En un viaje a Filipinas descubrió las inadmisibles condiciones de trabajo en el sector del cuero y los problemas medioambientales que estaba causando su producción.
Y allí mismo, dando un giro de 180 grados a su vida, decidió que tenía que hacer algo para remediarlo. Acabó encontrando una alternativa para producir tejidos mucho más ecológica. Era la que dan las fibras de las hojas de la piña, que casi siempre se desechan y que en Filipinas se han usado durante cientos de años para confeccionar camisas y trajes tradicionales.
En 2011, Hijosa registró la patente de Piñatex y hoy unas 3000 marcas de 80 países ya recurren a este material para confeccionar sus productos. Muchas son del mismo mundo de la moda que se propuso revolucionar hace tres décadas, pero el producto tiene aplicaciones en otros sectores. Todo está articulado alrededor de la empresa Ananas Anam, que Hijosa fundó en 2013. La sede central está en Londres (Reino Unido), pero cuenta también con personal en Filipinas y en Barcelona, donde se produce el tejido final y se hace investigación.
¿Qué es el Piñatex?
Es un nuevo material procedente del desecho de la agricultura. Es versátil y está hecho con las fibras de las hojas de la piña que se dejan pudrir o que en algunos países, como Costa Rica, se queman. Es un material no necesita ni tierra ni agua adicionales para ser producido. Es una buena alternativa al cuero y también a materiales hechos con petróleo, como el poliéster. Además, tiene mucha flexibilidad y es muy fuerte.
Se puede usar en el mundo de la moda, pero también es ideal para el interiorismo e incluso la industria de automoción. Por eso tiene un mercado amplio y con gran potencial.
¿Qué aplicación tendría en un automóvil?
Llevamos tres años trabajando con una empresa que lo está probando para recubrir los asientos o las puertas. La idea es sustituir materiales hechos a base de derivados del petróleo, pero también el cuero, que es habitual en estos acabados. Además, el Piñatex pesa una cuarta parte que el cuero.
Además de reducir la huella de carbono en una industria tan contaminante como la textil, ¿qué otras ventajas aporta el Piñatex frente a las materias primas tradicionales para producir prendas o calzado?
Lo más importante es que con el Piñatex tenemos una alternativa sostenible. Si eres vegano, no quieres usar cuero. Y también hay muchos consumidores que quieren evitar el petróleo que sirve para producir las microfibras. Además, es un material vegetal que se puede producir a escala, en grandes cantidades. Se desechan cada año 27 millones de toneladas de hojas de piña en todo el planeta. Y ese material, bien aprovechado, podría sostener la producción mundial de zapatos.
[hde_quote author=”Carmen Hijosa” position=”fundadora de Ananas Anam”] Doblamos cada año el volumen de facturación. Y ahora la expectativa es multiplicar por 10 en 2022
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Al principio solo teníamos Filipinas como fuente de las hojas de piña, pero ahora también estamos trabajando con Bangladés. Y vamos a empezar con Costa Rica. Además, desde Barcelona vamos a organizar la producción europea. Y todo eso lo queremos hacer respetando precios y los derechos de los productores en todo el mundo subtropical.
¿Cuánto cuesta producir Piñatex? Lo digo porque a veces las alternativas ecológicas tienen el problema de que para producirlas hay que gastar mucha más energía que con los métodos tradicionales.
Precisamente por esta cuestión queremos aplicar economías de escala a la producción del Piñatex. El precio del producto va desde 35 € a 58 € por metro lineal, que es aproximadamente igual a un metro y medio cuadrado. Y se trata de un precio muy competitivo. Lo más caro para nosotros es comprar la fibra, que no vale solo unos céntimos.
[hde_quote author=”Carmen Hijosa” position=”fundadora de Ananas Anam”] Se desechan cada año 27 millones de toneladas de hojas de piña en todo el planeta. Se podría sostener la producción mundial de zapatos [/hde_quote]
En el proceso de producción del Piñatex, el 95% es materia renovable. Desde el año pasado somos carbon neutral (cero emisiones netas). Además, desde 2018 hemos reducido mucho el consumo de agua para cada metro cúbico de Piñatex. Hay que tener en cuenta que cada kilo de algodón necesita en su proceso de producción 20 000 litros de agua.
¿Cómo llegó al Piñatex?
