El teletrabajo ha traído muchas cosas buenas. Pero teletrabajo y salud no siempre van de la mano y los empleados en remoto están amenazados por enfermedades asociadas al sedentarismo y la ansiedad.
El teletrabajo ha servido para mantener la actividad en tiempos de confinamiento y de restricción de movimientos por la COVID-19. Además, a los empleados les está viniendo bien para encontrar un mejor equilibrio entre su vida profesional y personal, entre otras cosas.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. Una de las malas es que el trabajo en remoto está disparando males como la hipertensión, la hiperglucemia, el exceso de colesterol o la hiperadiposidad. Hablamos de todo ello con el doctor Nicolás Romero, especialista en nutrición y autor del libro “Comer bien para estar bien”. Y le preguntamos sobre lo que hay que hacer para mantener la salud a pesar de no movernos de casa.
[hde_related]
Teletrabajo y salud pueden ser términos muy antagónicos. Usted alerta de que en muchos trabajadores remotos se pueden adelantar enfermedades como hipertensión, diabetes tipo 2, síndrome metabólico, cardiopatía isquémica y accidente cerebrovascular. Da miedo, ¿verdad? ¿Tan mal nos puede ir con el teletrabajo?
Con el teletrabajo nos irá bien a todos si somos capaces de desarrollar habilidades y estrategias de autocuidado que hagan sostenible trabajar a distancia manteniendo un buen estado de salud. Es comprensible que millones de teletrabajadores y muchos ‘teleempresarios’ en nuestro país sientan vértigo por haberse visto forzados a abandonar la zona de confort del trabajo presencial de forma tan abrupta a raíz de la pandemia de la COVID-19.
Algunas empresas me consultan sobre el diseño de un plan de salud que les permita esa transición en un corto espacio de tiempo. Pues bien, el primer objetivo que marco en ese plan es el entrenamiento psicológico de quien trabaja en remoto. Con el fin de aprender a regular sus prioridades y gestionar la ansiedad de actuar en solitario. Y, a partir de ahí, trabajamos con cada persona reforzando su motivación, y su capacidad de autocontrol, para mejorar su autocuidado.
¿Qué hábitos debemos aplicar al teletrabajo para mantenernos saludables y evitar lo que usted llama las “cuatro hiper”: hipertensión, hiperglucemia, hipercolesterolemia e hiperadiposidad?
Existe la falsa percepción de que el teletrabajador es un privilegiado que disfruta de gran libertad, horario flexible, que no se ve sometido a la normativa de un centro de trabajo y que ahorra en desplazamientos, ropa o comida. Y que también concilia mejor su vida familiar.
Pero la realidad que los médicos constatamos es que se trata de un colectivo que soporta una gran carga de enfermedad y de desórdenes emocionales. Por eso, empresarios y trabajadores deberían invertir ese ahorro de costes laborales en crear entornos saludables con equipos recuperadores de fatiga, hogares ergonómicos y monitorización de biomarcadores. Y promover la alimentación de precisión y el ejercicio adaptado del teletrabajador.
[hde_quote author=”Nicolás Romero” position=”nutricionista”] Las empresas deberían promover la alimentación de precisión y el ejercicio adaptado del teletrabajador [/hde_quote]
Conectados a un ordenador trabajamos con el cerebro, los sentidos, y como mucho, con la mano del ratón. Por tanto, los hábitos saludables consistirían en ejercitar todo lo que no teletrabaja. Es decir, mejorar la postura del cuerpo con pilates o gimnasio, entrenar el corazón con actividad física aeróbica, mantener el peso con un plan de alimentación personalizado y aprender a gestionar las emociones de forma eficaz.
Llevamos ya casi un año teletrabajando de forma masiva. ¿Hay datos a nivel nacional o internacional que certifiquen un aumento de males en la población como la hipertensión, la diabetes o la obesidad?
Cuando se suman factores como edad avanzada y sedentarismo, el riesgo de enfermedad cardiometabólica se dispara de forma exponencial. En el inicio de la pandemia se comenzó a teletrabajar de forma masiva. Pues bien, según los estudios realizados, la mitad de los españoles reconoció haber ganado peso durante el confinamiento, hacer menos ejercicio y pasar más de cinco horas sentados.
