La confianza empresarial registra su mayor caída desde la pandemia

Empresa

En un contexto marcado por la guerra en Ucrania, la elevada tasa de inflación y los altos precios de las materias primas, la confianza empresarial no pasa por su mejor momento. Es lo que se desprende del último Indicador de Confianza Empresarial Armonizado (ICEA), cuya publicación corresponde al Instituto Nacional de Estadística (INE). Y es que el nivel de confianza empresarial descendió un 4 % en el segundo trimestre del año respecto al anterior. Se trata de la segunda bajada consecutiva y la más pronunciada desde el segundo trimestre de 2020, cuando se desplomó un 26,9 % debido al estallido de la pandemia de COVID-19.  [hde_related] 

Concretamente, el denominado balance de expectativas, es decir, la diferencia entre el porcentaje de respuestas favorables y desfavorables de los gestores de establecimientos, se situó en −16,1 puntos, frente a los −12,8 del trimestre anterior. Es el peor dato desde el segundo trimestre de 2021, cuando el balance de expectativas fue de -21,6 puntos.

Esto es debido a que el porcentaje de empresarios que piensan que la evolución de su negocio será favorable entre abril y junio de este año se ha situado en el 14,5 %, cifra inferior a la del trimestre anterior, que fue del 14,7 %. En el lado contrario, aquellos que se muestran pesimistas en este sentido han aumentado desde el 27,5 % del trimestre anterior al 30,6 %. Al mismo tiempo, el porcentaje de empresarios que opinan que su negocio marchará de manera normal ha bajado hasta el 54,9 %, frente al 57,8 % del trimestre anterior.

Por su parte, el balance de situación (la diferencia entre respuestas favorables y desfavorables respecto al trimestre finalizado, es decir, el primer trimestre de 2022) ha empeorado más de 12 puntos respecto al trimestre anterior, pasando de -2 puntos en el primer trimestre a -14,4 puntos en el segundo. Esta visión más negativa se debe a que el 14,8 % de los gestores de establecimientos empresariales tuvo una opinión favorable sobre la marcha de su negocio en el primer trimestre de 2022, frente al 29,2 % que tuvo una desfavorable.

Solo sube la confianza en transporte y hostelería

Por sectores de actividad, en cuatro de los cinco analizados disminuyó la confianza respecto al trimestre anterior. Comercio e Industria presentaron los mayores descensos (−6,8 % en ambos casos), seguidos de la construcción (-5,6 %) y otros servicios (-2,1%). Por contra, Transporte y hostelería registró el único aumento, con una subida trimestral del 0,8 %.

Respecto al tamaño de los establecimientos, la confianza empeoró en todos ellos, especialmente en las empresas de 200 a 999 asalariados (-5,3 %) y en las de 10 a 49 trabajadores (-4,8 %). En los establecimientos de menos de 10 empleados, la confianza bajó un 3,8 % respecto al primer trimestre; en los que tienen un millar o más, descendió un 3,6 %; y en los de 50 a 199 asalariados, un 2,8 %.

Por comunidades, solo subió en Baleares (+4,8 %), Canarias (+1,4 %) y Navarra (+0,2 %), y bajó en el resto, principalmente en Extremadura (−9,2 %), Aragón (−8,1 %) y Galicia (−6,6 %).

Los indicadores de confianza empresarial se elaboran con carácter trimestral desde 2012, son comparables a nivel europeo y su objetivo es conocer las opiniones de los gestores de los establecimientos sobre la marcha de sus negocios para cada trimestre finalizado y sobre sus expectativas para cada trimestre entrante. 

Para la elaboración de este indicador se toma como referencia metodológica principal el índice Tankan japonés, en virtud del cual no hay ni ponderación ni elevación según las características del establecimiento, pues la opinión de cada uno de sus gestores cuenta lo mismo.

Estas cifras se suman a otros datos que revelan la difícil situación por la que atraviesa la economía española, como los relativos a los altos niveles de desempleo y de deuda pública, un crecimiento ralentizado y una inflación preocupantemente alta. Todo ello enmarcado dentro de una crisis más amplia que traspasa nuestras fronteras y afecta sobre todo a los países de nuestro entorno, desatada tras el estallido de la pandemia y que la guerra en Ucrania no ha hecho más que agravar. Ante un horizonte económico tan complicado e incierto, no es de extrañar que tanto la confianza de los consumidores como de las empresas se resienta.

Imágenes: Medienstürmer (Unsplash) | Zakaria Zayane (Unsplash)

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