Yo tuve una empresa que manufacturaba artículos de cuero en Irlanda. Allí estuve 15 años. Y empecé a hacer consultoría para el Banco Mundial y la Unión Europea, lo que me llevó a Filipinas. Pero en ese país me di cuenta de que las condiciones de fabricación del cuero no eran buenas. Y de que había un gran potencial para producir con fibras naturales, un material que además tenía una gran tradición allí desde hace 300 años.
Y por eso les propuse a los filipinos cambiar, aunque no tenía ni idea de que lo eran las fibras naturales. Empecé a trabajar con investigadores y con agricultores y tejedoras. Para ello estuve yendo y viniendo de Filipinas durante dos años. Además, me ayudé de la llamada industria de los ‘no tejidos’, como el fieltro. Tardé mucho porque tuve que montarlo todo. No había fondos para hacerlo, ni cadena de suministro, ni equipo.
¿Dónde se produce Piñatex y cómo se organiza la logística?
De momento casi todo se hace en Filipinas. La extracción de la fibra la hacen las cooperativas de agricultores. Ellos lavan las fibras y las secan al sol. Y luego tenemos una empresa donde se purifica esa fibra sin ningún producto químico, y de ahí pasa a una fábrica donde se produce el primer material, que parece un fieltro.
[hde_quote author=”Carmen Hijosa” position=”fundadora de Ananas Anam”] Todo eso lo queremos hacer respetando precios y los derechos de los productores en todo el mundo subtropical
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Posteriormente ese material se manda en grandes rollos a España, a Barcelona, por barco. Allí añadimos resinas y acabamos de preparar el producto que ya enviamos a todo el mundo. Mi idea en el futuro es tener centros de producción para cada zona del mundo: Asia, Europa y Latinoamérica.
¿Cómo marcha hoy su empresa? ¿Cuántos empleados y facturación tiene?
La sede central en Londres emplea a 14 personas. Además, tenemos tres personas en España, pero queremos tener un equipo más numeroso aquí. Y en Filipinas tenemos 18 personas en nuestra planta. En las cooperativas hemos dado empleo a más de 100 personas. En todo caso, nuestro modelo de negocio está basado en la colaboración. Así también minimizamos riesgos.
¿Qué dificultades se ha encontrado a la hora de afinar un material como el Piñatex?
Cuando yo empecé a investigar, casi el 40% de la resina procedía de derivados del petróleo. Y hoy solo es un 5%. Además, en un año o dos, tendremos un producto donde el cien por cien provendrá de recursos renovables. Aunque hoy por hoy no podríamos garantizar las calidades técnicas del Piñatex si prescindiéramos totalmente del petróleo.
¿Qué acogida ha tenido tu producto Piñatex en el mundo empresarial? ¿Qué clientes tiene?
Aunque cuesta convencer a los grandes clientes, la acogida ha sido buena. Trabajamos con multinacionales como Hugo Boss y H&M. También tuvimos una colaboración con Nike para unas zapatillas de correr que se lanzaron hace unas semanas. Con otras tres compañías también estamos en proceso de colaborar, aunque no puedo dar nombres. Lo importante cuando trabajas con estas empresas no es tener un pedido, sino seguir con ellos. Con Hugo Boss ya hacemos la tercera colección y con H&M será la segunda colección y, además, bastante grande.
[hde_quote author=”Carmen Hijosa” position=”fundadora de Ananas Anam”] En Barcelona añadimos resinas y acabamos de preparar el producto que ya enviamos a todo el mundo
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Aunque la empresa está constituida desde 2013, empezamos a vender en 2016. Y desde ese momento doblamos cada año el volumen de facturación. Ahora la expectativa es multiplicar por 10 en 2022. Trabajar con estas grandes compañías te posibilita este tipo de saltos. En cuanto a producción, estamos ahora mismo en 5000 metros lineales de tejido cada mes.
En 2011, usted registra la patente de Piñatex, que ahora queda entre los finalistas del European Inventor Award de la Oficina Europea de Patentes. ¿Qué va a suponer este premio para el negocio?
Es extraordinario llegar a este nivel. Casi todos los galardones en el European Inventor Award casi siempre van a la ciencia pura, y no a patentes relacionadas con el mundo de la sostenibilidad y el textil. Esto nos da prestigio, y es un reconocimiento de que hemos hecho un avance importante en el mundo de la moda, que es la segunda industria más contaminante del planeta.
Imágenes | Ananas Anam