Lo que estamos viendo los médicos es que los factores de riesgo de las ‘cuatro hiper’ se agravan porque en casa es más fácil que alguien no respete las pausas reglamentarias de descanso, que se salte la hora de comida, que fume, coma o beba alcohol en el puesto de trabajo.
[hde_quote author=”Nicolás Romero” position=”nutricionista”] Cuando se suman factores como edad avanzada y sedentarismo, el riesgo de enfermedad cardiometabólica se dispara de forma exponencial [/hde_quote]
Esto detonaría antes de tiempo enfermedades crónicas ligadas a la edad como hipertensión, diabetes tipo 2 o síndrome metabólico, lo que acortaría la esperanza de vida sana del trabajador remoto.
¿Cómo estamos los españoles, en comparación con otros países, en cuestión de obesidad y otras enfermedades crónicas?
Si nos comparamos con los europeos que más teletrabajan, como los escandinavos, estamos en clara desventaja. Mientras en España la obesidad no deja de aumentar en adultos y en niños de modo preocupante, y también la diabetes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y algunos organismos internacionales reconocen el éxito de los países nórdicos en controlar la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, admitiendo así el efecto positivo de su dieta.
Además, allí el tabaquismo ha retrocedido de una manera sustancial, ganando terreno la actividad física, que se va afianzando en el estilo de vida de la población. La diferencia es que ellos tienen bicicletas y las usan, y nosotros ni siquiera caminamos lo suficiente.
Usted ha escrito un libro sobre alimentación saludable de título muy gráfico y directo: ‘Comer bien para estar bien’. ¿Cómo suelen comer las personas que teletrabajan?
Hemos identificado una cierta tendencia a comer cualquier cosa, a cualquier hora, y de cualquier manera. Esto lo tenemos que corregir. Sabemos que tomar cada día, a la misma hora, el desayuno, la comida principal y la cena, está relacionado con menor incidencia de las ‘cuatro hiper’, de la obesidad y de la depresión.
Nuestro metabolismo necesita estabilidad para mejorar el rendimiento físico y mental. Cuando se come al tiempo que se trabaja, la sensación de saciedad tarda más en llegar y se ingieren más calorías.
[hde_quote author=”Nicolás Romero” position=”nutricionista”] Si nos comparamos con los europeos que más teletrabajan, como los escandinavos, estamos en clara desventaja [/hde_quote]
En el teletrabajo se suelen desarrollar dificultades para la desconexión tecnológica. Y, por consiguiente, saltarse las pausas para desayunar, comer o merendar, con un impacto negativo en la salud.
¿Y qué dieta recomienda para estos tiempos de trabajo en casa? ¿Y cómo debemos organizarnos para comer de forma saludable?
La eliminación de los horarios de comida hace que no se planifique la compra, ni se programen los menús semanales. La consecuencia es el abandono de la dieta mediterránea en favor de una dieta de improvisación con productos preelaborados y de la comida a domicilio.
Por eso mi recomendación es que se empleen alimentos y preparaciones propios de la dieta mediterránea, con una amplia base vegetal de verduras, hortalizas, frutas, frutos secos, legumbres y cereales integrales.
Además de utilizar siempre el aceite de oliva virgen extra, recurrir al pescado de modo frecuente y cocinar en casa con productos frescos, no comer carne todos los días, freír poco, no abusar de la sal ni de los precocinados y no tomar dulces de modo frecuente, ni refrescos azucarados o ultraprocesados.
Parece que su apuesta en cuestión de alimentación es sobre todo por la llamada dieta mediterránea. Pero, ¿seguimos recurriendo los españoles de hoy a esta dieta o es más bien un mito?
En España tenemos lo que yo denomino la dieta ‘medi-occidental’, que es una forma híbrida de dieta occidental y mediterránea con raciones enormes, repletas de azúcares refinados y grasas saturadas. El problema de algunos países con buenas pautas de alimentación tradicionales es que han caído en la trampa de mensajes interesados que se envían a través de la publicidad, el cine y las redes sociales, dando a entender que comer lentejas, frijoles o arroz a diario es de pobres.
