Estamos asistiendo a un cambio de muchos modelos y prácticas laborales. Las personas trabajan de manera diferente y, en la mayoría de los casos, los espacios empleados ya no reflejan sus necesidades. Además de los procesos y la implementación tecnológica, también hace falta una transformación del componente físico. Por eso muchas organizaciones se esfuerzan en entender qué características debe tener una oficina ideal a la que las personas quieran realmente ir. [hde_related]
Las empresas deben aprovechar este momento de transición en el que se están instalando los principios del trabajo híbrido. La coexistencia de presencial y remoto será probablemente la norma en un futuro próximo. Por tanto, además de invertir en tecnología, conexión y plataformas de colaboración virtual, también se deben modificar las oficinas para mejorar la experiencia de los empleados. Al aumentar el compromiso y el bienestar de estos, se fomenta su participación, al tiempo que aumenta la retención y atracción de nuevos talentos.
Esto significa seguir un enfoque centrado en las personas. Se debe prestar atención a la flexibilidad en la gestión de tiempos y objetivos, la salud mental y física, las interacciones con los compañeros, el uso de herramientas tecnológicas para hacer el trabajo más eficiente y sencillo. Ya hace años, las grandes tecnológicas como Facebook, Apple y Google crearon ‘campus’ para que sus ingenieros se sintieran como en casa o revivieran sus años de estudiantes universitarios.
No solo futbolines y cafeteras
El nuevo enfoque del trabajo tiene como requisito fundamental el de interactuar en un entorno que no sea solo funcional. También debe ser agradable, capaz de recrear un ambiente familiar y tranquilizar a las personas. Dicho esto, tampoco hace falta llenar los espacios de trabajo con futbolines, áreas de paseo para perros y sofás si esto solo sirve para ocultar el hecho de que el empleado nunca sale de la oficina. Como suele pasar en Silicon Valley.
Tanto los empleados como los empleadores son cada vez más conscientes de que la productividad y la contribución de los colaboradores depende mucho del trato que reciben. En este sentido, la flexibilidad y la conciliación son los aspectos más reconocidos por los talentos. No obstante, una oficina innovadora que refleje sus necesidades también contribuye a mantener una actitud proactiva y una experiencia gratificante.
Como evidencia un estudio de McKinsey, en su experiencia laboral las personas buscan colaboración, sentido de pertenencia y alineación de sus valores con el propósito corporativo. Todo esto es mucho más fácil de lograr en un lugar donde la gente quiere volver al día siguiente. ‘Harvard Business Review‘ ha compilado algunos consejos sobre las acciones que las organizaciones pueden llevar a cabo para revisar sus espacios de trabajo y hacer que las personas quieran volver a trabajar en la oficina.
La oficina ideal en cuatro puntos
Asignar una función a un espacio y darle un nombre
Puede parecer trivial, pero dar un nombre a habitaciones, edificios o plantas es importante. La oficina debe ser un lugar de colaboración, creatividad y aprendizaje, donde el empleado se sienta satisfecho y tenga sentido de pertenencia. En este sentido, es útil que los espacios sean reconocibles por su función. Nombres como “centro de aprendizaje” o “espacio para la innovación”, por ejemplo, comunican que la empresa se enfoca en el crecimiento de las personas. Y transmite también su naturaleza abierta a la modernización, influyendo en el comportamiento de las personas.
Por ejemplo, UPS recientemente ha cambiado el nombre de su sede a Casey Hall (anteriormente se llamaba Plaza) en homenaje a su cofundador Jim Casey. El objetivo, como explica la directora ejecutiva Carol Tome, era hacer que el ambiente fuera más cálido, personal, acogedor y colaborativo.
Escuchar lo que los empleados quieren y necesitan
La gente espera más flexibilidad, mejor tecnología e incentivos para acudir a la oficina, y las empresas deben responder a este llamado. Salesforce, por ejemplo, ha reducido el espacio ocupado por escritorios en un 40 %. Además, ha organizado una planta entera para favorecer las actividades en equipo, incluso fuera del horario de oficina, capaces de fomentar el equilibrio entre el trabajo individual y el colaborativo.
Experimentar dentro de la empresa
Crear entornos dinámicos e inclusivos no es tan complejo. Es suficiente aprovechar los espacios disponibles y reinventárlos, otorgándoles un nuevo nombre y una nueva función. Un ejemplo interesante es el de la nueva sede de WarnerMedia, donde hay espacios que ofrecen una experiencia multimedia atractiva que incorpora los contenidos de la compañía. El objetivo es crear un sentido de identidad de marca y comunidad. Muchas empresas también están invirtiendo en la introducción de tecnología en las salas de reuniones para hacer posible el networking híbrido.
Pensar en lo que la gente busca
Los millennials buscan organizaciones que les ofrezcan oportunidades para aprender y presten atención a su bienestar y a las causas sociales. Las empresas más innovadoras cumplen con estos requisitos dedicando también espacios físicos a estas actividades y colaborando con organizaciones externas para proporcionar una programación estructurada. Actividades como el yoga o la meditación, el servicio comunitario o la educación continua son un buen punto de partida.
Por Alberto Barbieri
Imágenes I CoWomen/Unsplash, Nastuh Abootalebi/Unsplash, Smartworks Coworking/Unsplash