¿Qué es la TAE? Comprendiendo lo que hay detrás de estas siglas

TAE

Autónomos

La tasa anual equivalente (TAE) es un término común en la documentación bancaria. Solicitar financiación es una dura carrera de obstáculos para muchos emprendedores. Han de analizar mucha información sobre su propia empresa: ratios, cuentas anuales, datos sobre las inversiones que pretenden realizar, informes de asesores financieros, previsiones de tesorería… Pero, junto a ello, están cifras clave sobre las condiciones de los préstamos. Una de las más importantes es la TAE.

[hde_related]

Qué es la TAE

Viene a ser una medida del coste de un préstamo, que incluye además de los intereses otros componentes como comisiones y gastos. No obstante, puede haber algunas excepciones. Así, en los créditos y préstamos al consumo se excluyen las comisiones que pueda tener que pagar el consumidor por incumplimiento de sus obligaciones.

De hecho, es habitual que el coste final sea un poco mayor de lo que indica la TAE, si consideramos todos los pagos excluidos de la definición establecida para este indicador.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que en muchos préstamos no se conocen de antemano todos los cobros y pagos y sus fechas. En ese caso, se utiliza el denominado TAE variable que parte de la suposición de que el tipo de referencia para calcular los intereses permanece igual en el último nivel conocido.

También es importante resaltar que la TAE no es solamente un concepto financiero. Es, además, un término jurídicamente previsto en diferentes normas. De hecho, existe una obligación de que figure en diversos tipos de documentos, con el fin de que los usuarios estén informados de una de las condiciones más importantes en la financiación.

Para qué sirve la TAE

Se emplea para hacer comparaciones entre préstamos en el momento de su contratación. Podríamos decir que, entre dos préstamos, resulta más barato aquel que tenga una TAE más reducida.

Sin embargo, eso no significa que sea necesariamente el más interesante para nosotros. Deberemos valorar, además, otras cuestiones:

No obstante, la TAE es un indicador de comparación del coste de una financiación que solamente nos vale al comienzo. A medida que vamos realizando pagos y, por lo tanto, ya nos queda menos deuda por devolver, se hace necesario realizar un cálculo (denominado coste del efectivo remanente) que considere exclusivamente el plazo pendiente hasta el vencimiento o amortización y los conceptos que resten por pagar o cobrar si la operación sigue su curso normal.

En qué se diferencia de la TIN

El TIN es el tipo de interés nominal que se aplica como porcentaje para calcular los intereses del préstamo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los pagos no son solamente por amortización e intereses.

Por otro lado, el TIN no es un tipo efectivo, sino nominal. Eso significa que si pagamos mensualmente un 12% nominal anual, cada mes pagamos un 1%. Lógicamente, al calcular la TAE, eso resultará un poco más caro que si hubiésemos pagado un 12% al terminar el año. El dinero que se paga antes vale algo más que el que se paga después.

Entendiendo la TAE: la equivalencia financiera

Como nos dijeron en la escuela, no se puede sumar peras con manzanas. Y eso mismo sucede con los cobros y pagos. No es igual dar o recibir X euros hoy que dentro de un año, dos, cinco o 30.

Haciendo cálculos de la TAE

En ese sentido, la TAE es la tasa que hace que las corrientes de pagos y cobros que se van realizando a lo largo del tiempo valgan igual valoradas en un mismo momento. Para comprenderlo, imaginemos cuánto valdrían al 5% de interés 100 euros dentro de un año. Serían 105 euros. Entonces, podemos decir que, con un interés del 5%, 105 euros de dentro de un año son equivalentes a 100 euros de hoy.

Ahora, pensemos qué pasará dentro de dos años. Los 105 euros habrán dado un 5% de interés, lo que representará 5,25 euros. Así, se totalizarán 110,25 euros. Diremos que 100 euros hoy, 105 euros dentro de un año y 110,25 dentro de dos son equivalentes con una TAE del 5%.

La actualización de cobros o pagos

A la hora de sumar (o restar), no podemos sumar cantidades de dinero de distintos momentos del tiempo, pero sí sus equivalentes en un mismo momento del tiempo. Si alguien nos dice que nos ofrece 100 euros hoy, 105 dentro de un año y 110,25 dentro de dos, podemos decir que, si las valoramos con un interés del 5%, las tres cifras equivalen a 100 euros de hoy. Por lo tanto, es equivalente a hablar de 300 euros de hoy (100+100+100).

Podemos emplear una fórmula para saber cuánto vale hoy un flujo de caja (cobro o pago) de otro momento siempre que supongamos que período a período el dinero va rindiendo el mismo interés:

Capitalización

Ahora bien, lo podemos ver de otro modo: preguntándonos cuánto valdría hoy un cobro o un pago que se va a efectuar en otro momento. Despejando en la fórmula anterior, llegamos a esto:

Actualización de flujos de caja

En cualquiera de los casos, observamos que lo que valga hoy ese cobro o pago dependerá del tanto al que lo valoremos. Cuanto más grande sea el interés menos valdrá hoy un pago o cobro futuro. Por eso, si la TAE de un préstamo es muy elevada, deberemos pagar más para amortizarlo. Lo que vayamos devolviendo en el futuro valdrá menos hoy.

La fórmula de la TAE

El cálculo de la TAE está regulado jurídicamente. La fórmula es la siguiente:

Fórmula legal de la TAE

Como vemos, es algo muy semejante a la fórmula de cuánto vale hoy un cobro o pago de otro momento del tiempo, pero esta vez incluye un sumatorio, ya que, en lugar de hablar de un solo cobro o un pago, hablamos de varios.

En el lado izquierdo, lo que tenemos es la suma de lo que valen hoy todos los cobros. En el derecho, la suma de lo que valen hoy todos los pagos. En definitiva, estamos calculando a qué tasa se hacen equivalentes los valores actuales de cobros y pagos.

Comprendiendo la TAE estamos dando un paso más para entender la financiación de la empresa y su coste.

Imágenes | ASHLEY EDWARDS, Ana Tavares, Mimi Thian, Mimi Thian en Unsplash

Archivado en
Subir