Cómo combatir el ‘edadismo’ en las empresas

Empresa

El edadismo o discriminación por la edad es un mal generalizado y que también está instalado en las empresas. Por eso es más necesario que nunca implantar políticas de gestión del envejecimiento en las compañías.  

España tiene un serio problema demográfico y de envejecimiento de la población. Cada año, el porcentaje de personas mayores (aquellas que tienen 65 años o más) aumenta. En 2019 había en este país algo más de nueve millones de mayores, un 19,3% de la población, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y las proyecciones calculan que en 2068 habrá más de 14 millones de ciudadanos mayores, casi un 30% del total del censo nacional. 

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En consonancia, la edad media de los españoles también sube sin parar. Si en 1970 era de 32,7 años, en la actualidad supera los 43 años. Como consecuencia, la demografía nos avoca a un futuro con menos niños y jóvenes, y con más personas mayores en todos los ámbitos

Este proceso de envejecimiento producirá en las próximas décadas enormes cambios sociales, culturales y económicos. Y también obligará a las empresas a aplicar políticas de gestión de la edad. Entre otras cosas, para valorar justamente la aportación de los profesionales más sénior y desterrar de una vez el ‘edadismo’ (del inglés ageism), es decir, los prejuicios y la discriminación que se sufren las personas solo por razón de su edad. Es un tema crucial porque en España hay 10,5 millones de profesionales séniores (con más de 45 años) que trabajan o están dispuestos a hacerlo. 

La Fundación Edad&Vida, en colaboración con el Ministerio de Trabajo y Economía Social, publicó a finales de diciembre un estudio, precisamente, para analizar el estado de la gestión del envejecimiento en las empresas españolas. María José Abraham, directora general de esta institución, confirma que el número de personas de mayor edad con capacidad para trabajar será cada vez superior al de generaciones jóvenes. Y por eso será vital que todas las empresas “desarrollen una adecuada gestión de la edad de sus plantillas, en línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 8 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”. 

Más séniores, menos edadismo

El estudio de Fundación Edad&Vida, hecho a base de cuestionarios a responsables de recursos humanos y directores generales, aporta algunos datos interesantes. Por ejemplo, descubrió que a mayor número de empleados mayores (de 50 o más años), menor presencia de prejuicios edadistas y más interés en aplicar medidas para la gestión del envejecimiento. Y que los sectores con mayor presencia de estereotipos edadistas son aquellos que implican un esfuerzo físico importante o repetitivo, especialmente el sector sanitario y los servicios sociales.

Abraham asegura que, en líneas generales, en España existe “una gran confusión o desconocimiento de los que son las políticas de gestión del envejecimiento en las plantillas”. De hecho, según el estudio, solo algo más de un 16% de las compañías disponen de este tipo de políticas, mientras que un 50% dice que se lo está planteando. 

Para esta experta, el edadismo se encuentra instaurado “en todos los niveles y estructuras sociales”, y también se cuela en el día a día de las empresas. Por todo ello, es necesario “desarrollar acciones que resalten el valor y utilidad que los trabajadores mayores pueden tener para las empresas y así eliminar las creencias injustificadas sobre ellos”. Porque de nada servirá introducir políticas de gestión de edad en las empresas si los empleados no están sensibilizados

Los tópicos del edadismo

Para Abraham, los tópicos alrededor de los profesionales mayores son muchos.  Se dice que tienen “menos fuerza física, sufren más patologías asociadas a la edad, tienen menos interés por trabajar, son más conformistas, no están abiertos al cambio, tienen desinterés por aprender, son más caros, acumulan más derechos económicos, están más sindicados y, por tanto, reivindican más derechos, y son menos flexibles”.

Pero esta experta asegura que hay estudios que dicen que la edad tiene “un efecto muy relativo en la productividad” y que los trabajadores más mayores se adaptan al cambio y a la formación “de la misma manera que lo hacen los más jóvenes”. Además, los veteranos son claves a la hora de transmitir conocimiento en las compañías y de introducir a los más jóvenes en los procesos empresariales, algo que se ve claramente en las iniciativas de mentoring

Tradicionalmente, la vejez ha sido vista como un periodo de pérdida de impulso y dinamismo, pero también como un momento donde las personas exhiben “mayor sabiduría, serenidad y experiencia”. Sin embargo, Abraham cree que esta percepción ha cambiado y, en general, se han dejado de reconocer los valores que dan los años. “Se sobrevalora lo nuevo porque se asocia a mejor, mayor calidad y más innovación. La cuestión a plantear es: ¿sirven en el contexto económico y empresarial actual la experiencia, la sabiduría y el conocimiento?”, destaca.

¿Qué hacer para erradicar el edadismo?

Para desarrollar una buena política de gestión del envejecimiento, lo primero que deben tener las empresas es un detallado mapa de su plantilla, así como de la distribución de la misma por edad, esfuerzo y competencias en cada puesto. “Esta información es más que valiosa para poder planificar e implementar las medidas adecuadas lo antes posible. Como, por ejemplo, integrar más la evolución salarial y la progresión profesional a la adquisición de competencias y conocimientos. O vincular más el salario al rendimiento y luchar contra el apalancamiento de los trabajadores”, explica la directora de la Fundación Edad&Vida. 

También las empresas deberían poner en marcha campañas de divulgación y formación que permitan combatir estereotipos edadistas negativos. “No todos los empleados mayores tienen la misma evolución en la empresa, ni se enfrentan a los retos y obstáculos de la misma forma”, explica. Estas campañas deberían servir, por ejemplo, para resaltar los beneficios de contar con una plantilla con edades y generaciones diversas

En definitiva, queda mucho por hacer. Abraham insiste: el clima social es bastante hostil a la edad en todos los ámbitos, y también en el profesional. En su opinión falta un contrapeso a la “sobrevaloración de la juventud”, también en el mundo de la empresa.  

Imágenes | Fundación Edad&Vida, iStock.com/opolja, iStock.com/fizkes

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