La definición más sencilla de qué es un royalty señala a cierta cantidad de dinero cobrada según los beneficios que genera un proyecto. Históricamente estaba asociado a un disco o una canción, ya que durante décadas los royalties (regalías, en español) han ido ligados al mundo de la música.
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Lo más frecuente es que los royalties resulten ser cantidades bajas, de pocos céntimos, y que sea necesario un gran volumen de trabajo previo para poder vivir con estos ‘ingresos pasivos’.
¿Qué es un royalty y en concepto de qué se cobra?
En sentido amplio, un royalty es una cantidad económica (generalmente porcentual, pero a veces también fija) cobrada por alguien en concepto de un trabajo anterior que va dando beneficios. A veces estos pagos reciben el nombre de ‘ganancia pasiva’ debido a que el autor del trabajo lo ejecutó hace tiempo, y ahora cobra ciertas cantidades mensuales por su explotación.
El ejemplo más frecuente es el del músico que trabaja durante meses para sacar un álbum, pero cobra en regalías. Parte del trabajo inicial es abonado por la discográfica como adelanto, salario o al cierre del proyecto, y la otra parte es un variable de royalties a largo plazo de volumen incierto (porque dependen de cómo se compre ese disco).
¿Cuáles son los tipos de royalties según su cobro?
Las regalías son una modalidad de pago por trabajo realizado, y por tanto existen muchos tipos según el contrato que se tenga:
- Royalties mecánicos. Modelo muy usado en el mundo musical en que se cobra una comisión por cada canción o disco vendido, que a su vez ha saltado al mundo digital del streaming. También se da en el sector literario con la venta de libros, o en el de cursos MOOC por reproducción.
En el mundo offline los porcentajes del royalty mecánico se encuentran próximos al 15 %. Con respecto a las diferentes plataformas de streaming, las cantidades van de los 0,0525 euros el stream (Facebook) a los 0,002 euros el stream (YouTube Content ID, UMA, Play Network).
- Royalties de ejecución. Tradicionalmente, son royalties derivados de reproducciones públicas. Por ejemplo, la radio. A menudo las redes sociales llegan a acuerdos similares con las discográficas, con lo que es posible ser autor de un mismo disco y cobrar dos tipos de royalties.
Los porcentajes suelen ser mayores que los mecánicos, llegando al 50 % de los ingresos a repartir entre discográfica y autoría, pero a su vez se dan dos condiciones: resulta más complicado ser el ‘elegido’ para la reproducción y las cantidades suelen ser menores.
- Royalties de ‘sincronización’. Esta licencia permite el uso derivado de una en otra obra, de ahí lo de ‘sincronización’ (van juntas). Siguiendo con el mundo de la música, el uso de una canción en una serie de televisión o película. Aquí los porcentajes rara vez trascienden.
- Royalties de sampleado. Consiste en el cobro de royalties por el uso derivado de una obra. Por ejemplo, una versión de una misma canción, como un cover. Suelen ser cantidades bajas porque acostumbran a ser un royalty de un royalty.
¿Puedo cobrar royalties por mi trabajo?
Muchas profesiones, particularmente profesiones artísticas y basadas en creaciones registrables, pueden entrar dentro del modelo de regalías. Cantantes, diseñadores gráficos, fotógrafos, redactores de contenido, desarrolladores de software o escritores son algunos ejemplos.
Como se adelantaba antes, los royalties pueden ser de varios tipos según la cantidad o canon:
- Porcentual. El autor cobra una cantidad dependiendo del volumen facturado.
- Fija. El autor cobra cierta cantidad por cada transacción.
- Mixtas. El autor cobra un porcentaje y, a la vez, cierta cantidad.
Para poder optar en una profesión a un modelo de cobro basado en este concepto es imprescindible cumplir algunas condiciones:
- Ha de haber una creación. Una canción, un programa, un libro, una fotografía e incluso el plano de un edificio.
- La creación ha de ser duplicable de forma sencilla. A ser posible debe basarse en datos, aunque esto no es imprescindible.
- Se necesita un proceso de seguimiento. Hace falta un sistema, a ser posible informatizado, que permita contabilizar el número de copias.
Los bancos de fotografías de stock como iStock, Unsplash o Freepik son un ejemplo de negocio basado en regalías. Los fotógrafos suben sus imágenes, de las cuales son dueños, a la plataforma. La misma imagen puede ser comprada miles de veces, cada una de las cuales implica un micropago al autor.
Royalties de patentes o propiedad intelectual
Las patentes licenciadas pueden funcionar bajo el concepto de regalía. Tras el registro de la patente, quien la registrase ha de licenciar la patente bajo ciertas condiciones, estableciendo un contrato ‘abierto’ para que otras personas puedan usar su patente y emitir regalías a quien tuvo la idea original.
Royalties mineros
Desde hace unos años se ha debatido el uso de regalías para propietarios de terrenos con vetas de minerales. Estas regalías vendrían derivadas de factores como el volumen de material excavado, el peso del mineral extraído o el número de días que dura la perforación, entre otras variables posibles.
En Perú, Bolivia, Chile, Noruega o Canadá, por ejemplo, la regalía minera está regulada y la aporta el Estado por la explotación de recursos minerales y en algunos casos petroquímicos. En los casos de Noruega y Canadá estas regalías están combinadas con fondos soberanos de inversión.
¿De dónde viene el concepto de regalía?
Regalía deriva de la iura regalia (iura, derecho; regalia, del rey o real). Durante siglos fue un tributo recurrente hacia los reyes por el mero hecho de serlo, y también se instauró dentro del ámbito eclesiástico a través del regalismo o las regias prerrogativas.
Estas regalías no deben confundirse con los impuestos o tasas, dado que los capitales de las regalías no eran usados para mejorar las condiciones de vida de la población.
¿Cuál es la fiscalidad de las regalías? ¿Cómo tributan?
Las regalías son rendimientos del trabajo que, en lugar de cobrarse cuando este está en desarrollo o en su entrega, se van adquiriendo a lo largo de meses o años. Como cualquier otra actividad, el modelo de regalía debe incorporar IVA e IRPF, aunque existen algunas diferencias con respecto a otros modelos de cobro.
Una de las diferencias fundamentales es que rara vez es necesario emitir factura para el cobro de los royalties. En su lugar, las propias plataformas (que son las que saben cuánto se ha vendido) presentan informes de resultados a los diferentes autores.
Otra diferencia importante es que las mismas plataformas suelen tramitar el IVA, por lo que no es necesario que los autores realicen modelos como el MOD 303. Esto simplifica de forma considerable la contabilidad.
Como tercera diferencia respecto al envío de una factura a un cliente, las plataformas no acostumbran a tramitar el 15 % de IRPF, ni ningún otro porcentaje. Esto significa que lo más probable es que a final de año la Declaración de la Renta salga a pagar, es decir, que haya que abonar cantidades a la Administración en concepto de IRPF.
Imágenes | Mathieu Stern, Marcel Strauß