[hde_quote author=”Nicolás Romero” position=”nutricionista”] Hemos caído en la trampa de mensajes interesados que dan a entender que comer lentejas, frijoles o arroz a diario es de pobres [/hde_quote]
Seguimos con teletrabajo y salud. Hemos hablado sobre todo de problemas físicos relacionados con el teletrabajo, pero también existe la posibilidad de que se den problemas psicológicos. De estrés e incapacidad para desconectar, de soledad, de ansiedad… ¿Cuáles son los más frecuentes y cómo nos afectan?
Con el teletrabajo, aumenta la ansiedad anticipativa por la nueva situación laboral creada. Al no haber contacto físico con compañeros y jefes aparece una sensación de aislamiento y de soledad. Y se abren muchas incertidumbres sobre la estabilidad en el trabajo. Por miedo de no ser tan productivos trabajando desde casa e incluso a perder su empleo, muchos dedican más horas o asumen más tareas. Esta situación propicia los trastornos afectivos y emocionales, la depresión, las cefaleas, y el dolor localizado.
Usted habla del ‘hambre emocional’. ¿Qué es y hasta qué punto nos perjudica?
La ansiedad y la sobrecarga de trabajo hace que se recurra más a la comida, pero no es ‘hambre de verdad’, es hambre emocional. El apetito se sacia, pero el hambre emocional suele ser insaciable. Cuando nos alimentamos sin saber qué comer, ni a qué hora, la dopamina cerebral actúa para resolver las incertidumbres. Nos habituamos a comer mediante pequeñas recompensas inmediatas, perdemos el control de nuestra alimentación y propiciamos las relaciones adictivas con la comida.
[hde_quote author=”Nicolás Romero” position=”nutricionista”] La ansiedad y la sobrecarga de trabajo hace que se recurra más a la comida, pero no es ‘hambre de verdad’, es hambre emocional [/hde_quote]
Está el que come mucho, sin control y recurre a alimentos ultracalóricos. Pero también está, en el extremo contrario, el que, con el teletrabajo, se impone dietas exigentes por miedo a engordar y acaba afectado a nivel psicológico. ¿Qué recomienda para bajar de peso mientras hacemos teletrabajo?
En efecto, el teletrabajo propicia la práctica de dietas restrictivas, por miedo a engordar, que pueden ser la puerta de entrada a trastornos del comportamiento alimentario como anorexia, bulimia o conductas de atracón. Mi recomendación para perder peso es que además de mejorar la alimentación se haga una buena programación de la actividad física.
¿Piensa que en cuanto a salud (física y psicológica), y también en cuanto a dieta, la mejor opción es un mix de teletrabajo y actividad en la oficina? ¿O piensa que nos iría mejor volver a la oficina a tiempo completo y así tener obligatoriamente que movernos todos los días?
Apuesto decididamente por el teletrabajo porque es el trabajo del futuro y el futuro del trabajo. Ha venido para quedarse y tenemos que adaptarnos a él, olvidándonos de volver a la oficina a tiempo completo porque sería perjudicial para la salud del planeta. Tenemos que cambiar la forma de cuidarnos y hacerlo compatible con una buena salud personal.
[hde_quote author=”Nicolás Romero” position=”nutricionista”] Mobiliario ergonómico, reguladores de temperatura, filtros de aire y agua, cintas de correr, máquinas de pedaleo o apps de nutrición son elementos que ayudarán
[/hde_quote]
El teletrabajador tiene que acondicionar su casa, donde ahora se ubica su puesto de trabajo, y convertirla en un entorno saludable con ayuda de la tecnología disponible. Mobiliario ergonómico, colchones y almohadas que favorecen el descanso reduciendo la fatiga muscular, reguladores de temperatura, filtros de aire y agua, humidificadores, robots de cocina y de limpieza, sillones de masaje, presoterapia, cintas de correr, máquinas de pedaleo y apps de nutrición son algunos elementos que serán de gran ayuda.
Imágenes | Nicolás Romero, The Creative Exchange/Unsplash