Un pequeño cubo de 10 centímetros de lado y 1,3 kilos de peso. Así es la unidad básica de un nanosatélite bajo el estándar CubeSat. Aunque los haya más grandes, siempre están por debajo de los 10 kilos. Con ellos, la compañía gallega Alén Space quiere conquistar un trozo de la nueva industria del espacio.
Observación de la Tierra, internet de las cosas, geolocalización, monitorización, aplicaciones científicas… Las aplicaciones de un CubeSat son muchas. Alén (que en gallego significa «más allá, más lejos») Space promete acceso a ellas desde 14.000 euros al mes. Lo que empezó hace una década con el desarrollo del satélite Xatcobeo en un entorno académico se ha convertido en una empresa competitiva del sector del New Space. Guillermo Lamelas, CEO, repasa la meteórica trayectoria de la compañía.
[hde_related]
Llevas algo más de un año en Alén Space. ¿Cómo llegas a ser CEO de la compañía?
He desarrollado prácticamente toda mi carrera laboral en compañías del ámbito tecnológico. A lo largo de estos años he trabajado en ámbitos muy diversos: laboratorios tecnológicos, departamentos de operaciones, áreas de finanzas… Dejé mi última compañía dispuesto a emprender y por el camino me encontré con mis actuales socios.
¿Cuál es la historia de los inicios de Alén Space?
Alén Space es una spin-off de la Universidade de Vigo. Como cuenta el profesor Fernando Aguado (hoy asesor de Alén Space), el inicio de nuestra carrera espacial es fruto de una llamada de una antigua alumna suya desde el INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial) en 2007 ante una oportunidad de lanzamiento para un nanosatélite. Este fue el detonante de la creación de la Agrupación Estratégica Aeroespacial de la Universidade de Vigo y del arranque del diseño y la fabricación de Xatcobeo, que en 2012 se convirtió en el primer nanosatélite español de la historia.
Ante el éxito de Xatcobeo llegaron nuevos proyectos, cada vez más exigentes. Así, en 2013 lanzamos Humsat-D, un satélite demostrador para la recogida de información con objetivos humanitarios, respaldado por la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior (Unoosa) y por la Agencia Espacial Europea (ESA). Ese mismo año, la Agencia Espacial Brasileña (AEB) seleccionó a nuestro equipo para desarrollar el nanosatélite Serpens, basado en los diseños de Xatcobeo y Humsat-D. Serpens fue lanzado en 2015 desde la Estación Espacial Internacional.
Gracias a la fiabilidad y al excelente nivel técnico de estos satélites, la ESA confió en nosotros para varios proyectos relacionados con pequeños satélites. En uno de ellos hicimos el diseño preliminar de un satélite, DustCube, dentro de un programa conjunto de la ESA y de la NASA, llamado a servir como ensayo para desviar asteroides potencialmente peligrosos. En otro proyecto elaboramos el diseño preliminar de un satélite para estudiar el efecto de la radiación en células.
Y ahí se crea Alén Space como empresa.
Durante estos 11 años podemos decir que hemos desarrollado importantes capacidades para la fabricación y operación de nanosatélites, y que hemos demostrado una gran solvencia técnica que ha sido respaldada por las numerosas entidades que han confiado en nosotros. Ese camino llevó a que el grupo obtuviese en 2017 financiación del programa Ignicia de la Axencia Galega de Innovación (GAIN) de la Xunta de Galicia para la creación de Alén Space.
En el último año, hemos completado el equipo de Alén Space, industrializado nuestras soluciones y desarrollado una importante actividad comercial, al mismo tiempo que hemos trabajado en varios proyectos de nanosatélites. En diciembre de 2018, se lanzaron dos satélites diseñados y fabricados por nuestro equipo. Uno de ellos es Lume-1, un nanosatélite de la Universidade de Vigo que va a ser usado en la lucha contra incendios forestales.
https://youtu.be/sXzkfr30QLQ
Finalista del South Summit Madrid 2018, premiada en el China Innovation & Entrepreneurship International Competition… ¿Cuál es el camino a seguir para convertirse en un referente del sector en solo 10 años?
