Seguramente, al finalizar 2018, los sectores dominantes no difieran mucho de los que más han destacado en 2017. Sin embargo, puede ser un buen momento para crear una empresa en sectores que, de aquí a un tiempo, van a ser los protagonistas. Es por ello por lo que los podemos identificar como sectores emergentes.
En general, podemos decir que los sectores emergentes comparten algunos rasgos. Entre ellos destaca el papel creciente que tiene la tecnología dentro de ellos y una reorientación que pone al cliente en el centro de su atención. Además, se reclaman cada vez más propuestas novedosas que impliquen avances sociales, ambientales, de eficiencia, etc.
Los sectores emergentes ligados a las apps
La lista es gigantesca en cualquier parte del mundo. Hoy las apps están presentes en las más diversas tareas, actividades y sectores. A título de ejemplo las encontramos en movilidad, consumo, finanzas, aprendizaje, viajes, restaurantes, servicios para empresas, promoción de hábitos saludables, gestión del tiempo, labores domésticas, juegos didácticos, deporte, comunicación, accesibilidad, gestión de tareas, salud y protección ambiental.
Las empresas al servicio de las ciudades inteligentes
Sí, las grandes empresas están invirtiendo mucho en tecnologías inteligentes, pero la construcción de smart cities exige aportaciones múltiples, especialmente por parte de pymes y autónomos. En ese sentido, surgen dos sectores emergentes relacionados con las ciudades inteligentes: el ligado a las herramientas y el vinculado a las aplicaciones de esas herramientas.
Por el lado de las herramientas, cada vez aparecen más empresas vinculadas al análisis urbanístico y al diseño, construcción e interrelación de dispositivos, edificios, servicios, apps… Frecuentemente, se trata de grandes proyectos que implican a muchos intervinientes públicos y privados.
Con la consolidación de ese contexto inteligente, aparecen empresas que utilizan esas herramientas para lograr objetivos, como la mejora de la accesibilidad y fiabilidad de los servicios, la inclusividad, la sostenibilidad ambiental, el empleo eficiente de los recursos, la detección de riesgos y oportunidades…
Los sectores emergentes ligados al IoT
El Internet de las cosas es una herramienta transversal que facilita todo tipo de negocios y actividades particulares. Pero esas “cosas” no surgen de la nada, sino de procesos empresariales largamente trabajados.
Una vez más, encontramos dos tipos de sectores emergentes. Por un lado, las empresas ligadas al hardware y software necesarios para desarrollar el IoT. Por el otro, todas aquellas que emplean las herramientas creadas por terceros para hacer negocios que, sin ellas, serían imposibles.
La economía de los datos
Los datos pueden ser algo así como el nuevo petróleo. Progresivamente, se potencia una mayor especialización en las labores relacionadas con los datos:
Aquí también está surgiendo un sector emergente que, por lo general, incluye negocios enfocados hacia otras empresas (especialmente pymes), a las que facilitan el acceso a perfiles muy especializados de recursos materiales y humanos destinados a alguna de esas labores relacionadas con los datos.
La transformación de la realidad
También hay nuevas realidades. Por ejemplo, el sector de la realidad aumentada nos permite incluir elementos virtuales en nuestra vida real. Mientras, el de la realidad virtual nos permite vivir experiencias en un mundo completamente virtual.
El impacto de este sector emergente es enormemente variado. Va, por ejemplo, desde el ocio hasta los servicios destinados a empresas, como la publicidad o la mejora de la atención al cliente.
¿Y los sectores tradicionales?
En principio, no hay razón para pensar que 2018 vaya a ser un mal año para abrir un negocio de construcción, comercio, prestación de servicios, talleres industriales, hostelería, etc.
Sin embargo, los sectores emergentes están marcando la agenda de los diferentes sectores tradicionales. Por ejemplo, si abrimos un negocio de construcción de vivienda, no deberemos perder de vista los nuevos requerimientos de conectividad, incorporación de tecnología, eficiencia, inclusividad, sostenibilidad más allá de las exigencias legales, etc.
Es inevitable que, dentro de unos años, muchas empresas de sectores emergentes hayan fracasado. Sin embargo, cada vez parece más claro que las supervivientes tendrán un gran protagonismo en la economía del futuro.
Por Gonzalo García Abad