Existen muchos elementos a través de los cuales las empresas generan tecnología innovadora: aumentar las redes entre empresas, la contratación de talento, cambios organizativos o de cultura empresarial, impulsar la densidad empresarial, etc. Digitalizar la compañía también es una de esas palancas que crean tecnología nueva una vez esta deja de consumir tecnología existente.
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Muchas pymes son capaces de digitalizar sus procesos y, en el durante, desarrollar nueva tecnología que los soporte y que vender a otras empresas. Esto suele ocurrir debido a multitud de cambios en la operativa de la compañía. Nuevos empleados, ideas, flujos o productos derivados de digitalizar suelen dar lugar a un entorno dinámico sobre el que innovar.
6 de cada 10 pymes innovan en tecnología al digitalizar
Un reciente estudio comisionado por Microsoft en Colombia ha encontrado una relación entre digitalización e innovación. Según esta información, seis de cada 10 pymes “han desarrollado tecnología propia dentro de sus procesos de transformación digital”. Con diferentes ratios, este fenómeno afecta de manera positiva a empresas de todo el planeta, España incluida.
Hace tiempo que se conoce la correlación entre transformación digital e innovación. La digitalización de las compañías suele exigir la reorganización de parte del modelo de negocio al impactar en la producción, la estructura empresarial o la gestión del negocio, lo que a su vez despliega unas condiciones interesantes para dar lugar a procesos que cristalicen en innovación. No es una casualidad que la sección de innovación de la Cámara de Comercio de España se llame Innovación, digitalización y competitividad.
En ocasiones la innovación surge de las condiciones de competitividad entre empresas cuando estas se digitalizan. “Cuando se trata de transformación digital, la competencia impulsa la innovación”, sintetizaba en 2017 el ‘Digital Transformation Report’. En otras ocasiones el proceso de innovación es más sutil.
¿Cómo se relacionan digitalización e innovación?
La digitalización favorece la innovación, la innovación favorece la digitalización y ambas se ven mutuamente influenciadas por sí mismas. Esta relación de interdependencia, salpicada por decenas de factores próximos, hace complicado establecer una relación directa entre digitalización e innovación. A menudo no existe. En algunos casos incluso se ha llegado a considerar la transformación un tipo de innovación.
Esto se entiende mejor con el ejemplo de una pyme española de servicios de consultoría que, aprovechando la situación derivada de la COVID-19, digitalizó la totalidad de sus procesos durante 2020. El resultado fueron una serie de bases de datos relacionadas entre sí que incrementaron de forma notable su volumen de datos.
A finales de 2020 esta compañía disponía de cientos de veces más datos que hacía un año, y además resultaba información útil. Podía ser procesada para destilar información, y esta analizada para producir conocimiento.
El propio proceso de análisis de datos ya exigía las condiciones que suelen dar lugar a la innovación: el reto tecnológico era suficiente como para contratar a personal experto en datos que aportó sus propias ideas al equipo. Este, a su vez, pudo dar forma a otras que se habían resistido con el tiempo. Los retos y el intercambio de ideas son dos de los motores de la innovación.
En otro ejemplo, una pyme de decoración para sets cinematográficos decide digitalizar todo su fondo con el objetivo de cambiar su negocio base: a partir de ahora alquilarán sets digitales además de físicos. Esta digitalización literal también altera el organigrama de la empresa, y exige de técnicos formados en ámbitos muy diferentes al original. La innovación tiene más oportunidades.
Adoptar o desarrollar tecnología, la clave de innovar digitalizando
Cuando las pymes buscan tecnología, a menudo adoptan la que ya existe. Si una empresa necesita almacenar datos, la opción por defecto son programas que permiten el almacenamiento en la nube como AWS, Azure o GCP. Este tipo de elecciones son coherentes con el presupuesto de las pymes. Después de todo, ¿por qué reinventar la rueda?
Sin embargo, muchos de los programas por defecto tienden a quedarse cortos en algún momento. Llegado a un volumen de datos, de desarrollo, de organización, las herramientas generalistas se vuelven limitantes por sus contornos rígidos. En ese punto la digitalización empresarial se vuelve desarrollo digital para crear herramientas adaptadas a la empresa y procesos en cuestión.
En algún momento de la digitalización —en algunas empresas, en sus primeras fases— la compañía escapa del ‘área de confort’ y empieza a navegar otras aguas. La estrategia de adopción de tecnología para digitalizar vira hacia el desarrollo de tecnología propia, y entonces surge la innovación.
Por motivos similares a este no todas las pymes que digitalizan generan tecnología. Según el informe de Microsoft, muchas se quedan en la fase de consumo tecnológico. Esto no es un error estratégico de las empresas: la mera adopción de tecnología redunda en productividad. Sin embargo, sí es un factor limitante para su desarrollo futuro, y aumenta su dependencia y gasto.
Imágenes | Kelly Sikkema, Obi Onyeador