Llevo en el proyecto poco más de un año. Pero me he encontrado un equipo muy unido, apasionado, perseverante y acostumbrado a trabajar muy duro. Sumando a estas características, la humildad y pragmatismo que nos han permitido acometer todos los retos de los últimos 11 años con profesionalidad y buen hacer, se explica el camino recorrido. Un camino que hemos ido haciendo siempre paso a paso y construyendo siempre sobre el continuo aprendizaje.
¿Dónde desarrolláis vuestros productos y cómo lográis recursos para ello?
El software, hardware y satélites desarrollados hasta la fecha por el equipo han sido desarrollados en las instalaciones de la Universidad de Vigo. Todos nuestros productos requieren tests intensivos para garantizar que están preparados para las duras condiciones de los lanzamientos y del espacio. Dichas pruebas se realizan en centros especializados internacionales. Uno de nuestros objetivos en el corto plazo es contar con instalaciones propias de fabricación y testeo que faciliten nuestro crecimiento y reduzcan los costes.
Del Xatcobeo al Lume-1, ¿qué proyecto ha tenido más impacto para vosotros como empresa?
Cuando empezamos a trabajar en 2007 en Xatcobeo, nadie tenía ni idea de lo que era un CubeSat. Empezamos desde cero y con un equipo todavía por formar. Desde entonces cada proyecto ha supuesto un gran reto y ha sido afrontado desde la experiencia acumulada, construyendo el camino desde lo académico hasta lo profesional. Lume-1 marca un hito al ser la bandera de toda nuestra tecnológica y saber hacer, con Alén Space ya constituido como empresa.
Además de desarrollar nanosatélites, ofrecéis soluciones as-a-service. ¿Os planteáis tener satélites propios?
En estos momentos ofrecemos el espacio como un servicio en el sentido de que evitamos a nuestros clientes todas las complicaciones técnicas y regulatorias relacionadas con el espacio (diseño, tecnología, fabricación, puesta en órbita, gestión de frecuencias, operación…). Nuestro objetivo es seguir reduciendo las barreras del espacio. Con este fin estamos trabajando en una constelación propia que nos permita democratizar el acceso a las tecnologías espaciales. Así podríamos alojar en nuestros satélites servicios de terceros.
¿Qué tipo de productos comercializáis?
Comercializamos soluciones extremo a extremo basadas en nanosatélites, pasando por el diseño, la fabricación, incluyendo nuestro propio hardware y software, la gestión de lanzamiento y la operación en órbita. También ofrecemos nuestro hardware y software por separado y consultoría espacial en proyectos especiales.
¿A quién están enfocados vuestros servicios?
Todo tipo de empresas e instituciones tienen capacidad para llevar sus ideas de negocio al espacio. Eso explica que se haya disparado el número de lanzamientos. Cuando pusimos en órbita Xatcobeo, en 2012, se lanzaron menos de 50 pequeños satélites en todo el mundo. En los próximos cinco años las previsiones más conservadoras indican más de 2.800 lanzamientos. Hablamos de un mercado en claro crecimiento.
Dentro de este mercado, los segmentos en los que nos enfocamos son empresas del New Space que están lanzando nuevos servicios apoyándose en nanosatélites; gobiernos que necesitan complementar sus actuales capacidades espaciales o que quieren contar con satélites por primera vez en su historia; y grandes corporaciones para las que una constelación pueda suponer mejoras, ahorros operativos y/o apertura de nuevas líneas de negocio.
Muchos de los servicios que ofrecéis, como todos los que tienen que ver con la observación terrestre, también pueden ser cubiertos por otras tecnologías, como los drones. ¿Cuáles presentan mayor competencia para vosotros?
Lo cierto es que todas estas tecnologías son complementarias. Con drones es actualmente imposible llegar a muchas zonas sobre las que un satélite tiene visibilidad o cubrir áreas tan amplias como las que pueden cubrir los satélites. Por otra parte, la resolución que se puede conseguir con un dron, que se puede acercar a la zona en estudio tanto como sea necesario, no puede alcanzarse desde satélite. Como decía, el mayor potencial está en la combinación de las tecnologías disponibles.
¿Cómo es vuestro modelo de negocio? Por ejemplo, ¿cuánto le costaría a una empresa contar con un servicio satelital?
