Los planes de pensiones de empleo podrían tener una nueva reforma. De momento, no hay una ley como tal, pero el Consejo de Ministros ha aprobado un anteproyecto. Una vez sea ya proyecto, se enviará a las Cortes Generales y allí podría convertirse en ley. [hde_related]
Qué es un plan de pensiones de empleo
Son una modalidad de planes de pensiones promovidos por una o varias empresas para sus empleados. Los autónomos también los han podido promover para sí mismos y los trabajadores a su cargo.
Son la alternativa principal a los individuales, que se contratan a través de bancos y otras entidades del sector financiero. Además de estas dos fórmulas, existen los planes del sistema asociado, que se conciertan a través de asociaciones y sindicatos.
A lo largo de algo más de tres décadas han ido convirtiéndose en una de las formas en las que las empresas intentan mejorar las jubilaciones de sus trabajadores. Van realizando aportaciones a un fondo que realiza inversiones y que pueda ir acumulando rendimientos.
Además, el dinero que acumula cada partícipe puede ser rescatado no solo en forma de pensión, sino también para cubrir otras prestaciones. Así, los trabajadores o sus herederos o beneficiarios pueden recibir un dinero en caso de sufrir incapacidad temporal o permanente, una dependencia severa o gran dependencia o, incluso, en caso de fallecimiento.
La evolución de los planes de pensiones de empleo
Con el tiempo, los planes de pensiones de empleo han ido perdiendo protagonismo frente a los individuales. En parte, ha sido debido al desarrollo de la gestión y comercialización de estos últimos.
Además, ha habido otros factores. A finales de los años 90 se inició un camino de exteriorización de los compromisos por pensiones. Eso significó que las empresas no podrían mantener unos fondos internos que ellas gestionasen y que sirviesen para atender las prestaciones.
Así, se profesionalizaba la gestión, se evitaban problemas de insolvencia de la empresa y se evitaba que esta forma de remunerar a largo plazo figurase como forma de financiar el negocio.
En la actualidad, en comparación con otros países, en España los planes de pensiones llegan a menos proporción de trabajadores que en otros países. Apenas alcanzan al 10 % de la población ocupada, frente a naciones en las que están ampliamente difundidos o son, incluso, obligatorios.
Qué pretende la reforma
El tamaño de los fondos es un factor de cierta relevancia. Detrás de cada uno de ellos hay muchas operaciones. Hay que registrarlas, mantener unos procesos de decisión y control. Además, hay que cobrar intereses y dividendos, realizar gestiones relacionadas con los títulos… Para esto y mucho más, hay que mantener importantes medios materiales (equipos y sistemas informáticos, sobre todo) y humanos.
De hecho, detrás de cada plan hay dos entidades muy importantes. Por un lado, hay una gestora que, entre otras misiones, se encarga de la toma de decisiones de inversión y la llevanza de la contabilidad del fondo. Junto a ella, hay una depositaria que, entre otras tareas, realiza cobros y pagos y realiza funciones de custodia de activos y vigilancia del plan.
El tamaño puede permitir reducir costes gracias al aprovechamiento de economías de escala. Las inversiones en equipos punteros son más fáciles de amortizar y se puede trabajar más en la depuración de procesos. No obstante, también es más difícil gestionar los flujos de información en fondos de pensiones grandes con grandes y constantes flujos de entrada y salida de todo tipo de datos.
El objetivo es lograr unos menores costes que favorezcan una reducción de comisiones. Para ello, la reforma propone crear planes públicos a los que puedan adscribirse todo tipo de trabajadores, entre ellos los autónomos. A continuación, se realizará un concurso para elegir una gestora y una depositaria privadas.
Además, un mayor tamaño puede facilitar, en algunos casos, la diversificación. Si se pueden realizar más operaciones y mantener muchas posiciones, las inversiones que evolucionen mejor de lo previsto pueden compensar a aquellas que lo hacen peor.
Cómo afectarán las novedades a los autónomos
En primer lugar, se pretende que obtengan acceso a ahorros en comisiones gracias al acceso a planes de pensiones simplificados. En el concurso para elegir gestora y depositaria las comisiones serán uno de los factores más determinantes, junto a requisitos de solvencia y capacidad.
En cuanto a su promoción, los nuevos planes simplificados para autónomos podrán ser promovidos por asociaciones de autónomos, colegios profesionales y mutualidades de previsión social.
Al crearlos, estas entidades deberán establecer un plan inicial con las condiciones para adherirse y la base técnica del plan. También tendrán que designar a los miembros de una comisión promotora. Finalmente, el plan quedará formalizado mediante la admisión en el fondo de pensiones de promoción pública. En ese momento, podrán suscribirlos los autónomos. Si, más adelante, quieren adherirse nuevos autónomos será necesaria una autorización de la comisión.
Además, las aportaciones a los planes permitirían incrementar el límite de la reducción en la base imponible de los autónomos en 4250 euros anuales. Valdrían tanto las aportaciones a los nuevos planes simplificados como a las modalidades tradicionales y mutualidades de previsión social.
En resumen, llegan nuevos instrumentos que pretenden facilitar los beneficios fiscales y aspiran a una reducción de las comisiones de los planes de pensiones de empleo.
Imágenes | Graham-H, Life-Of-Pix, Skica911, drshohmelian