Las falsas ofertas de trabajo son un timo frecuente en internet. Debido a la acuciante necesidad por trabajar, y a un desequilibrio entre oferta y demanda, muchos profesionales caen en la trampa. Disfrazadas de ofertas reales, algunas incluso nos pedirán dinero por ser considerados.
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Phishing, ofertas que apuntan a software malicioso, trabajar por nada o cambios abusivos en las condiciones laborales son solo algunos ejemplos. Veamos algunos casos de estafas online relacionadas con el mundo empresarial y las ofertas de empleo, y cómo ignorarlas o evitar caer en ellas.
Falsas ofertas para las que hay que pagar
El timo de las cartas nigerianas —actualización del antiquísimo ‘timo del entierro’ en internet— consiste en la recepción de una oferta personal con suculentos beneficios. Adaptada al mundo laboral, es una oferta de trabajo bien pagada en el extranjero. La estafa consiste en pedir algo de dinero por gestión o transporte, pero la oferta laboral no existe.
Como indican los consejos al ciudadano de la Guardia Civil, es posible que alguien nos envíe un email aportando datos personales. A esto se lo conoce como ingeniería social, y es una treta. Si la oferta existe de verdad, la empresa debería encargarse de los gastos que puedan surgir de la entrevista de trabajo. Que el email deje claro que no habrá entrevista debería hacernos sospechar.
Phishing con cebo laboral
El phishing está a la orden del día con las ofertas de trabajo. En 2018 la web Maldita.es tuvo que desmontar varios casos que afectaron a Carrefour, Nestlé o McDonald’s. Las falsas ofertas, que estas empresas reales nunca publicaron, llevaban a páginas web maliciosas que instalaban software variado. Este tipo de delitos sirven de base para ataques DDoS mediante botnets y otros delitos.
Algunas de estas páginas solicitaban incluso permisos de acceso a perfiles de redes sociales como Facebook o Twitter. El objetivo es el robo de información personal bajo el pretexto de conocer mejor al futuro empleado, o bien la conversión del dispositivo en un zombi que manejar a sus anchas.
Una tercera modalidad llega a encriptar nuestro dispositivo y exige un pago por desbloquearlo, como es el caso de Rapid Ransomware. En este caso los asaltantes incluso usaban una dirección de correo acabada en “@rape.lol”, de traducción libre “violación/risas”. Consejo: accede solo a portales de empleo conocidos.
Arqueología digital para descartar falsas ofertas
Si sospechamos de la validez de una empresa, tenemos varios mecanismos para descartarla. La Oficina de Seguridad del Internauta valora hacerse la pregunta “¿Existe o es conocida la empresa que oferta la vacante?”. Para comprobar esto basta una simple búsqueda en Google. Y si añadimos al nombre de la compañía la palabra “referencias” encontraremos opiniones de usuarios.
En algunos casos el departamento de ingeniería social del timador —expertos como Marc Goodman nos han demostrado que las empresas dedicadas al crimen existen y están bien organizadas— quizá se haya encargado de levantar un entramado de perfiles falsos. Sin embargo, una búsqueda previa es un modo sencillo de descartar rápidamente a los que no.
¿Trabajar sin salario para promocionarte? No, gracias
Aunque no está catalogado como timo y puede haber vertientes legales, las becas, pasantías, formación y periodos de prueba pueden convertirse en una fuente de trabajo no remunerado, trampa especialmente eficiente para autónomos o jóvenes con poca experiencia laboral. Así, se llegan a solicitar “colaboraciones” para “generar currículum”.
En este caso las empresas se aprovechan de la necesidad de trabajar de determinadas personas, ofreciéndoles un intercambio entre trabajo y reconocimiento profesional. Recordemos que este reconocimiento también puede expresarse como el pago de una nómina, y que en países como España el trabajador suele tener la razón si logra material que demuestre su trabajo.
https://twitter.com/LeoOlmos/status/1135970279128293376
Ofertas reales con condiciones deplorables
En 2018 se hizo conocido el caso de María, española que decidió trabajar en Reino Unido. Lo cuenta en detalle el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España en su Oficina de Seguridad del Internauta.
En resumen, María terminó viviendo en una casa con otras 10 personas y durmiendo en un colchón en el suelo. Cobraba un 15% menos de lo pactado y el lugar de trabajo se encontraba a 120 km de donde se suponía que iba a estar.
Cuando trabajemos con un intermediario conviene ponerse en contacto con la empresa final. En este caso el trabajo era real pero un operador de “servicios” se había colocado entre la oferta y la demanda con resultados deplorables.
Los timos por internet orientados a la búsqueda de empleo son variados pero suelen tener factores comunes que podemos identificar:
- No suelen ir dirigidos a nosotros, sino a perfiles genéricos
- Encontramos faltas de ortografía
- La oferta es suculenta y fuera de mercado
- No se ofrecen referencias
- Hacen uso de correos gratuitos
- La empresa no tiene sucursales en nuestro país
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