A modo de referencia, un nanosatélite puesto en órbita puede tener un coste por debajo de los de 500.000 euros, en función de las características específicas de su misión. Considerando una vida media de tres años, estaríamos hablando de menos de 14.000 euros al mes de coste por satélite para que una empresa pueda recabar datos críticos, sin pasar por redes de terceros, para mejorar sus procesos internos o para ofrecer nuevos servicios a sus clientes.
¿Qué es la industria del New Space?
Cuando hablamos de New Space, hablamos de un conjunto de tecnologías y procedimientos que están reduciendo significativamente las barreras de acceso al espacio, permitiendo que muchas empresas privadas e instituciones sin presupuestos multimillonarios puedan mirar a las tecnologías espaciales como un medio para alcanzar sus objetivos. A finales del año pasado organizamos en Vigo el primer congreso español sobre New Space. Allí pudimos comprobar el gran potencial de este sector en España; y cómo han surgido en los últimos años empresas en toda la cadena de valor. Empresas que han conseguido ofrecer sus servicios y competir de manera efectiva a nivel internacional.
¿Hay espacio para el negocio más allá de SpaceX y sus grandes proyectos?
Sí lo hay. Más allá de los grandes titulares, hay mucho movimiento en el sector. Muchas constelaciones se están desarrollando para dar nuevos servicios. El avance tecnológico está siendo más rápido que nunca empujado por la demanda. Por dar un dato, según Bank of America/Merrill Lynch, el sector espacial va a multiplicar su valor en las próximas décadas casi por 10 veces hasta cerca de tres billones de dólares. Y buena parte de este crecimiento se espera que proceda del New Space.
No estáis precisamente en California, ¿a qué tipo de barreras os enfrentáis para desarrollar vuestro negocio?
Como decía, hace uno meses organizamos en Vigo el primer congreso español sobre New Space. Allí pudimos comprobar el gran potencial de este sector en España. El caso de Alén Space no es una excepción. Para llegar hasta aquí ha sido clave el apoyo y el reconocimiento de instituciones tanto españolas como internacionales.
Destacaría mucho el apoyo recibido por el grupo en sus primeros pasos por parte del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Y por parte de la Xunta de Galicia que, a través del programa Ignicia de la Axencia Galega de Innovación, financió todo el proceso de transferencia de equipo, conocimiento y tecnología de la Universidade de Vigo a Alén Space. Ahora estamos buscando socios inversores para acompañarnos en este viaje. Galicia y España no son Silicon Valley. Pero, aunque pueda costar más encontrarlos, aquí también hay empresarios e instituciones con visión dispuestas a invertir en el futuro.
Anuncios como el del pasado 26 de abril, según el cual España destinará 700 millones de euros adicionales a la Agencia Espacial Europea, suponen un gran espaldarazo al sector en nuestro país y abren las puertas a seguir liderando esta revolución.
¿Cómo convencéis a clientes y, sobre todo, a inversores de que es algo que va a ir hacia arriba en los próximos años?
Nosotros hacemos labor de divulgación para incrementar el conocimiento del potencial del New Space y de los nanosatélites. Como consecuencia, aquellos posibles clientes que llegan a nosotros ya conocen dicho potencial. Una vez se deciden a trabajar con nosotros, el boca a boca hace el resto del trabajo. La semana pasada nos visitaron unos clientes nórdicos que ya habían tenido experiencias previas con competidores nuestros. Me enorgullece decir que, entre bambalinas, los escuche comentar: ‘¡Qué diferencia! Estos son el Equipo A de los nanosatélites’.
En relación con los inversores, buscamos socios que sientan pasión por el espacio. Que estén dispuestos a acompañarnos en nuestro crecimiento y que puedan aportarnos dilatada experiencia empresarial o contactos relevantes. Por su parte, Alén Space ofrece experiencia, conocimiento, tecnología propia y un interesante funnel de clientes. Y, al mismo tiempo, un altísimo potencial de crecimiento. No faltan retos, pero, poniendo todo lo anterior en una balanza, Alén Space se presenta como una gran oportunidad de inversión.
Imágenes | Alén Space