La prevención de riesgos laborales es una obligación de todo empresario y su formación es fundamental.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales lo deja claro en su artículo 19: «El empresario deberá garantizar que cada trabajador reciba una formación teórica y práctica, suficiente y adecuada, en materia preventiva».
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El objetivo es que tenga los conocimientos adecuados para prevenir, en la medida de lo posible, los riesgos laborales relacionados con su puesto de trabajo.
Cuándo se imparte la formación de riesgos laborales
Siendo una formación esencial, un punto básico está en determinar el momento en el que se imparte esta formación.
[hde_summary] Hay que diferenciar entre la formación básica que deben recibir todos los trabajadores de aquella más completa que se impartirá al personal con funciones en prevención [/hde_summary]
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales deja claro cuatro hitos que determinan la formación. El primero atañe a la contratación con independencia del tipo y duración del contrato. El segundo, cuando se modifiquen las funciones del trabajador. El tercero si se introducen nuevas tecnologías y el cuarto si se modifican los equipos de trabajo.
Esta formación debe realizarse dentro del horario de trabajo y, si se hace en un horario distinto, se descontará ese tiempo de su jornada laboral.
En qué consisten los cursos de prevención de riesgos laborales
Todos los trabajadores deben recibir una formación que incluya contenidos teóricos y prácticos en relación con los riesgos laborales de su puesto de trabajo y empresa, por lo que debe ser lo más personalizada posible. La parte práctica tiene una importancia primordial, así como su actualización ante cualquier cambio.
Los formadores, tal y como señala el artículo 19 de la Ley de Prevención de Riesgos laborales, deben ser personal cualificado como técnicos de prevención de riesgos laborales o, en el sector sanitario, los profesionales de las modalidades preventivas indicadas en el Reglamento de los Servicios de Prevención.
Cómo deben ser los cursos de prevención de riesgos laborales
El artículo 19 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales no señala una determinada modalidad que deban seguir los cursos, por lo que nos encontramos con tres grandes tipos de formación.
En primer lugar, los cursos de prevención de riesgos laborales presenciales, que se pueden impartir tanto en un centro de formación como en las instalaciones de la empresa. Esta opción es la más común para compatibilizar mejor con el horario de trabajo.
La segunda es la formación online, cuya principal ventaja está en la flexibilidad a la hora de escoger el momento en los que completar la formación. Y, la última, es la semipresencial en la que se combina una parte de las horas con un formador presencial y otra parte a distancia.
Es importante señalar que estos cursos pueden ser bonificables. El empresario puede recuperar su importe en las cotizaciones a la Seguridad Social.
Dónde se imparten los cursos
Un punto clave a la hora de elegir la formación es qué curso elegir de cada modalidad. Una es hacerlo en algún organismo oficial. Las comunidades autónomas tienen organismos e institutos de formación, como el Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Comunidad de Madrid. Su principal ventaja es formación de calidad y actualizada, especialmente relevante en sectores específicos como la sanidad. El punto en contra es que no suele ser formación en el centro de trabajo y sus calendarios no son muy flexibles.
En segundo lugar tenemos gran número de centros especializados. Son muy relevantes las empresas médicas o mutuas de asistencia sanitaria que tienen un enorme conocimiento de estos riesgos. Suelen ser más flexibles y su formación es más específica. Pero su coste suele ser más elevado y exigen un número mínimo de trabajadores.
En tercer lugar, tenemos una amplia gama de formación online. Es económica y flexible, pero solo suele ser adecuada para puestos de trabajos muy específicos, como los trabajos de oficina.
Formación para los delegados de prevención
Como hemos visto, todo trabajador debe tener la formación básica adecuada para prevenir accidentes y enfermedades laborales. Pero hay empleados que tienen un papel activo mucho más importante, los delegados de prevención y, por ello, deben recibir una formación superior acorde a sus funciones.
Las empresas grandes deben tener un comité de seguridad y salud en el que se vigile la prevención de riesgos laborales. En aquellas de menor tamaño, esta figura se sustituye por la del delegado. Estos colaboran con la dirección de la empresa para mejorar las acciones preventivas y promueven la cooperación de los trabajadores en el cumplimiento de las normas.
Además, los empresarios deben consultarles siempre sobre cualquier cambio que afecte a la prevención de riesgos laborales y ejercer labor de vigilancia sobre el cumplimiento de esta normativa. Por todo ello, dentro de los cursos de prevención de riesgos laborales, el delegado debe recibir una formación superior y continua siempre acorde a cualquier cambio y novedad.
Cursos de prevención de riesgos laborales sectoriales
No todos los trabajos son iguales, ni tampoco sus riesgos. Hay dos sectores especialmente relevantes: el de construcción y el sanitario.
En el primero deben cumplir como mínimo las funciones de nivel básico especificadas en el VI Convenio General del sector de la Construcción.
En el segundo, hay formación específica en áreas como las de los riesgos físicos, biológicos, químicos o derivados de los turnos nocturnos.
La formación en riesgos laborales es obligatoria, pero además es importante la adaptación a las circunstancias de cada empresa, a sus distintos riesgos y, en muchos casos, a su especialización.
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