Tristeza, falta de motivación, desánimo… Estos sentimientos asociados al trabajo pueden ser indicativos de que estás sufriendo una depresión laboral. Hablamos de uno de los trastornos del estado del ánimo más comunes.
Las razones de la mayor incidencia de la depresión laboral están en que cada vez dedicamos más horas a nuestro trabajo y a un mayor nivel de exigencia. Si a esto unimos que muchas veces no prestamos atención a los primeros indicios, el resultado puede ser un cuadro mucho más grave que afecte al trabajador, pero también a la empresa donde realice su labor. Por eso, el primer paso es identificar bien los síntomas.
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¿Cuáles son los síntomas de la depresión laboral?
Identificar los síntomas es esencial para detectar una depresión laboral, pero también hacerlo rápidamente para así evitar un agravamiento. En muchas ocasiones, una persona que experimenta un cuadro de depresión laboral no da importancia a las primeras señales, lo que hace necesaria la ayuda de las personas más cercanas, como nuestros compañeros de trabajo. Ellos identificarán más fácilmente estos posibles problemas y podrán discernir si son algo puntual o se están prolongando en el tiempo. Veamos algunos de ellos:
- Falta de concentración: esta se puede apreciar en la falta de estímulo a las respuestas o peticiones, olvidos frecuentes y al cometer errores de forma reiterada. En este punto, son síntomas especialmente obvios si se relacionan con tareas que el trabajador domina y conoce.
- Desánimo: ir al trabajo sin motivación, solo por obligación, sin ningún tipo de incentivo y generando sentimientos de apatía. Ni siquiera hay respuesta ante los estímulos positivos que se intentan transmitir desde la empresa o sus compañeros. Esto conlleva no disfrutar de las tareas ni de los logros.
- Problemas para tomar decisiones: derivados tanto de la inseguridad como del estado de desánimo.
- Tristeza prolongada: todos podemos estar tristes algún día en el trabajo, incluso este sentimiento puede deberse a razones ajenas al trabajo. Pero si se prolonga durante semanas, debe considerarse como una de las señales de alarma más importantes de depresión laboral.
- Cambios físicos: especialmente en el peso. Ya sea por pérdida de apetito o lo contrario, por comer más y alimentos menos sanos debido a la ansiedad.
- Cansancio: viene unido a otro de los síntomas de la depresión laboral, las alteraciones del sueño. No tener un sueño reparador, dormir poco o no hacerlo no solo afecta de manera negativa al rendimiento laboral, sino también a otros problemas de salud.
Buscar las causas
Una vez conocidos los síntomas, toca saber cuáles son las causas para tomar medidas que solucionen esta situación de depresión laboral. Este punto es complejo y requiere un análisis individualizado, ya que cada persona reacciona de distinta forma o puede darse una combinación de varios motivos.
Las causas más comunes para la depresión laboral son las siguientes:
- Un proyecto de trabajo que no se consigue dominar o controlar.
- Falta de reconocimiento de su trabajo, falta de promoción laboral o responsabilidad laboral mayor a su cargo.
- Impotencia al no poder conseguir los resultados que determina la organización o que se impone a sí mismo.
- Condiciones laborales que causan estrés laboral.
- Conflictos laborales, ya sean con sus compañeros o con algún superior.
Cómo poner remedio a la depresión laboral
A la hora de tratar de poner solución a la depresión laboral es tan importante que seamos nosotros mismos quienes busquemos remediarlo, reconociendo el problema y buscando los medios necesarios para solucionarlo, como obtener la ayuda dentro de nuestra empresa, por parte de compañeros y de los responsables. Un diagnóstico temprano es fundamental para encontrar una solución antes de que se agrave el cuadro depresivo y sus consecuencias.
[hde_summary] Si crees que tienes síntomas de depresión laboral, habla sobre ello y compártelo con tus compañeros o con un especialista. [/hde_summary]
Por esto, el papel de la empresa es fundamental para poner soluciones sobre sus causas. Desde eliminar conflictos laborales hasta evaluar el desempeño o tareas que realiza el trabajador, pasando por adecuar incluso las capacidades del trabajador a un puesto distinto de trabajo.
Pero también la clave está en el empleado. Si crees que tienes síntomas de depresión laboral, habla sobre ello y compártelo con tus compañeros o con un especialista. Cuanto antes, mejor. Contar tus problemas ayuda a que seas más consciente de la realidad, que la propia depresión laboral ha distorsionado, y a que tus compañeros te comprendan y te respalden.
Ponerse en manos de un especialista
En muchos casos es necesario ponerse en manos de un profesional de la salud para que realice un diagnóstico exacto y establezca el tratamiento más adecuado. El tratamiento clave suele consistir en terapia psicológica, que en los casos más graves se combinará con terapia farmacológica. En todo caso, el objetivo será recuperar el ánimo.
Vuelta al trabajo tras una baja por depresión laboral
En muchas ocasiones, no queda más remedio que apartarse temporalmente del trabajo y tomarse un tiempo de baja para recuperarse física y mentalmente.
En estos casos un momento clave está en la reincorporación. La empresa debe prestar ayuda para que la adaptación sea fácil y evitar todo tipo de recaídas. Además de realizar los cambios necesarios sobre las causas que motivaron la depresión, también es importante que la vuelta a las tareas o el inicio de las nuevas sea progresiva. Para ello se puede ir estableciendo una serie de metas realizables, a la vez que se realiza un seguimiento continuo que consiga, no solo la recuperación del trabajador, sino también que esta repercuta en un claro beneficio para la empresa.
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