El salario y el proyecto siguen siendo las razones principales por las que un trabajador elige una empresa.
Pero que sean importantes no quiere decir que sean las únicas. La experiencia del empleado va más allá.
Dentro de la gestión de los recursos humanos y el talento, hubo un tiempo en el que se pensaba que el sueldo lo era todo para atraer y retener empleados y mejorar la competitividad de la empresa. Después llegaron las mesas de pimpón, los programas de team building, los boles con fruta y snacks o los itinerarios de aprendizaje y crecimiento dentro de la compañía.
Hoy, todo forma parte de una visión más amplia. Una experiencia del empleado que busca mejorar el bienestar social, físico, financiero y emocional de los trabajadores. Una experiencia que habla de empresas sensibles, que tienen en cuenta el contexto de cada uno de sus empleados y que entienden que un trabajador feliz es un trabajador comprometido y más productivo. Y una experiencia que se ha vuelto clave en la vuelta al trabajo mientras seguimos en una situación excepcional consecuencia de la pandemia de COVID-19.
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¿Qué es la employee experience?
Cada vez más estudios relacionan la conexión emocional de los empleados con la empresa con los resultados de esta. Según la consultora Gallup, los trabajadores que no tienen un cierto vínculo afectivo con su compañía pueden estar satisfechos, pero no están conectados. “Por lo general, irán a trabajar y cumplirán con el mínimo requerido, pero abandonarán rápidamente la empresa si llega una oferta ligeramente mejor”, sostienen en su análisis anual de la situación de los empleados estadounidenses.
A esta realidad hay que añadirle que, en determinados sectores, los trabajadores cualificados escasean. Es decir, las empresas deben esforzarse para atraer y, sobre todo, retener el mejor talento. Es en este escenario donde entra en juego la llamada employee experience o experiencia del empleado.
De acuerdo con el ’Barómetro Experiencia de Empleado en España’ elaborado por el Centro de Recursos Humanos del IE Business School, por experiencia del empleado se entiende la “suma de las percepciones que los empleados tienen en cada una de las interacciones con la organización en la que trabajan en su día a día. En diferentes canales, comunicaciones o situaciones vividas”.
Este concepto implica un cambio de mentalidad y de cultura empresarial. La employee experience sitúa al empleado en el centro de todo, como el principal activo de la compañía. Y construye un entorno laboral más participativo, en el que se tienen en cuenta las necesidades de cada persona y el momento vital que atraviesa cada trabajador. Es decir, implica empresas más humanas y sensibles.
¿Cómo construir una buena experiencia del empleado?
Según el barómetro del IE Business School, la retribución y las posibilidades de promoción siguen siendo los dos elementos que más pesan. Sin embargo, el reconocimiento, las herramientas para la resolución de conflictos y la buena organización son también prioritarios. Además, el trabajo en equipo, las posibilidades de aprendizaje y las condiciones laborales como la flexibilidad y la conciliación son importantes.
Por otro lado, de acuerdo con el informe ‘Global Human Capital Trends 2019’ de Deloitte, los empleados valoran, en el día a día, disfrutar de autonomía en la toma de decisiones, tener acceso a las herramientas tecnológicas y a la información relevante necesarias para desarrollar su trabajo y el diseño eficiente de las tareas. Además, la confianza en los mandos intermedios, un ambiente laboral positivo y el apoyo de los demás en momentos complicados son también clave para construir una buena employee experience.
De hecho, según el IE Business School, el 90% de los empleados valoran de forma muy positiva que la empresa haya estado a su lado en un momento vital difícil, ya fuese por problemas físicos, financieros, sociales o emocionales. Es por todo ello que, en el contexto actual, en el que los trabajadores están regresando gradualmente a sus puestos, pero seguimos en una situación excepcional, la experiencia del empleado se vuelve fundamental.
Pero ¿cómo atender a todos estos frentes, crear una estrategia única, reforzar la felicidad de los empleados y mejorar la productividad? Para la consultora de recursos humanos Sage, una buena experiencia del empleado se construye sobre seis pilares:
- Apostar por el trabajo flexible. Ahora que hemos descubierto que el teletrabajo nos sienta bien, las empresas pueden flexibilizar la jornada laboral y reducir el presentismo. Si un empleado es más productivo en jornada de tarde, ¿por qué hacerle trabajar a las 7 de la mañana?
- Mostrar reconocimiento y poner en valor a los empleados. Escuchar palabras de reconocimiento, saber que se está haciendo un buen trabajo, es muy importante para la mayoría de los empleados.
- Cuidar el bienestar de los empleados. Los diferentes programas de bienestar, tanto físico y emocional, como financiero y social, tanto dentro como fuera del horario laboral, deben ser prioritarios.
- Tener en cuenta la opinión de cada empleado. Hoy en día, existen multitud de herramientas para obtener feedback de cada empleado de forma regular. Escuchar, y tomar decisiones en consecuencia, es clave en la construcción de una experiencia que tenga en cuenta las necesidades personales de cada trabajador.
- Tomar decisiones basadas en datos. Al igual que las decisiones de negocio o producción se toman en base a información lo más objetiva posible, lo mismo debe hacerse con todo lo que rodea a los recursos humanos y la gestión del talento.
- Personalizar la experiencia en la medida de lo posible. Un recién graduado no tiene las mismas necesidades que un padre o madre de familia de mediana edad. Tampoco las comparte con un trabajador cercano a la jubilación. Es imposible personalizar la experiencia por completo para cada individuo. Pero se debe intentar atender a las necesidades y el momento vital de cada uno en la medida de lo posible.
En definitiva, la experiencia del empleado atañe a todo aquello que los trabajadores perciben en la empresa. Desde su relación con los demás hasta el salario, pasando por los programas de bienestar, el liderazgo o la resolución de conflictos. Tratar cada elemento dentro de un mismo enfoque más sensible y humano redundará en la felicidad de los trabajadores y, en consecuencia, en su compromiso y su productividad.
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