Llegan las fiestas navideñas y, con ellas, las cenas de empresa. Una tradición de la que hubo que prescindir el año pasado por la pandemia y que este 2021 regresaba con fuerza, con las reservas disparadas en muchos restaurantes, algunos ya sin mesas. Hasta que apareció la nueva variante ómicron en medio de un repunte de los contagios.
Con este panorama, empresas y empleados se plantean qué hacer, si mantener o asistir a las comidas y cenas de Navidad. Y, ante la duda, muchas organizaciones las están posponiendo o cancelando. Y no porque falten ganas: han sido muchos meses de restricciones y estas celebraciones eran una excelente oportunidad para ponerse al día con los compañeros, sobre todo tras la implantación de los nuevos modelos de trabajo híbrido, que reducen la comunicación entre los trabajadores.
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Limitar las reuniones a lo estrictamente necesario
Los expertos son tajantes al respecto: las reuniones con muchas personas deberían limitarse a lo estrictamente necesario. Por ello, desaconsejan estos eventos de empresa y, en caso de querer celebrarlos, recomiendan hacerse antes un test de antígenos y así saber que nadie está contagiado y no hay peligro.
Todo ello manteniendo y enfatizando el cumplimiento de las medidas de control no farmacológicas, como el uso de la mascarilla, el lavado frecuente de manos y el mantenimiento de la distancia interpersonal de seguridad (de al menos 1,5 metros).
‘Pasaporte COVID’ para entrar en bares y restaurantes
Mientras el Gobierno insiste en la vacunación, descarta adoptar nuevas restricciones para frenar el virus y aconseja limitar «el número de participantes en eventos públicos y sociales», muchas comunidades exigen el certificado COVID digital o ‘pasaporte COVID’ para poder acceder a determinados espacios de uso público, como discotecas, bares o restaurantes, gimnasios, teatros, residencias y hospitales.
Tal es el caso de Galicia, Navarra, Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares, Canarias y Murcia, que ya cuentan con el aval de sus tribunales superiores de Justicia para imponer el certificado COVID digital ante el incremento de casos que se está dando a nivel nacional y el temor a la nueva variante ómicron.
En País Vasco, el Tribunal Supremo ha estimado el recurso del gobierno autonómico y ha avalado el uso de este pasaporte tras la resolución inicial del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, que impidió su implantación en el ocio y la restauración. En cambio, en Andalucía la Justicia lo ha rechazado por no contar con una limitación temporal para su vigencia. En los próximos días, es previsible que otros territorios requieran a los tribunales esta medida de cara a las fechas navideñas.
El certificado COVID digital acredita que una persona está vacunada, ha superado hace poco la enfermedad o ha dado negativo en un test PCR o de antígenos realizado entre 72 y 48 horas antes. Se trata de un documento aprobado por la Unión Europea vigente desde el pasado 1 de julio. En la actualidad es posible descargar el Certificado COVID Digital de la Unión Europea de distintas formas. Una de ellas, y común para todas las comunidades autónomas, es a través de la página del Ministerio de Sanidad.
Las comunidades que, al menos por ahora, descartan pedir el certificado COVID digital son la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y La Rioja. En este sentido, el gobierno de Isabel Díaz Ayuso, para el que la implantación de este certificado para acceder a determinados espacios se debe ejecutar a nivel nacional, ha solicitado a la Cámara de Comercio y a la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM) que desde sus plataformas hagan un llamamiento para que «todas las empresas hagan un test de antígenos a sus empleados inmediatamente antes de que vayan a reunirse en almuerzos, cenas o copas de Navidad«.
¿Puede obligar la empresa a hacerse un test antes de la cena de Navidad?
¿Puede una empresa obligar al trabajador a hacerse un test de covid para ir a la comida o cena de Navidad? Según los expertos, con la normativa actual, no.
Tal como explicaron el abogado laboralista Pere Vidal y el experto en privacidad Eduard Blasi, autores de una guía legal para que la cena de Navidad de la empresa no termine en los juzgados citada por ‘El Confidencial’, de modo general, las compañías no pueden exigir a sus trabajadores información sobre su estado de salud o sobre si han sido inmunizados contra la enfermedad. Son dos categorías especiales de datos protegidas por la normativa de privacidad.
Asimismo, tampoco pueden imponerles la vacunación, ni el sometimiento a pruebas diagnósticas en contra de su voluntad, como subrayó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en una sentencia del 31 de mayo de este año.
Ahora bien, en aquellas comunidades en las que se exige el certificado COVID digital para entrar a bares, restaurantes y otros establecimientos de ocio, los empleados que se nieguen a realizarse un test o a vacunarse podrían encontrarse con la negativa al acceso en la entrada del local donde se celebra el encuentro navideño de la empresa.
Vuelta a la cautela
Con el aumento de los contagios y la expansión de la nueva variante, lo cierto es que al ‘subidón’ por poder recuperar las típicas comidas, cenas y copas de Navidad de hace solo unas semanas le ha dado paso la vuelta a adoptar actitudes cautelosas, con limitación de la actividad social.
Pasos atrás que están notando los hosteleros. Las anulaciones están afectando sobre todo a los grandes eventos, pues en el caso de las celebraciones con menos invitados (cenas de empresas más pequeñas, de grupos de amigos o de familias), las reservas se están manteniendo.
La principal esperanza ahora es que la curva de nuevos casos cese su crecimiento y permita tener un final de mes más o menos tranquilo, sin que sean necesarias restricciones más severas.
Imágenes | Nadia Valko (Unsplash) | Antenna (Unsplash) | Mufid Majnun (Unsplash)