La respuesta a esta pregunta es clara: son escasas. Por lo menos si las comparamos con las que, por término medio, disfrutan los trabajadores por cuenta ajena, es decir, los asalariados.
El Estatuto de los Trabajadores, el marco general que en España regula las relaciones laborales, establece que los empleados en nómina de una empresa tienen derecho a 30 días naturales de vacaciones o, lo que es lo mismo, a 2,5 días naturales por mes trabajado, independientemente de si están contratados a tiempo completo o parcial. Además, en el caso de ciertos colectivos, como el de funcionarios, los días de asueto anuales se incrementan, por ejemplo, en función de la antigüedad.
Sin embargo, el panorama para los autónomos es bastante más lúgubre. Al cabo del año los autónomos descansan y desconectan mucho menos. De entrada, trabajan de forma regular más horas que los asalariados. Según una encuesta de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) realizada este año, la gran mayoría de trabajadores por cuenta propia dedican a su actividad más de 45 horas semanales, y casi un tercio asegura que su horario se sitúa entre las 55 y las 65 horas. Esto es así porque muchos trabajan también uno o los dos días del fin de semana. Incluso un 20% afirma que no descansa ni en sábado ni en domingo.
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Cuando llega el verano y las altas temperaturas, y a todos apetece desconectar y pasar unos días en la playa o en el monte, los autónomos tampoco tienen mucho respiro. Un 73% de ellos asegura que disfrutan de menos de 20 días de vacaciones al año, según ATA. Y sólo un 5% está a la altura de los trabajadores por cuenta ajena y se coge 30 o más días de recreo.
Los autónomos desconectan poco por varias razones, pero entre las más importantes está el temor a perder clientes y una maltrecha situación económica. Además, la estacionalidad del trabajo de muchos autónomos en España, vinculados al turismo y al sector hostelero, hace que tampoco puedan muchas veces coger las vacaciones durante el verano, cuando lo hace el resto de la familia y los hijos disfrutan de más días libres.
[hde_summary] Muchos autónomos no logran en verano o en otras épocas del año desconectar lo suficiente porque sus vacaciones son cortas [/hde_summary]
Los que más y los que menos se van de vacaciones
Las estadísticas dicen que los que más se van de vacaciones entre los autónomos son los que están en una franja de edad que va de los 40 a los 54 años. Además, dentro de esta horquilla de edad, las mujeres son más proclives al descanso que los hombres. Por actividad, los que se dedican a las “actividades profesionales”, como abogados, médicos, arquitectos o notarios, son los que mejor lo tienen. Otros autónomos que también suelen disfrutar de vacaciones son los docentes, los periodistas y los administrativos.
Por el contrario, los que menos se van de vacaciones, según las encuestas de ATA, son los autónomos más jóvenes (entre 25 y 39 años), que por lo general están empezando y tienen bajos niveles de ingresos. Y, por sectores, los peor parados son los que se dedican a la agricultura o al transporte.
La situación es perniciosa. Muchos autónomos no logran en verano o en otras épocas del año desconectar lo suficiente porque sus vacaciones son cortas. Tampoco facilita la desconexión el hecho de que muchos estén en la piscina más pendientes del teléfono, del WhatsApp o del correo electrónico para satisfacer las demandas de un cliente o las dudas de un proveedor que de darse un baño o tomar el sol.
Además, son muchos los que durante el supuesto periodo de descanso se dedican a sacar adelante las tareas pendientes que no pudieron abordar el resto del año, como ponerse al día con las facturas. Por lo tanto, se puede decir que vacaciones de verano y autónomo muchas veces son conceptos incompatibles, por lo menos en España.
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