Una microempresa con menos de cinco años de vida, con entre 0 y 4 personas empleadas y que no llega a los 100 000 euros de facturación. Así es la típica startup digital constituida por mujeres en España, según se desprende del estudio ‘El emprendimiento digital femenino: situación y prospección’, realizado por el Instituto de la Mujer y que constituye la primera radiografía del sector en nuestro país.
[hde_related]
Los ámbitos de actividad en los que suelen englobarse las empresas digitales creadas por mujeres son muy variados, señala el informe, que pone de manifiesto que han fundado startups de consultoría, educación, movilidad, sostenibilidad o fintech, y hasta dentro de la industria 4.0. En este sentido, hacen, además, uso de las tecnologías disruptivas, como la inteligencia artificial (21% de las encuestadas), el big data (19%) y las aplicaciones web (10%), seguidas por el blockchain, la robotización y el desarrollo de software (6% en cada uno de estos casos).
Mujeres sin descendencia, muy cualificadas y con experiencia laboral previa
En cuanto al perfil de este tipo de emprendedoras, el informe describe a una mujer de entre 35 y 45 años, casada o en pareja, pero sin hijos y con padres que no necesitan cuidados –dos aspectos que lastran la conciliación familiar y laboral-. Están altamente cualificadas, con un grado universitario y un máster o doctorado, estaban empleadas por cuenta ajena en el momento de emprender y contaban con al menos 15 años de experiencia laboral, habiendo llegado a ocupar algún puesto de responsabilidad, ya fuera en niveles intermedios o incluso en la alta dirección. Seguramente por todo ello, se sentían con capacidades suficientes para poner en marcha su proyecto personal (82,6%), a pesar de su falta de conocimientos en la creación y gestión de empresas.
Con una procedencia socioeconómica muy distinta, las emprendedoras digitales en España prefieren materializar sus ideas en ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia, y el emprendimiento supone una oportunidad para el 60% de ellas. Sin embargo, para el 39,8% se trata de una elección motivada por la frustración y las dificultades de promoción en los empleos asalariados. Las que han formado una familia ven en el emprendimiento digital una forma de poder organizar su tiempo y ser sus propias jefas.
Empresas más pequeñas y solventes con un menor acceso a fuentes de financiación
Uno de los datos que más llaman la atención del estudio tiene que ver con la financiación del emprendimiento: el 60% de las consultadas afirma que ha tenido que apoyarse en la familia para emprender, ya que no ha logrado acceder a fuentes de financiación temprana. Es algo que no les suele ocurrir a los hombres, que normalmente obtienen ayuda económica sin dificultades. Esta falta de acceso al crédito hace que las empresas digitales pilotadas por mujeres sean más pequeñas que las de los hombres y registren menores niveles de endeudamiento y apalancamiento.
Ahora bien, el hecho de no alcanzar un determinado volumen de negocio impide a estas organizaciones acceder a determinadas economías de escala y limita su expansión tanto en el mercado nacional como en el internacional. Lo demuestra la cifra de que un 92% de estas empresas tiene una facturación inferior al millón de euros y, de ellas, una gran parte (el 72%) por debajo de los 100 000 euros.
También resulta interesante la perspectiva de género de las emprendedoras encuestadas: el 46,3% cree que el género no influye en el éxito como emprendedora, aunque el 42,3% percibe que el sector en el que desarrollan sus negocios es mucho más exigente para las mujeres que para los hombres.
Medidas para impulsar el emprendimiento digital femenino
El emprendimiento digital y tecnológico es el principal motor de creación de valor en la economía en las últimas décadas y, aunque se están produciendo avances, sigue siendo un ámbito tradicionalmente dominado por los hombres con una escasa presencia femenina. De hecho, solo el 14% de las empresas digitales han sido fundadas o cofundadas por mujeres. Una cifra que no solo se da en España, sino que se repite en otros mercados europeos y en economías donde esta industria está más desarrollada, como es la estadounidense, según pone de manifiesto el estudio, realizado por el Instituto de la Mujer junto a la Real Academia de Ingeniería, Ontsi, Red.es, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital y la alianza W Startup Community, que integra a 3000 mujeres de 22 países.
Un desequilibrio que lastra la productividad y ralentiza el crecimiento económico, y del que puede extraerse una clara conclusión: una mayor participación de las mujeres incrementaría considerablemente el potencial de creación de valor.
Para lograrlo, el informe hace hincapié en la necesidad de facilitar a estas emprendedoras el acceso al crédito inicial y potenciar el rol de los business angels, que se deben comprometer a financiar una parte de las empresas fundadas por mujeres. También aboga por crear fondos públicos de capital semilla y herramientas de crowdfunding, además de ofrecer incentivos y deducciones fiscales a inversores y mecenas.
El informe también propone lanzar programas específicos de formación sobre emprendimiento femenino, dar a conocer iniciativas y eventos específicos y normalizar la figura de la mujer emprendedora, además de apoyar a las asociaciones del sector.
Por último, insta a incorporar la perspectiva de género en todas las políticas, planes y actuaciones que se pongan en marcha para promover el emprendimiento en el entorno digital. Asimismo, apuesta por eliminar los sesgos de género en las materias STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), promoviendo la incorporación de niñas y jóvenes a estas disciplinas, y visibilizar a las mujeres referentes. Sin olvidar impulsar el emprendimiento femenino en las zonas rurales y la formación de estas mujeres en tecnologías disruptivas para que puedan aplicar estos avances en sus proyectos.
Imágenes | LinkedIn Sales Solutions (Unsplash) | Daria Pimkina (Unsplash)